“Vacunagate” en Perú: Sinopharm entregó cientos de miles de dólares en donaciones antes de firmar el contrato para la entrega de los inoculantes
Los insumos médicos no estaban relacionados al estudio clínico que el laboratorio llevaba adelante en el país y fueron enviados en los meses previos al acuerdo con el gobierno para la compra de 38 millones de vacunas, lo que algunos consideran un posible soborno
De acuerdo con los reportes de Aduanas a los que tuvo acceso el citado medio de comunicación, el laboratorio chino dio a ambas instituciones mascarillas, ventiladores mecánicos, concentradores de oxígeno y otros elementos de protección hospitalaria, cuyo valor ascendió hasta los 861.040 dólares.
Según el informe periodístico, estas entregas no tenían vinculación con el estudio clínico que Sinopharm realizaba en el Perú, pues fueron escalonadas y la primera se registró el 31 de agosto, cuando el Estado todavía no había cerrado el contrato con el laboratorio chino para la compra de vacunas contra la COVID-19.
De hecho, ese acuerdo se firmó recién en los primeros días de enero, por lo que la enorme mayoría de estos envíos fueron antes del esperado sello del pacto. De esta forma, se ha especulado en el país que las donaciones podrían considerarse un soborno para facilitar la venta de las 38 millones de dosis al país sudamericano, que hasta ese entonces no había firmado con ningún laboratorio.
Implicada en el “vacunagate”
La responsable de aprobar las donaciones habría sido la entonces directora ejecutiva de Productos Farmacéuticos de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), Sofía Salas Pumacayo.
Salud con Lupa aseguró que, según confirmaron fuentes de la Digemid, Salas renunció a su cargo al día siguiente de hacerse pública la lista de los implicados en el “Vacunagate”, el escándalo de vacunaciones secretas que, antes de la campaña oficial de inmunización, benefició a altos funcionarios peruanos, entre ellos el entonces presidente Martín Vizcarra (2018-2020).
De hecho, el nombre de Sofía Salas aparece en esa lista de las 470 personas que recibieron la inoculación gracias al lote adicional de 3.200 dosis que Sinopharm envió al país andino.
De este monto, 1.200 dosis se entregaron a la embajada China en Perú (que no ha difundido quiénes recibieron esas inoculaciones) y las restantes 2.000 fueron enviadas a los centros de investigación de las universidades Cayetano Heredia y Mayor de San Marcos, que llevarían adelante el ensayo clínico de la vacuna con 12.000 voluntarios.
La semana pasada, la comisión encargada de investigar el “Vacunagate” reveló que fueron un total de 101 funcionarios públicos, familiares e invitados quienes recibieron la vacuna de Sinopharm de forma irregular.
El actual canciller Allan Wagner dijo ante el Congreso que Weihua Li, directora de cooperación internacional de Sinopharm, “hizo el ofrecimiento” el 7 de agosto al embajador peruano en Beijing, Luis Quesada. Casi tres semanas después, Perú respondió en una carta y le solicitó a Sinopharm 2.000 dosis de su entonces vacuna de emergencia, que en China se aplicaba a diplomáticos, obreros y estudiantes.
La embajada de China en Lima no se ha pronunciado. A mediados de febrero la embajada dijo en su cuenta de Twitter que rechaza los términos como “‘vacunas de cortesía, donaciones o prebendas’ utilizados por algunos medios de comunicación y las difamaciones a las cooperaciones de vacuna” entre Perú y China.
Perú comenzó el 9 de febrero su plan de inmunización con el primer cargamento de vacunas de Sinopharm, la cual requiere de dos dosis para inmunizar a una persona y es eficaz en un 79,34% a la hora de evitar que las personas desarrollen la enfermedad COVID-19, según datos provisionales de la firma. China aprobó esta vacuna para su uso público en diciembre.