El minuto 10 en el Camp Nou es de Messi

 La afición, que coreó el nombre del crack argentino coincidiendo con su mítico número, dirigió todos sus aplausos a Piqué, en reconocimiento a su rebaja salarial.

Javier Miguel

As

Había bastante expectación para ver cómo reaccionaba el público, siempre soberano, a todos los últimos acontecimientos que han asolado el club, y muy especialmente a la marcha de Leo Messi. Pues bien, ni un reproche al palco, presidido por Joan Laporta, y algún tímido pito a Jordi Alba, que se fueron disipando a medida que avanzaba el encuentro. Las pancartas contra Laporta que aparecieron unas horas antes de empezar el partido acabaron siendo una anécdota.

La afición, que hacía más de un año y medio que no podía ir al Camp Nou, no tenía ganas de silbar y sí de aplaudir. Y el que se llevó todos los vítores del respetable, y no sólo por marcar el primer gol de la temporada fue Gerard Piqué. Las gradas quisieron agradecerle su gesto de aceptar una rebaja importante de salario para que el club pudiera inscribir a tiempo a los fichajes. Ya en los prolegómenos del encuentro, cuando el ‘speaker’ dio la relaciín de jugadores titulares, fue el más ovacionado. Durante el partido, en el minuto 3, y coincidiendo con su dorsal, se llevó otra ovación, y el clímax llegó con su gran gol de cabeza tras un excelente pase de falta de Memphis.

Aparte de Piqué, el más ovacionado fue Messi. Era un homenaje esperado y que se repetirá a lo largo de la temporada, coincidiendo con el minuto 10. Ya se coreó su nombre en el Gamper y ahora otra vez en el estreno de LaLiga. Duró apenas quince segundos y hasta se pudo escuchar algún solitario pito entre el público. Y en el minuto 17:14 se volvieron a escuchar los gritos en apoyo de la independencia de Catalunya, recordando el año del final de la guerra de Sucesión.

Después de Piqué y Messi, los jugadores que recibieron el reconocimiento de los 20.000 aficionados que se dieron cita en el coliseo blaugrana fueron Pedri, Memphis y en menor medida, Eric Garcia. Quien acabó airoso por los pelos fue Jordi Alba. Tras la división de opiniones entre el respetable cuando la megafonía del estadio dio su nombre, poco a poco se fueron mitigando los silbidos, hasta pasar directamente a los aplausos.