Coronavirus: las madres vacunadas que amamantan transmiten anticuerpos a sus bebés
Científicos de Massachusetts, EEUU, detectaron por primera vez células protectoras en los hijos de mujeres que fueron inoculadas después del parto
El estudio fue publicado en la revista revisada por pares del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, Obstetricia y Ginecología, y encontró la primera evidencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, en las heces de los bebés lactantes que habían sido amamantados de madres vacunadas.
Los autores principales del estudio fueron Vignesh Narayanaswamy, candidato al posgrado en el laboratorio de investigación sobre la leche materna y Kathleen Arcaro, profesora de toxicología ambiental en el Departamento de Ciencias Veterinarias y Animales, quien, además, dirige el laboratorio de investigación de la leche materna de la universidad.
“Esto es realmente importante porque las mujeres quieren saber si sus bebés tienen estos anticuerpos, y nuestro estudio muestra que, cuando los tienen, éste se transfieren a través de la leche materna”, dijo Narayanaswamy.
Para los investigadores, el estudio tiene implicaciones importantes para los padres y sus hijos. “Especialmente en el contexto de la pandemia por COVID-19 y las personas que se vacunan, es realmente importante que las mamás continúen amamantando”, explicó Narayanaswamy, y agregó que muchos estudios han demostrado los beneficios de la leche materna para el sistema inmunológico de los bebés.
El documento fue el último en salir del laboratorio de Arcaro analizando si aquellas que están vacunadas y amamantan transmiten la inmunidad al coronavirus a sus hijos. Hace un año, el mismo equipo de investigación publicó un estudio que mostraba anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en el calostro, o primera leche, de mujeres que habían dado positivo por COVID-19.
En esta última investigación, las 30 mujeres que participaron como voluntarias habían recibido una de las dos vacunas de ARNm, de Moderna y Pfizer, después de dar a luz. Los participantes dieron muestras de leche materna antes de la vacunación, varias semanas después de la primera dosis y tres semanas después de la segunda dosis.
Los investigadores también recolectaron muestras de sangre de las madres y muestras de heces de los bebés. Se detectaron anticuerpos en alrededor de un tercio de las muestras de heces de los bebés.
Arcaro señaló que “los niveles de anticuerpos detectados en las muestras de heces se correlacionaban con el grado en que la madre experimentó los efectos secundarios de la vacuna. Las mujeres que se sintieron enfermas por la vacuna se asociaron con más anticuerpos en las heces del bebé. Así que si se sintió mal al aplicarse las vacunas, eso puede haber sido un beneficio para el bebé”.
Las muestras se analizaron para detectar anticuerpos de inmunoglobulina (Ig) A e IgG específicos del dominio de unión al receptor (RBD). En las muestras de leche materna, se encontró que los anticuerpos IgG anti-RBD neutralizan el pico de proteína del SARS-CoV-2, así como cuatro variantes. Un aumento significativo en los niveles de citocinas también reveló la respuesta inmune en las muestras de leche materna.
Narayanaswamy también comentó que los niños del estudio tenían entre 1,5 y 23 meses de edad. La investigación encontró algunos anticuerpos en la leche materna del 87% de los participantes vacunados. “Responder por qué no todas las mujeres tenían una respuesta inmunitaria tendrá que ser objeto de más estudios. Simplemente no lo sabemos”.
La principal limitación del estudio fue el pequeño tamaño de la muestra, “que no nos permitió explorar las razones de las diferentes respuestas inmunitarias entre las mujeres”, añadió el especialista.
Es probable que la investigación sea una buena noticia para las familias que amamantan y los futuros padres. Investigaciones anteriores han demostrado que los bebés que son amamantados obtienen otros anticuerpos a través de la leche materna, ya sea porque su madre se había infectado o tenía una vacuna.
El estudio de Universidad de Massachusetts Amherst, dio pruebas de lo que muchos habían sospechado, pero aún no se tenía demostrado como un hecho sobre las vacunas COVID-19. “Siempre supusimos y asumimos que este sería el caso debido a la analogía con otras infecciones y vacunas -concluyó el investigador-. Prueba suposiciones pero que no teníamos comprobadas”.