Newcastle. Lo compró un grupo árabe, sus hinchas celebraron la promesa de un equipo estelar y ahora se está yendo al descenso

La ilusión generada hace dos meses chocó contra la realidad: está penúltimo en la Premier, con un riesgo real de descender a la segunda categoría para la próxima temporada

Yesssssssss. Al fin podemos volver a tener esperanzas”, tuiteó, el día en el que se confirmó la operación de venta, Alan Shearer, símbolo de la última época gloriosa del club del norte de Inglaterra, cuando disputaba títulos a mediados de los años 1990 y comienzos de los 2000.

Yasir Al-Rumayyan, el gobernador del Fondo de Inversión Pública (PIF) de la monarquía se había convertido en el nuevo propietario de un club histórico de la Premier League.

Pero la realidad demostró lo contrario. Su delicada situación deportiva y el particular contexto del mercado invernal enfriaron seriamente esas ilusiones. Los hinchas se imaginaban una trayectoria similar a la del Chelsea o el Manchester City, propulsados a la cima en pocos meses a golpe de billeteras abultadas, con decenas de millones de euros invertidos por sus nuevos propietarios.

Callum Wilson, del Newcastle United, celebra tras anotar en el encuentro ante el Norwich City
Callum Wilson, del Newcastle United, celebra tras anotar en el encuentro ante el Norwich City
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Una situación muy delicada antes de la apertura del mercado de enero, mucho más complicado que el verano europeo, en donde el perfil de fichajes para el Newcastle será de jugadores experimentados en el fútbol inglés, para ayudar al club a salvar la categoría, más que una gran estrella más o menos exótica con la que los hinchas puedan soñar con títulos en un futuro próximo.

“Misión imposible”

A la espera del nombramiento del director deportivo, Nick Hammond, con experiencia en ese puesto en el Celtic de Glasgow y sobre todo en el Reading, será el responsable de una “misión imposible”: mejorar el plantel en todas sus líneas, sin incrementar demasiado la masa salarial para no pagar las consecuencias en el caso del descenso del equipo.

La incertidumbre deportiva llevará sin duda a Newcastle a fichar jugadores cedidos con opción de compra, pero en el contexto actual, con la pandemia del Covid-19 volviendo a golpear duramente, se podrían complicar también las negociaciones.

Con la multiplicación de partidos aplazados como consecuencia del Covid-19 en el fútbol inglés, que será el principal coto de caza del Newcastle, los clubes podrían mostrarse más reticentes a dejar marchar jugadores, incluso los que suman pocos minutos, cuando también muchos de los equipos perderán integrantes de su plantel por la disputa de la Copa de Naciones de África.

Las necesidades están claramente identificadas: un defensa central con buena salida de la pelota, un lateral ofensivo y un mediocampista central. También serían bienvenidos un organizador de juego y un goleador.

El presidente de Arabia Saudita del Newcastle United, Yasir Al-Rumayyan (C), y la propietaria minoritaria inglesa del Newcastle United, Amanda Staveley (centro derecha), antes del partido entre Newcastle United y Tottenham Hotspur
El presidente de Arabia Saudita del Newcastle United, Yasir Al-Rumayyan (C), y la propietaria minoritaria inglesa del Newcastle United, Amanda Staveley (centro derecha), antes del partido entre Newcastle United y Tottenham Hotspur PAUL ELLIS - AFP

Internacionales fuera de alcance

Circulan muchos nombres, como el del inglés del Atlético de Madrid Kieran Trippier o el francés del Everton Lucas Digne para el puesto de lateral, o el del neerlandés Sven Botman (Lille) para el centro de la defensa.

Pero es difícil pensar qué podría motivar a estos jugadores con cierto renombre internacional a comprometerse a largo plazo con el Newcastle, con el riesgo de tener que jugar la próxima temporada en la segunda categoría (Championship), en el año además del Mundial de Qatar.

Por ello, Newcastle deberá echar sus redes sobre jugadores que jugaron poco o que terminan su contrato el próximo mes de junio, como el galés Joe Rodon (Tottenham), el inglés James Tarkowski (Burnley), Mason Holgate (Everton) o incluso Lloyd Kelly, que juega en el Championship con el Bournemouth.

En el centro del campo, el galés Aaron Ramsey, que ya no cuenta para Juventus, parece un objetivo bastante ambicioso, al igual que Ross Barley, ocupante habitual del banquillo del Chelsea, o el egipcio Mohamed Elneny, a quien Arsenal preferirá vender en enero, antes de verlo marchar libre en junio.

Nombres que no levantarán un gran entusiasmo, pero que serán ya verdaderos refuerzos en un plantel que fue confeccionado en base al ahorro por el anterior propietario, el multimillonario Mike Ashley, y que necesitará de varias ventanas de traspasos para subir posiciones en la jerarquía del fútbol inglés y europeo.

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