Cuáles son los 5 mitos más comunes sobre la anestesia
El Día Mundial del Anestesiólogo se celebra cada 16 de octubre. Una guía práctica para entender el proceso y perder el miedo a operarse
La anestesiología es una de las ramas de la medicina que más evolucionó en los últimos 30 años, disminuyendo los riegos a través del desarrollo de nuevos fármacos, técnicas avanzadas y equipos especializados.
Aquí una lista de los mitos más frecuentes sobre la anestesia:
1. ¿Va a estar el anestesiólogo todo el tiempo en el quirófano?
El especialista permanece al cuidado del paciente durante toda la intervención, aunque muchos crean que el anestesiólogo abandona el quirófano tras terminar el proceso de aplicación. Los anestesiólogos se encargan de “la inducción (dormir al paciente), el mantenimiento de la profundidad anestésica y el despertar”, explicó a Infobae la doctora Sonia González, jefa de Anestesiología en Martín del Yerro Cirujanos Plásticos. Durante los tres tiempos de la anestesia el paciente tiene monitorizados sus parámetros cardiocirculatorios, respiratorios y cerebrales. Además, el especialista está en comunicación permanente con el cirujano para que los tiempos de la anestesia estén ajustados a los diferentes pasos de la operación y su duración.
2. ¿Al despertar, se puede vomitar la anestesia?
Uno de los mitos más comunes es aquel que habla de los vómitos post-anestesia, en el que se cree que el paciente según se despierta, vomita la anestesia y por eso se tienen náuseas al despertar. Lo cierto es que la mayoría de los fármacos anestésicos se metabolizan en el hígado y producen unos metabolitos que se eliminan por la orina.
El proceso de eliminación no es a través de los vómitos. Lo que sucede es que algunos medicamentos para el dolor que se utilizan en la anestesia, como son los opiáceos, “además de quitar el dolor, también producen vómitos. Ello hace que cuando se utilizan, algunos pacientes sientan náuseas. Hoy día los fármacos analgésicos producen náuseas muy raramente, fácilmente controlables en caso de que se produzcan” apuntó la especialista.
3. ¿Después de la operación, se tiene mucho dolor porque no se pueden poner más analgésicos?
Después de la anestesia se pueden y se deben administrar analgésicos hasta el control total del dolor. Además es importante saber que los fármacos anestésicos actuales producen una anestesia muy parecida al sueño natural. El despertar debe ser como el habitual de cada paciente, y no se vivencia un periodo de desorientación prolongado.
Muchos pacientes incluso temen despertarse con un tubo en la garganta, sobre todo para aquellos con intubación traqueal o mascarilla laríngea. La realidad es que estos elementos “se extraen antes del despertar del paciente, por lo que nunca podrá ser consciente de la presencia de estos en la garganta o boca”, afirmó la dra. González.
4. ¿Hay riesgo de no despertarse de una operación por la anestesia?
Existe una gran parte de la población que encasilla la anestesia como un procedimiento inseguro y arriesgado. Lo cierto es que actualmente es uno de los procedimientos más seguros. Prueba de ello es que gracias a su utilidad y seguridad, los avances de la cirugía han sido enormes en los últimos años.
La anestesióloga González remarcó que es de vital importancia un “estudio preoperatorio y una consulta con el anestesiólogo para valorar de forma individual a cada paciente y diagnosticar si existe algún factor de riesgo añadido”.
5. ¿Existe la posibilidad de despertarse en mitad de la operación?
Es uno de las falsas creencias más comunes. Hoy en día se utilizan aparatos de monitorización de la profundidad anestésica como entre otros el llamado BIS, dispositivo que vigila el nivel de hipnosis de los pacientes. “Mediante estos métodos el anestesiólogo mide de forma continua el grado de profundidad de la anestesia” cuenta la especialista. De esta manera se mantiene al paciente siempre anestesiado (dormido) y por tanto no se puede despertar.