Los secretos de Jennifer Lawrence: su tropiezo más vergonzoso, la vez que se sintió violada en grupo y sus peleas salariales
Hoy es una de las grandes estrellas de Hollywood. A los 22 año ganó su primer Oscar y encontró en el activismo político una gran inspiración. Los castings humillantes y el amor con su marido a primera vista
Describe su infancia como “infeliz” ya que se sentía “un bicho raro”. A los 15 dejó la escuela para dedicarse a la actuación, y en 2006 estaba viviendo en un condominio en Santa Mónica con su madre. Rápidamente fue elegida para el show “The Bill Engvall Show”, que duró tres años. “Sé que suena estúpido”, dijo Lawrence, “pero fue como si finalmente hubiera encontrado algo en lo que la gente me decía que era buena, que nunca había escuchado antes. Y esa fue una gran razón por la que mis padres me dejaron hacer esto. Una vez, mi mamá estaba hablando por teléfono con mi papá, y le dijo: ‘Estamos pagando terapia y todos estos medicamentos, y no los necesita cuando ella está aquí. Ella es feliz’”.
La actriz hizo una serie de películas independientes, incluido el debut como director de Guillermo Arriaga, “The Burning Plain”, con Charlize Theron. Y luego, justo antes de cumplir 19 años, rodó “Winter’s Bone”, un filme de bajo presupuesto de Debra Granik. El papel supuso un punto de inflexión en su carrera. Por esta interpretación fue nominada a los Globo de Oro y los Oscar. Poco después llegaron las sagas de “The X-Men” y “The Hunger Games”.
Jodie Foster, quien la dirigió en “The Beaver” hace unos años, la colmó de halagos. “Tiene un talento realmente silencioso que al principio no creo que ni siquiera entendiera que tenía”, afirmó la respetada actriz y directora sobre Lawrence, a quien eligió para su película basándose en unos minutos de metraje que vio de “Winter’s Bone” en la sala de edición.
Decir siempre lo que piensa y la espontaneidad son dos de las virtudes que más destacan los que han trabajado con ella. “Jen es esa persona con la que necesitas estar cuando no puedes dormir”, dijo Bradley Cooper, su compañero en películas como “El lado bueno de las cosas”, “Joy” y “American Hustle”. El director de esas películas David O. Russell estaba constantemente desconcertado por su aparente indiferencia en el set. “Recuerdo que Bradley Cooper y yo dijimos: ‘¿Esta niña siquiera está prestando atención?’ Porque está comiendo papas fritas o haciendo bromas sobre pedos. Y luego, de repente, entra y ¡bam!”.
Hoy está centrada en su vida de casada, en su activismo y en su productora con la que prepara proyectos más personales, como “Mob Girl”, la película que protagonizará bajo las órdenes del italiano Paolo Sorrentino, ganador del Oscar por “La gran belleza”. En estos momentos se encuentra en pleno rodaje de “Red, White and Water” y ya terminó de filmar “Don’t Look Up” , una producción de Netflix y bajo las órdenes de Adam McKay con un elenco que reúne a las máximas estrella del cine como Leonardo DiCaprio, Chris Evans y Meryl Streep.
Momentos difíciles
El momento de su caída al subir a recibir su Oscar
En 2013, cuando subió a recoger su premio Oscar, tropezó y se cayó, ante millones de espectadores que seguían desde su casa la gran noche del cine. Debió ser asistida por Bradley Cooper, su compañero de elenco, quien la ayudó a llegar al escenario del Dolby Theatre para recibir su primera estatuilla dorada. Para la estrella no fue fácil olvidar su vergonzoso accidente. “Fue uno de los momentos más embarazosos de toda mi vida”, dijo a Vanity Fair en 2014. “Me llevó un tiempo poder reírme de aquello. Lloré mucho”.
