El peligro de los peces dorados de los hogares: pueden convertirse en "monstruos"

Son especies invasoras y se han convertido en un peligro para las poblaciones locales: llegan a alcanzar el tamaño de una pelota de fútbol y pesar hasta 2 kilos.

Los peces son una de las mascotas que más abundan en los hogares. Uno de los ejemplares favoritos es el dorado o Carassius auratus, originario de China. Algunas personas se deshacen de ellos soltándolos en ríos, pantanos o estanques, pero según aseguran los expertos lo recomendable es llevarlos a un acuario, porque pueden llegar a convertirse en "monstruos".

Son especies invasivas, por lo que se han convertido en una amenaza para los grupos locales, dado que pueden alcanzar el tamaño de una pelota de fútbol y pesar hasta 2 kilos. Se alimentan de los huevos que ponen otros peces y para buscar alimentos usan una técnica consistente en sacudir el suelo.

Enfermedades desconocidas

Este método presenta un gran problema: al levantar el barro del fondo, flotan nutrientes enterrados que derivan en un gran crecimiento de algas. Otra dificultad añadida con esta especie es que puede traer enfermedades desconocidas para las poblaciones nativas de peces.

Por ejemplo, en Minnesota (Estados Unidos) han solicitado a los ciudadanos que no los liberen en los lagos y ríos del estado tras encontrar varios ejemplares gigantes en el Lago Kelle.

Rápida reproducción

Un estudio realizado en Australia determinó cómo migran tras hacer un seguimiento durante un año a 15 ejemplares: "Descubrimos que estos peces pueden migrar de los canales donde son dejados por sus dueños al río y de allí al sistema de pantanos donde ponen los huevos".

Pueden recorrer una distancia de más de 230 kilómetros y tienen una gran capacidad de reproducción una vez que no tienen la limitación de crecimiento de la pecera. Precisamente, tirar el agua de estas instalaciones también representa una amenaza, ya que en las zonas estancadas se acumulan enfermedades y parásitos peligrosos.


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