Más de 85 países pobres no tendrán acceso generalizado a las vacunas contra el COVID-19 antes de 2023, advierte un informe
The Economist Intelligence Unit estima que si bien la vacunación ha avanzado en los países desarrollados, la inmunización masiva llevará tiempo
El último informe de pronóstico trimestral de la EIU devela que si bien la vacunación contra el COVID-19 ha avanzado en los países desarrollados, la inmunización masiva llevará tiempo. “La producción representa el principal obstáculo, ya que muchos países han reservado más dosis de las que necesitan. Los costos asociados con los programas de inmunización masiva serán significativos, especialmente para los países menos desarrollados que tienen recursos fiscales limitados”, reza la investigación.
Asimismo, el reporte señala que “la diplomacia de las vacunas jugará un papel importante a la hora de determinar qué países en desarrollo tendrán acceso a una vacuna en los próximos meses, y Rusia y China utilizarán el lanzamiento de sus propias vacunas contra el coronavirus para promover sus intereses”.
“Esta es una crisis sanitaria mundial, y las circunstancias extraordinarias de la pandemia de COVID-19 exigen medidas extraordinarias”, dijo la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, en un comunicado.
La EIU estima que la mayor parte de la población adulta en las economías avanzadas (como Reino Unido, Estados Unidos, Israel y los de la Unión Europea) habrá sido vacunada a mediados de 2022. Para los países de ingresos medianos, esta línea de tiempo se extenderá hasta finales de 2022 o principios de 2023. Y para las economías más pobres, la inmunización masiva tardará hasta 2023, si es que ocurre, destaca.
“Es el caso de 84 países que conforman los más pobres del mundo, los cuales no recibirán dosis suficientes para inmunizar suficientemente a sus poblaciones durante al menos un año más, una falla global que se extenderá a lo largo de la primera mitad de esta década”, advirtió Agathe Demarais, directora de pronóstico global de la EIU y autora del informe.
“El contraste entre los países ricos y los más pobres es marcado. La mayoría de los países en desarrollo no tendrá acceso generalizado a las vacunas antes de 2023 como muy temprano. Algunos de estos países, particularmente los más pobres con un perfil demográfico joven, pueden perder la motivación para distribuir vacunas, especialmente si la enfermedad se ha extendido ampliamente o si los costos asociados resultan demasiado altos”, añadió Demarais.
El pronóstico se elaboró utilizando un modelo que evaluó más de 200 países en función de factores que incluyen acuerdos de suministro existentes, capacidad de producción, entregas de vacunas hasta el momento, infraestructura para administrar dosis y tasas de indecisión de vacunas. “El alto escepticismo hacia las vacunas en Japón fue un factor de por qué era poco probable que logre la inmunización completa este año”, dijo Demarais citada por el diario británico The Guardian.
El informe se mostró escéptico ante los pronósticos de Covax, una alianza mundial de intercambio de vacunas liderada por la OMS y que tiene como objetivo asegurar 6.000 millones de dosis para los países más pobres del mundo, la cual pretende suministrar dosis suficientes este año para cubrir el 27% de la población en los países miembros, incluidos más de 92 de bajos ingresos. En ese sentido, la EIU sostiene que los suministros de Covax pueden tardar en llegar, especialmente si las demoras en la producción y la entrega a los países más ricos retrasan las fechas de entrega para los países más pobres.
La desigualdad en el acceso a las vacunas contra el COVID-19 entre países ricos y pobres “aumenta” y se vuelve “grotesca”, afirmó en marzo de este año el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“En enero, declaré que el mundo estaba al borde de un catastrófico fracaso moral si no se adoptaban medidas urgentes para garantizar una distribución justa de las vacunas anticovid. Tenemos los medios para evitar este fracaso, pero es sorprendente lo poco que se ha hecho para evitarlo”, dijo en rueda de prensa.
“La brecha entre el número de vacunas administradas en países ricos y las aplicadas a través de COVAX [el mecanismo de la OMS para abastecer a países pobres] sigue creciendo, y se está tornando más grotesca cada día”, expresó Ghebreyesus.
“Los países más pobres se preguntan si los países ricos piensan realmente lo que dicen cuando hablan de solidaridad. La distribución no equitativa de las vacunas no es solo un escándalo moral, sino también es autodestructiva económica y epidemiológicamente”, insistió. Y agregó: “Algunos países se apresuran en vacunar a toda la población cuando otros países no tienen nada. Esto puede dar seguridad a corto plazo, pero es un falso sentimiento de seguridad”.
Una persona vacunada por segundo vs. ni una sola dosis
La Alianza “People’s Vaccine” alertó que los países pobres o en desarrollo sufren una escasez crítica de la única herramienta eficaz hasta ahora para hacerle frente a la enfermedad por coronavirus. Días atrás, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, denunció que más de 130 países no habían recibido una sola dosis de las vacunas COVID-19 al 17 de febrero y denunció que el 75% de las inmunizaciones aplicadas hasta ese momento se ha concentrado en tan sólo 10 naciones, todas ellas desarrolladas.
“En este momento crítico, la mayor prueba moral que encara la comunidad global es la equidad en la distribución de vacunas. Debemos asegurarnos de que todo el mundo, en todas partes, pueda vacunarse lo antes posible”, apuntó y lamentó que, pese a esto, el progreso en la vacunación haya sido “tremendamente desigual e injusto”.
Según publica Oxfam una confederación internacional formada por 19 organizaciones no gubernamentales, que realizan labores humanitarias en 90 países, la mayoría de los países no desarrollados aún no han podido administrar ni una sola dosis de la vacuna, mientras que los países ricos han vacunado a su población a un ritmo de una persona por segundo.
“Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea, están bloqueando una propuesta presentada por más de 100 países en desarrollo, que se debatirá en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC), y que permitiría acabar con el monopolio de las empresas farmacéuticas y aumentar la producción de vacunas seguras y eficaces contra la COVID-19. Esta medida debe adoptarse de manera urgente a fin de garantizar que los países más pobres pueden acceder a dosis de estas vacunas que necesitan desesperadamente. Se prevé que un mayor número de países pobres reciban dosis de las vacunas en los próximos días gracias al Mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas contra la COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud, también llamado COVAX; no obstante, la escasez de vacunas implica que, a mediados de año, tan solo se habrá vacunado a un 3% de la población de estos países, y a una quinta parte, en el mejor de los casos, a finales de 2021”, aseguraron.
Un millón de personas de todo el mundo han firmado un llamamiento promovido por la Alianza “People’s Vaccine” – una plataforma de organizaciones de activismo como Oxfam, Frontline AIDS, ONU SIDA, Global Justice Now y el Centro Yunus – para exigir a los países ricos que dejen de anteponer el monopolio y los beneficios de las grandes empresas farmacéuticas en detrimento de las vidas de las personas.