Otro momento desagradable e injusto llegó al año siguiente, cuando se difundieron fotos suyas desnuda. El material íntimo fue publicado en varios sitios, incluidos 4Chan y Reddit. Otras celebridades, como Kate Upton y Kirsten Dunst, también fueron víctimas. “Tenía tanto miedo. No sabía cómo afectaría a mi carrera”, contó. “La sensación es como si el planeta entero me hubiera violado en grupo”, se sinceró la actriz tres años más tarde sobre lo que sintió entonces con sólo 24 años
Su primer pensamiento fue escribir una declaración pública, “pero cada cosa que intenté escribir me hizo llorar o enojarme. Empecé a escribir una disculpa, pero no tengo nada por lo que pedir perdón. Estuve en una relación amorosa, saludable y excelente durante cuatro años. Fue a larga distancia, y o tu novio va a mirar pornografía o te va a mirar a ti”.
“No puedo siquiera describir lo que se siente tener mi cuerpo desnudo por todo el mundo contra mi voluntad. Simplemente me hizo sentir como un trozo de carne que se reparte para obtener ganancias”, explicó en ese momento. Y mostró su indignación: “Es mi cuerpo y debería ser mi elección y el hecho de que no lo sea es absolutamente repugnante”.
También se mostró molesta sobre la forma en que se informó todo el hecho en los medios de comunicación. “No es un escándalo. Es un crimen sexual. Es una violación sexual “, sentenció. “Cualquiera que mire esas fotos, está perpetuando una ofensa sexual”.
“Me acosté con Jennifer Lawrence”
Lawrence denunció abiertamente en 2017 en el evento Elle’s Women en Hollywood, el cúmulo de experiencias humillantes que padeció durante ciertos castings de sus primeros años de carrera. Según su testimonio los productores de una película le pidieron inicialmente que perdiera siete kilos en dos semanas. Ya habían despedido a otras actrices por no lograr el peso adecuado y ella aún no era tan importante en la industria para negarse.
“La productora me hizo desnudarme y ponerme en fila con otras cinco mujeres, más delgadas y también desnudas, y me dijo que tenía que utilizar las fotos de aquella sesión como inspiración para mi dieta”, explicó la actriz durante su participación en el evento.
“Cuando me quejé al productor, me contestó que no sabía por qué todos pensaban que estaba gorda si para él estaba perfecta para tener sexo. Permití que me trataran de una cierta manera porque sentí que tenía que hacerlo por mi carrera. Era joven y me movía en esa delgada línea de ser fiel a mí misma sin ser calificada de difícil. Aún estoy aprendiendo que no tengo que sonreír cuando un hombre me hace sentir incómoda”.
Su testimonio se dio luego de que el productor de cine Harvey Weinstein fuera denunciando por agresión sexual y posterior surgimiento del movimiento #MeToo.
Quien fuera uno de los hombres más poderosos de Hollywood y que hoy está cumpliendo una condena de 23 años en una prisión de máxima seguridad en el estado de Nueva York, presumió de haberse acostado con la actriz ante una mujer que lo demandó por abusar sexualmente de ella hace años durante un festival de cine. “Me acosté con Jennifer Lawrence y mira dónde está ahora, acaba de ganar un Oscar”, le dijo Weinstein a su víctima a quien le advirtió que si no accedía a sus pedidos nunca llegaría a ser una estrella.
Indignada, la actriz desmintió todo y afirmó que jamás tuvo un trato con el productor que no haya sido de carácter profesional. “Mi corazón está roto por todas las mujeres que han sido víctimas de Harvey Weinstein”, declaró en un comunicado. “Yo solamente he tenido una relación profesional con él. Este es otro ejemplo de las tácticas depredadoras y mentiras en las que se involucraba para atraer a tantas mujeres”.
Romances y un marido a primera vista
Jennifer Lawrence supo que su actual marido, Cooke Maroney, era el hombre de su vida desde el primer día que lo conoció. Así lo aseguró la propia actriz, quien no acostumbra a hablar de su vida privada. “Es la mejor persona que he conocido. Sé que suena realmente estúpido, pero es así. Me siento muy honrada de convertirme en señora Maroney”, confesó en una entrevista cuando se dio a conocer la noticia de su compromiso en 2019.
