Presidente surcoreano regala al papa una cruz hecha con alambre de púas de frontera con el Norte
"Tal como las espinas y cuchillas erizadas del alambre de púas se funden en el fuego para convertirse en una bella cruz, cifro esperanzas de que podamos derretir para siempre esa férrea barrera que separa nuestros corazones", escribió Moon Jae-In en un texto entregado al pontífice en español.
La llamada Zona Desmilitarizada, que divide la península de Corea a lo largo de 250 kilómetros, es uno de los lugares más fortificados del planeta y está formada por alambrados de púas y campos de minas, por lo que cruzarla resulta extremadamente peligroso.
"La República de Corea [Corea del Sur, nota] es el último territorio dividido del mundo", lamentó Moon.
"La función de la alambrada de púas en la península coreana es evitar que los del lado opuesto crucen la frontera", explicó el presidente coreano, quien se interroga en el texto si es posible llegar a convivir en paz "pese a nuestras diferencias ideológicas y formas de vivir".
Moon invitó al papa a viajar a Corea del Norte si el dirigente Kim Jong Un le enviaba una invitación formal.
Se trataba de la segunda vez que el papa recibe en audiencia privada al presidente coreano.
"Comparten la esperanza de que el esfuerzo común y la buena voluntad puedan promover la paz y el desarrollo en la península de Corea, apoyados por la solidaridad y la hermandad", escribió la Santa Sede al término del encuentro.
Francisco visitó Corea del Sur en 2014, donde instó a la reconciliación en la península.
Corea del Sur cuenta con 5,9 millones de católicos, según cifras de la Conferencia Episcopal, el 11,2% de su población.