Australia deportará a Djokovic
Tras ocho horas recluido en el aeropuerto las autoridades no ven justificada la exención y cancelan su visado. Los abogados apelarán y el presidente de Serbia explota en redes.
Lo que podría haber sido un mero contratiempo administrativo fue completado por otro inconveniente más difícil de subsanar: las autoridades del gobierno del país oceánico exigirían al tenista que justificara las razones por las que fue concedida la exención. “Estamos a la espera de su presentación y de las pruebas que nos proporcione para respaldar su exención. Si esas pruebas son insuficientes, no se le tratará de forma diferente a los demás y estará en el siguiente avión de vuelta a casa”, avisaba Scott Morrison, el primer ministro de Australia. Según ‘The Age’, medio local, Djokovic había presentado como causa de exención el haber pasado el coronavirus en los últimos seis meses, una razón que no figuraba en principio en el listado de causas para entrar en el país sin vacuna.
Djokovic fue separado del grupo con el que viajaba, con su entrenador Goran Ivanisevic entre ellos, en el control de pasaportes y conducido a una sala del aeropuerto Tullamarine custodiada por dos policías. Allí, el ganador de veinte Grand Slams (nueve de ellos en las pistas de Melbourne) fue despojado de su móvil, que no recuperó hasta pasadas más de tres horas, y fue interrogado respondiendo preguntas por parte de los funcionarios de la Fuerza Fronteriza de Australia durante toda la noche, casi nueve horas. El climax de tensión fue en aumento empezando por las declaraciones de Jaala Pulford, ministra de Deportes del estado de Victoria: “No le daremos asistencia para solicitar el visado individual. Hemos sido claros en dos puntos: la aprobación de los visados depende del Gobierno Federal y las exenciones médicas son asunto de los médicos”.
Lejos de amainar la tempestad, el caso se convirtió en cuestión de Estado y llegó a las más altas cúspides políticas de Serbia que convocó a Daniel Emery, embajador de Australia en Belgrado, para pedir explicaciones. “Nuestro estado exige que la primera raqueta del mundo sea puesta en libertad inmediatamente, algo que también ha pedido el embajador de Serbia, que se puso en contacto con el jugador y tomó todas las medidas posibles”, recogía ‘Informer’ de fuentes del país centroeuropeo. El tema, lejos de amainar, seguía ‘in crecendo’. El padre de Novak, Srdjan Djokovic, avivaba más las llamas en ‘Sputnik’ pidiendo el apoyo de sus compatriotas: “Si no lo liberan en la próxima media hora lucharemos por su libertad en la calle”.
La incertidumbre crecía mientras el mundo del tenis miraba atónito la situación. Pasadas las 22:15 horas (08:15am del 6 de enero en Melbourne), el runrún crecía y la bomba explotaba: las autoridades australianas denegaban el visado al no ver justificada la exención e informaba al número uno que debía abandonar el país oceánico con efecto inmediato. Los abogados están intentando apelar la decisión e intentarán que Nole no abandone aún el país y pueda esperar la decisión en algún hotel o estancia gubernamental , pero la presencia de Novak para defender corona en el Open de Australia está más lejos que nunca.
Minutos después, el presidente de Serbia, Aleksandar Vučić, escribía un contundente mensaje en redes sociales: "Acabo de colgar con Novak Djokovic. Le dije que toda Serbia está con él y que nuestras autoridades están tomando todas las medidas para detener el acoso al mejor tenista del mundo en el menor periodo posible. De acuerdo con todas las normas del derecho público internacional, Serbia luchará por Novak Djokovic, por la justicia y la verdad".