Lawrence, de 30 años, y Maroney, de 36, se conocieron gracias a una de las mejores amigas de la actriz. Un amor que pilló por sorpresa a la ganadora del Oscar. “Era un momento de mi vida en el que no me consideraba preparada para casarme. Pero fue conocer a Cooke y ya quería casarme con él”. En octubre de ese año tras un corto noviazgo, la pareja contrajo matrimonio en una íntima ceremonia en la elegante e histórica mansión Belcourt de Newport (Rhode Island) y ante la mirada de 150 invitados, entre ellos, Adele y Emma Stone.
El neoyorquino es director de Gladstone Gallery, una prestigiosa galería con sede en el exclusivo Upper East Side de Manhattan, que representa a artistas como el escultor Anish Kapoor, el suizo Ugo Rondinone, el realizador Matthew Barney (ex pareja de la cantante Björk) o el pintor Carroll Dunham, padre de la actriz, directora y guionista Lena Dunham.
La actriz mantuvo una larga relación con un compañero de trabajo antes de casarse. Fue con el actor Nicholas Hoult. Se conocieron en el set de una película de X-Men en 2010 y salieron durante casi cinco años. El amor llegó a su fin en agosto de 2014 cuando finalmente anunciaron la separación. Un año más tarde, Lawrence reflexionó sobre el final de su relación en una entrevista con Diane Sawyer. “Esta película ha sido parte de mi vida por mucho tiempo. Cuando empecé a filmar estaba en una relación con alguien que duró cinco años y eso era mi vida. Así que mi vida era esta persona y estas películas y rompí con él casi al mismo tiempo que terminé el rodaje de estas películas”, reflexionó la actriz y agregó: “Tener 24 fue ‘¿quién soy yo sin estas películas?’, ‘¿quién soy yo sin este hombre?´”.
Luego la actriz tuvo un romance con Chris Martin, el líder de Coldplay. Estuvieron viéndose durante algunos meses, se separaron y volvieron a encontrarse hasta que terminaron definitivamente. Ahora él está de novio con Dakota Johnson desde hace dos años.
En 2017 comenzó a salir con el reconocido director Darren Aronofsky durante el rodaje ¡Madre!, la película que él dirigió y ella protagonizó. La producción fue destrozada por la crítica y resultó ser un rotundo fracaso de taquilla. Como si fuera poco, un par de meses después del fatídico estreno, la pareja confirmaba que luego de un año de amor habían decidido seguir cada uno por su lado. Entrevistada por Adam Sandler para el ciclo de Variety Studios, Actors on Actors, Jennifer confesó que la película fue la gran responsable de la ruptura.
Sin pelos en la lengua, la actriz contó que por las rondas de promoción de prensa del filme, ella y su entonces pareja se vieron obligados a pasar todo el día juntos. Y lejos de disfrutarlo, para ella terminó siendo una tortura. “Estábamos de promoción juntos, y lo último de lo que yo quería hablar cuando volvíamos al hotel era sobre de la película. Pero ese era el único tema que él parecía estar dispuesto a tocar”, reveló. “Yo estaba trabajando a turnos dobles, tratando de ser una buena novia mientras al mismo tiempo lo único en lo que podía pensar era si podía dejar de girar todo en torno a ‘Mother!’ durante un instante”.
La intérprete agregó que, mientras ella prefería ignorar las críticas hacia el filme, su ex las analizaba detenidamente una y otra vez.: “Me leía los comentarios negativos, y al final tuve que decirle que no me parecía sano y que no pensaba participar de ese juego porque, si los escuchaba, me pondría a la defensiva. Especialmente porque estaban hablando de mí”.
Su lucha para terminar con el sexismo salarial en la meca del cine
A principios de 2015, el director de “American Hustle” y “Silver Linings Playbook”, David O. Russell, firmó con Jennifer Lawrence para que protagonizara la historia de la inventora y empresaria estadounidense Joy Mangano en la gran pantalla. En octubre de ese año, la actriz mejor pagada de la industria escribió un ensayo, que apareció en el boletín feminista de Lena Dunham titulado: “¿Por qué gano menos que mis coprotagonistas masculinos?”.
