La NASA vigila las tormentas geomagnéticas
Se detectó una para el pasado domingo, y se manejan informes de que el planeta Tierra estaría bajo supervisión ante la posibilidad de que ocurran.
Debido al posible daño que esta energía que llega podría tener en la Tierra, el Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) del Servicio Meteorológico Nacional emitió una Alerta de Tormenta G2 - MODERADA - para el domingo 25 de abril. Sin embargo, no es tan grave como parece.
çEl Centro de Predicción del Clima Espacial y las Fuerzas Aéreas de los EE.UU diferencian entre ‘vigilancia’, ‘advertencia’, y ‘alerta’. En este caso, el de la vigilancia, se explica que “se emite una Vigilancia cuando el riesgo de un evento meteorológico espacial potencialmente peligroso ha aumentado significativamente, pero su ocurrencia o el momento aún son inciertos”.
“Está destinado a proporcionar un aviso con suficiente antelación para que aquellos que necesiten poner sus planes en marcha puedan hacerlo. El propósito de una Vigilancia es dar una notificación preliminar de una posible actividad meteorológica espacial con un tiempo de espera de horas a días”, sostienen.
El inicio de todo: una erupción solar
Este fenómeno comienza con una explosión solar en la superficie del Sol, es decir, unas erupciones abruptas de energía fruto de la reorganización o cruce de líneas del campo magnético cerca de las manchas solares. Hay momentos en los que la actividad solar y las llamaradas son más frecuentes e intensas.
Esas llamaradas y su radiación pueden llegar hasta la Tierra, al crearse una gigantesca burbuja de radiación que entra en erupción en el espacio a gran velocidad. Esto provoca grandes espectáculos de luz en el cielo. Es lo que se conoce comúnmente como las auroras, o aurora boreal. El pronóstico era que se pudiera ver en los extremos norte y sur de Estados Unidos.
Las auroras boreales son el resultado de las interacciones entre la atmósfera exterior de la Tierra y el Sol. Este último libera unas partículas cargadas eléctricamente llamadas iones, que se desvían en forma de viento solar o corriente de plasma. Al entrar en contacto con la ionosfera de la Tierra, algunos iones atascados generan brillo. Así es como las auroras cambian todo el rato y se mueven por corrientes de luz o cortinas.
Peligros de las tormentas geomagnéticas o auroras
En algunos casos, la radiación puede interferir con las comunicaciones, y provocar cortes de energía y electricidad. No es algo peligroso para la vida en la Tierra, pero sí que puede causar interrupciones y que se corten las transmisiones de radio o televisión, o las comunicaciones por satélite.
De todas formas, según las averiguaciones sobre esta tormenta en concreto, lo más probable es que nada de esto se produzca, y que lo único que suceda, por el nivel de tormenta, sea una aurora boreal brillante.