Tensión tras el nuevo acuerdo de seguridad entre EEUU, Reino Unido y Australia: en Francia aseguran que fue una “puñalada por la espalda”
Funcionarios galos hablaron de que, pese a lo que aseguran en la Casa Blanca, la decisión fue inconsulta. El acuerdo de venta de submarinos nucleares anula un contrato previo que el país de Oceanía tenía con los galos
Por su parte, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken calificó el jueves a Francia como un “socio vital” en Asia. “Quiero enfatizar que no existe una división regional que separe los intereses de nuestros socios del Atlántico y del Pacífico”, dijo Blinken a los periodistas en una rueda de prensa.
“Queremos encontrar todas las oportunidades para profundizar nuestra cooperación transatlántica en el Indo-Pacífico y en todo el mundo”, dijo Blinken.
“Altos funcionarios del gobierno estuvieron en contacto con sus contrapartes franceses para discutir sobre (la alianza) AUKUS, incluso antes del anuncio”, había dicho antes un funcionario de la Casa Blanca tras el anuncio de la alianza entre Estados Unidos, Australia y Gran Bretaña a través de la cual Canberra adquirirá submarinos nucleares estadounidenses.
“Dejaré que nuestros socios australianos expliquen por qué buscaban esta nueva tecnología”, dijo el funcionario.
“Cooperamos estrechamente con Francia en las prioridades compartidas en el Indo-Pacífico y seguiremos haciéndolo”, añadió.
Sin embargo, Francia desmintió estas declaraciones. “No habíamos sido informados antes de que se publicaran las primeras noticias de este acuerdo en la prensa estadounidense y australiana, unas horas antes del anuncio oficial de Joe Biden”, aseguró un portavoz de la embajada francesa en Washington
El acuerdo AUKUS echó por tierra el multimillonario acuerdo de 2016 de Australia para comprar submarinos a Francia, que había sido respaldado personalmente por el presidente Emmanuel Macron.
Justamente, el primer efecto del AUKUS ha sido el anuncio por parte del Gobierno australiano de la cancelación de un contrato de compra de submarinos convencionales franceses, estimado en unos 56.000 millones de euros.
El jueves, el ministro de Defensa de Australia dijo que los submarinos nucleares respaldados por Estados Unidos eran una mejor opción: “Al final, la decisión que hemos tomado se basa en lo que es mejor para nuestra seguridad nacional”, dijo el ministro de Defensa, Peter Dutton, en una conferencia de prensa conjunta en Washington.
El ministro de Asuntos Exteriores de Francia tachó el nuevo acuerdo de “puñalada por la espalda”. “Hoy estoy muy enfadado y amargado... Esto no es algo que se hagan los aliados entre sí”, dijo Jean-Yves Le Drian.
Asimismo, Naval Group expresó en un comunicado su “decepción” por la decisión al considerar que ofrecía a Australia “un submarino convencional superior a nivel regional”, así como “capacidad submarina soberana con compromisos inigualables en términos de transferencia de tecnología, puestos de trabajo y contenido local”.
Para evitar más resquemores, el primer ministro británico, Boris Johnson, aseguró en la Cámara de los Comunes que la relación militar del Reino Unido con Francia es “sólida” y el compromiso británico con la OTAN es “inquebrantable”. En su declaración parlamentaria, Johnson insistió en que el objetivo de la alianza es apoyar a un aliado del Reino Unido y que confía plenamente en Australia para este pacto tripartito.
Tampoco avisaron a la Unión Europea sobre sus intenciones de firmar un pacto de defensa, como confirmó el alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell. Ante la prensa admitió que “no había estado al corriente”, aunque dijo suponer que “la naturaleza de ese acuerdo no se cocinó antes de ayer”.
AUKUS por las iniciales en inglés de los tres países anglosajones, tiene como objetivo reforzar la cooperación trilateral en tecnologías avanzadas de defensa, como inteligencia artificial, sistemas submarinos y vigilancia de larga distancia.
“Nuestras naciones y, de hecho, el mundo, dependen de un Indopacífico libre y abierto, que dure y florezca en las próximas décadas”, dijo el miércoles el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca.
Aunque el presidente no mencionó a China, Estados Unidos ha dejado claro su interés en contener el avance del gigante asiático en el Pacífico, y con el nuevo pacto quiere implicar más en esa misión “a Europa, y en particular al Reino Unido”, explicó un alto cargo del Gobierno estadounidense en una llamada telefónica con periodistas.
China, por su parte, condenó el acuerdo como una amenaza “extremadamente irresponsable” para la estabilidad de la región. “La cooperación entre Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia en materia de submarinos nucleares socava de manera grave la paz y la estabilidad regionales, intensifica la carrera armamentística y compromete los esfuerzos internacionales de no proliferación nuclear”, declaró ante la prensa el portavoz de la diplomacia china, Zhao Lijian.
El portavoz acusó a los tres países de demostrar una “mentalidad de guerra fría” y utilizar el armamento nuclear con fines geopolíticos.
El anuncio se produjo una semana antes de que Biden acoja en la Casa Blanca el próximo 24 de septiembre una cumbre con los líderes de Australia, la India y Japón, con los que mantiene una alianza para contrarrestar el poderío de China.