Al descubrir que le pagaron menos que sus coprotagonistas masculinos de “American Hustle”, a través del escándalo del hackeo a Sony que dio a conocer numerosos correos electrónicos privados, Lawrence inicialmente se culpó a sí misma por no haber negociado por más paga: “Fracasé porque renuncié a mis principios y me di por vencida antes de tiempo”. Sin embargo, admitió que no peleó por un salario mejor porque tenía miedo de cómo sería percibida en la industria. “Estaría mintiendo si no dijera que cerré el trato sin una lucha real porque quería agradarles, no quería parecer una mujer difícil”, confesó.
“Cuando me enteré de que cuánta era la diferencia de lo que me pagaban respecto a mis compañeros me enojé conmigo misma“, escribió. “Estoy cansada de tratar de encontrar una forma ‘adorable’ de decir lo que pienso”, declaró Lawrence quien concluyó que ya no toleraría un salario injusto por temor a ser mal vista. Su ensayo causó un gran revuelo en los medios por los problemas actuales de brecha salarial de género en Hollwyood.
Una lucha que la unió a otras compañeras de profesión que salieron a apoyarla. Gwyneth Paltrow confesaba a Variety: “Puede ser doloroso. Tu salario es una forma de cuantificar lo que vales. Si a los hombres se les paga mucho más por hacer lo mismo, te sientes como una mierda”. Mientras Emma Watson sigue liderando el movimiento, declaraba para The Guardian lo siguiente: “Yo creo que mi trabajo con la ONU probablemente me ha hecho mucho más consciente de estos problemas. Fui a una cena de trabajo recientemente. Eran siete hombres… y yo”. Y no solo entre actrices, sino también figuras de la política. Hillary Clinton, en ese entonces candidata presidencial a la Casa Blanca, afirmó vía Twitter: “Valiente Jennifer. Es duro hablar en contra de la desigualdad y arriesgarse a ser impopular, pero el asunto de igualdad en los salarios nos afecta a todos”,
“Apoyo a los actores y directores que dicen: ‘Solo quiero hacer películas y no quiero ser estigmatizado por mis opiniones políticas’, pero eso no corresponde a mi forma de ser”, aseguró la actriz a la revista Madame Figaro. “Ser una mujer en un entorno profesional muy masculino, tener que negociar constantemente y continuar enfrentándose contra un muro no es fácil”, señaló la intérprete nacida en Kentucky. “Puedes tener mérito, éxito, pero siempre te vas a terminar chocando con ese obstáculo, no puedes tener relaciones de igual a igual”, continuó. “Me da mucha rabia. Como la mayoría de mis colegas, no podía no reaccionar, sentarme en mi rincón y decir: ‘Oh, soy una mujer, por lo que es natural que me paguen menos y me traten de manera diferente’. Este estado de cosas, la desigualdad salarial, prendió un fuego en mí”, añadió quien da vida a Mystique en la saga de X-Men.
En 2018 se tomó un año sabático para centrarse en su faceta como activista. Cuando no está en un set de rodaje, la actriz trabaja enérgicamente para la organización Represent Us, que denuncia la corrupción política y hace tareas de concientización entre los jóvenes de su país. “Mi lucha intenta limitar la influencia del dinero en la política, ayudar a los jóvenes a entender el sistema y encontrar una forma de curar a nuestro Gobierno desde dentro”.
No es fanática ni entiende bien el atractivo de las redes sociales. “Que nadie me busque allí porque nunca voy a estar. No soy nada buena con la tecnología y los teléfonos. A duras penas entiendo cómo funcionan los emails, así que la idea de tener redes sociales es algo que no se pasa por mi cabeza”, aseguraba entonces. Pero el año pasado cambió de idea y decidió entrar a ese espacio desconocido para ella. No obstante, cuando decide aparecer en su perfil de Twitter no es para promocionarse a sí misma sino por un causas como la denuncia del asesinato de Breonna Taylor, que murió víctima de un ataque policial en Louisville en marzo del 2020 sin que los agentes hayan sido detenidos.