El COI confirma que Infantino no avisó a Bach de su proyecto y algunas federaciones europeas piensan en la posibilidad de dejar la FIFA como rechazo a un Mundial cada dos años

En solo un mes, la brecha entre el COI y la FIFA creció y el nivel de enfrentamiento, que también incluye a la UEFA, se aceleró.

Gianni Infantino está de gira por Sudamérica, pero el fútbol europeo espera que este martes se haga un tiempo para participar en una videoconferencia en la que quieren dejarle en claro que el Mundial bienal es una mala idea.

Tan mala la consideran, que recientemente un grupo de federaciones nacionales que integran la UEFA, algunas de ellas entre las más grandes de Europa, plantearon una idea para frenar a la FIFA: apelar al artículo 18 de los estatutos de la UEFA.

Según confirmó Around the Rings, la propuesta de activar ese artículo por parte de ese grupo de federaciones grandes y medianas de la UEFA implicaría dejar la FIFA. “Juguemos un Mundial con la Conmebol, y que la FIFA tenga suerte”, llegó a escucharse.

No puede decirse que Infantino no tenga información precisa acerca del descontento en el fútbol europeo. A fines de septiembre, el presidente de la UEFA, Aleksandr Ceferin, visitó Zurich para reunirse con el presidente de la FIFA, según pudo confirmar Around the Rings. No se conocen acuerdos derivados de ese encuentro, y los desacuerdos continuaron en público.

La UEFA le objeta a la FIFA que su proyecto implica no solo una devaluación de la Copa del Mundo, que desde su creación en 1930 se celebra cada cuatro años, sino un serio problema para la Eurocopa, los torneos nacionales y la salud de los futbolistas.

Este martes, las 55 federaciones nacionales europeas se reúnen en formato virtual con Ceferin en Nyon, Suiza. Infantino fue invitado a participar.

Otro organismo deportivo de gran poder e influencia que está molesto con el presidente de la FIFA es el Comité Olímpico Internacional (COI).

La idea de jugar un Mundial cada dos años implicaría, en principio, una superposición con los Juegos Olímpicos. Así, la atención de las audiencias en televisión y otras plataformas sería exigida a un nivel inédito, al igual que los presupuestos de los patrocinadores.

Infantino es miembro del COI, un exclusivo club integrado por 102 personas. El alemán Thomas Bach, presidente del COI, no está precisamente feliz con la idea de su homólogo de la FIFA, mucho menos con sus formas: se enteró de sus planes en el mismo momento que el resto del mundo.

“En ningún momento el presidente de la FIFA se puso en contacto con el presidente del COI para discutir estas propuestas”. confirmó el portavoz del COI, Mark Adams, a Around the Rings.

Un mes atrás, Bach había sido lacónico, y se limitó a decir que estaba siguiendo los acontecimientos con interés.

“Este es un tema que deben decidir la FIFA y las asociaciones continentales, estamos siguiendo de cerca, monitoreando estas discusiones, y las encontramos muy interesantes”.

El presidente del COI añadió que “no interferirá” en el debate.

“Dejemos que esta discusión evolucione, que las consecuencias o las posibles consecuencias de esta medida se aclaren día a día gracias a esta discusión en el seno de la FIFA y, en particular, también a través de las contribuciones de las asociaciones continentales de la FIFA”.

De aquella distancia calculada al duro comunicado del COI conocido el sábado y a la decisión de dejar claro que Infantino nunca le avisó a Bach de su idea hay una gran distancia. En solo un mes, la brecha entre ambas organizaciones creció y el nivel de enfrentamiento, que también incluye a la UEFA, se aceleró.

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