La cruel necesidad que explotaron los rusos en el escándalo de espionaje en Italia
Un veterano de 30 años que trabajaba en el Estado Mayor de la Marina fue capturado in fraganti cuando entregaba información sensible a agentes del Kremlin en Roma por sólo 5.000 euros. Qué lo llevó a cometer un delito que puede costarle 20 años de cárcel
El oficial italiano detenido se llama Walter Biot, formaba parte del Estado Mayor y por ello tenía acceso a documentos reservados y clasificados, incluidos aquellos procedentes de la OTAN. Su arresto el martes por la noche en un estacionamiento desató una pelea diplomática entre Italia y Rusia.
Italia expulsó rápidamente a dos funcionarios rusos el miércoles, mientras que el ministro de Relaciones Exteriores, Luigi Di Maio, convocó al embajador ruso Sergey Razov para presentar una protesta formal.
Walter Biot tiene una familia de cuatro hijos. Uno de ellos tiene una discapacidad grave
“Mi marido no quería joder el país. Les dio a los rusos lo mínimo que podía entregar. Nada muy comprometedor. Porque no es estúpido, irresponsable.”, dijo la esposa de Biot, Claudia Carbonara, al diario Il Corriere della Sera. “Solo estaba desesperado. Desesperado por nuestro futuro y el de nuestros hijos”.
El salario de Biot de 3.000 euros al mes (USD 3.500) era insuficiente para mantener a su familia de cuatro hijos, uno de ellos con una discapacidad grave, y cuatro perros, dijo Carbonara al periódico.
Una hipoteca de 1.200 euros, los gastos escolares y las tasas de actividad para los niños empujaron al veterano de la marina de 30 años a entregar documentos secretos al ruso a cambio de 5.000 euros, dijo la mujer.
Una cifra que a muchos les pareció demasiado baja para que alguien como Biot arriesgara su carrera.
“Debido a Covid nos hemos empobrecido”, lo justificó Carbonara, una terapeuta sexual. “Vivimos para los niños, siempre hemos hecho muchos sacrificios por ellos. Sin vicios, sin lujos, atenciones, solo la vida cotidiana que, sin embargo, a la larga hace sentir su peso”, dijo la mujer, y agregó que su esposo no había hablado con ella de antemano de lo que planeaba hacer.
De ser hallado culpable, Biot se enfrenta a una pena de entre 20 años de cárcel y cadena perpetua.
“Para nosotros Walter era el amigo del que no se duda nunca”
“APROVECHARON SUS DEBILIDADES”
Desde 2015, Biot, de 56 años, ha trabajado en la oficina del Jefe del Estado Mayor de la Defensa. Está acusado de tomar fotografías de documentos secretos en la pantalla de su computadora y pasar los archivos a un pendrive, que la policía confiscó.
El intercambió con el militar ruso ocurrió en un estacionamiento de la capital italiana, según reportaron medios locales.
“Los rusos deben haber ahondado muy bien en sus debilidades, en los problemas personales de Walter”, dijo por su parte un compañero de trabajo de Biot bajo condición de anonimato al Corriere. “Se conocía su necesidad de dinero”, “sabíamos que no gozaba de disponibilidad económica”, dijeron otros colegas al diario italiano.
“Desde hace horas nos hemos estado preguntando: ¿es posible?”, dijo uno de los oficiales. “Es como si te dijeran que una persona en la que confiabas ha cometido una barbaridad. Para nosotros Walter era el amigo del que no se duda nunca. Juguetón, apasionado, sus ojos hablaban por sí solos”.
“Los rusos deben haber ahondado muy bien en sus debilidades, en los problemas personales de Walter”
Según los ex colegas, la principal preocupación del hombre era la salud de su hija más chica, que padecía una grave minusvalía y necesitaba un costoso tratamiento médico.
Sin embargo, la esposa de Biot negó que ese fuera el motivo. “Es un padre maravilloso, amoroso y omnipresente. Pero la pequeña afortunadamente está atendida, este no fue el mayor problema económico a enfrentar”, aseguró.
RELACIONES TENSAS
El arresto de Biot se produjo tras largas investigaciones de la agencia de inteligencia nacional italiana AISI, con el apoyo del Jefe del Estado Mayor de la Defensa.
El miércoles, Di Maio dijo al parlamento que la medida de Rusia era un “acto hostil que tendrá consecuencias”.
Un portavoz del Kremlin dijo el miércoles que esperaba que el incidente no afectara “la naturaleza muy positiva y constructiva” de las relaciones entre los dos países.
La embajada rusa en Roma también expresó el miércoles “pesar” por la expulsión de dos miembros de su agregado militar.