Irán anunció que intensificará el enriquecimiento de uranio tras la misteriosa explosión en la planta de Natanz
El régimen informó que “1.000 centrifugadoras adicionales con una capacidad un 50% superior se añadirán a las máquinas presentes, además de sustituir aquellas que resultaron dañadas” en el estallido ocurrido el domingo en ese complejo nuclear y que el país atribuye a un ciberataque
Abbas Araghchi, viceministro de Relaciones Exteriores, comunicó “en una carta a Rafael Grossi”, director ejecutivo del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), que Irán está enriqueciendo uranio de isótopo 235 al 20%, muy por encima del límite de 3,75% fijado por el acuerdo de 2015, informó la agencia oficial de prensa Irna.
Un 60% de refinamiento lo pondría en condiciones de pasar rápidamente al 90% o más, necesario para una utilización de este mineral con fines militares.
Irna no precisó cuándo empezarán estas actividades, que supondrían un paso más en la violación de los compromisos asumidos por Irán ante la comunidad internacional para limitar su programa nuclear. Pero, según PressTV, una cadena de información en inglés de la televisión estatal, la medida entrará en vigor el miércoles.
La República Islámica siempre ha negado querer dotarse del arma nuclear, argumentando que su moral y su religión se lo prohíbe.
Como represalia al restablecimiento de sanciones por parte de Estados Unidos al retirarse del acuerdo, Irán se ha alejado desde 2019 de la mayoría de los compromisos clave para limitar sus actividades nucleares que asumió en Viena.
“Preservar el acuerdo”
En su misiva, Araghchi también declara que “1.000 centrifugadoras adicionales con una capacidad un 50% superior se añadirán a las máquinas presentes en Natanz, además de sustituir aquellas que resultaron dañadas” en la explosión ocurrida el domingo en ese complejo nuclear del centro del país, explicó Irna.
Los anuncios llegaron horas después de que el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, se reuniera con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, en Teherán.
Anteriormente, la televisión estatal había indicado que Araghchi había partido de Teherán rumbo a Viena, donde se están llevando a cabo unas negociaciones para intentar que Estados Unidos se reincorpore al acuerdo de 2015 y que Irán vuelva a ceñirse a lo estipulado en el mismo, a cambio de que Washington levante las sanciones ordenadas desde 2018.
“Esperamos que sea posible preservar el Plan de Acción Integral Conjunto y que Washington regrese finalmente”, declaró Serguéi Lavrov, durante una rueda de prensa junto a Mohammad Javad Zarif.
Lavrov volvió a llamar a Estados Unidos a levantar las sanciones adoptadas contra Teherán y criticó además las recientes sanciones de la Unión Europea (UE) contra ocho funcionarios iraníes por su participación en la represión a las protestas de 2019.
“Si esta decisión fue tomada de manera voluntaria en plena negociación en Viena para salvar [el acuerdo sobre el programa nuclear iraní] es un error que sería peor que un crimen”, declaró Lavrov, instando a los europeos a tomar “medidas para impedir que las negociaciones fracasen”.
“Muy mala apuesta”
Teherán acusó a Israel de haber saboteado el domingo la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, en el centro de Irán, y prometió “venganza”.
Según Teherán, una “pequeña explosión” provocó un corte de la corriente eléctrica, aunque los daños se podrán reparar “rápidamente”.
Washington negó estar implicado en el incidente.
El New York Times, que afirma que la operación fue obra de los israelíes, indicó el martes, citando a un “responsable de los servicios de inteligencia” de Israel, que “un artefacto explosivo fue introducido clandestinamente en la planta de Natanz”.
“Pensaron que lo que hicieron en Natanz sería en perjuicio de Irán... Les aseguro que en un futuro cercano Natanz va a pasar a centrifugadoras más perfeccionadas (...) Los israelíes (...) hicieron una muy mala apuesta”, aseguró el jefe de la diplomacia iraní.
Las discusiones de Viena reúnen a Irán y las grandes potencias que permanecen en el acuerdo (Alemania, China, Francia, Reino Unido, Irán y Rusia), bajo los auspicios de la Unión Europea. Washington participa pero sin contacto directo con los iraníes.
Joe Biden, que sucedió a Trump en enero, señaló su intención de reincorporarse al acuerdo de Viena. Pero, hasta ahora, Teherán y Washington exigen mutuamente que la otra parte dé el primer paso antes de atenerse a sus compromisos.
“Queremos [...] que todas las partes del [acuerdo] pongan en práctica su promesa y su palabra y que acepten todo lo que fue firmado [en 2015]”, declaró el presidente iraní, Hasan Rohani, al recibir a Lavrov.