Francia, Alemania y el Reino Unido denunciarán ante el OIEA las restricciones que Irán impuso a las inspecciones de su programa nuclear
Fuentes diplomáticas indicaron que los países europeos buscan encontrar un equilibrio entre “firmeza y contención” que sirva para salvar el acuerdo alcanzado con el régimen persa en 2015
Los europeos realizarán esta presentación durante las negociaciones del Consejo de Gobernadores, que se reúne esta semana en la sede del OIEA, en Viena, para tratar de encontrar un abordaje que equilibre firmeza y contención y sirva para salvar el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés).
El pacto pende de un hilo desde que el ex presidente de Estados Unidos Donald Trump decidiera retirarse de manera unilateral en 2018 y restablecer sanciones económicas contra la República Islámica. La situación no ha mejorado pese a que el actual mandatario estadounidense, Joe Biden, ha prometido revertir esta decisión siempre que Teherán vuelva a cumplir sus compromisos nucleares. Irán, en contraste, pide como condición previa para volver a negociar el levantamiento de las medidas punitivas.
La resolución de los países europeos podría echar por tierra el acuerdo temporal de tres meses que el secretario general del OIEA, el argentino Rafael Grossi, alcanzó con Irán el 23 de febrero para mitigar lo que llamó una “gran pérdida” en términos de inspecciones de la agencia de la ONU.
En caso de que la resolución crítica tenga un voto favorable, Irán ha amenazado con “poner fin” al acuerdo, en el que se comprometió a proporcionar el conjunto de los datos de las cámaras de seguridad de sus instalaciones y otros requerimientos siempre y cuando se retiren las sanciones al término de dicho periodo.
“La introducción de una resolución, en menoscabo total de los intercambios constructivos con el Organismo, sería totalmente contraproducente y destructivo”, advirtió la República Islámica en una nota informal dirigida a los estados miembros.
Según varias fuentes, la resolución propuesta por los europeos podría ser votada el viernes y contaría con el respaldo de Estados Unidos.
La agencia AFP tuvo acceso a una versión del texto que “expresa la seria preocupación [de esos países] por la decisión de Irán de dejar de cumplir” con algunos de sus compromisos relacionados con las inspecciones e “insta a Irán a reanudar inmediatamente la aplicación”.
Una fuente diplomática dijo que la posibilidad de que el régimen iraní deje de cumplir con el acuerdo era un “riesgo que hay que asumir” para salvaguardar “la credibilidad de la agencia” y resistir al “chantaje” de la República Islámica.
La última advertencia se remonta a junio de 2020, tras el rechazo de Teherán a autorizar la inspección de dos plantas sospechosas. Se trató de la primera resolución crítica desde 2012.
Rusia, uno de los principales aliados del régimen persa, se opuso claramente al texto. Ese tipo de medida sería un “error desafortunado”, señaló en sus redes sociales el embajador ruso ante las organizaciones internacionales basadas en Viena, Mijail Ulyanov, el lunes.
El viceministro de Exteriores ruso Sergei Ryabkov, por su parte, señaló que los bombardeos efectuados por Estados Unidos en Siria la semana pasada contra milicias pro-Irán iban encaminados a socavar cualquier negociación. “No hay duda de que las fuerzas influyentes en Washington dieron pasos para desbaratar esta reunión”, declaró, citado por la agencia rusa de prensa TASS.
Con todo, antes de que empezara la reunión, Rafael Grossi dijo que el tema de las inspecciones no debe utilizarse “como moneda de cambio” durante las negociaciones.
En alusión al acuerdo temporal firmado con el OIEA, el portavoz de la diplomacia iraní Saeed Khatibzadeh, declaró el lunes que “Irán le concedió a la otra parte un respiro de buena fe”. “Esperamos que la otra parte aprecie este enfoque de diplomacia y cooperación”, agregó.
La República Islámica ha dado en las últimas semanas un nuevo paso hacia su retirada del acuerdo (nivel de enriquecimiento de uranio del 20%, producción de uranio metal y limitación de las inspecciones), con el fin de llevar a Estados Unidos a retirar las sanciones que asfixian su economía.
Logrado en 2015 en Viena entre Irán y el grupo 5+1 (Francia, Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, China y Alemania), el JCPOA pretendía inicialmente enmarcar el programa nuclear de la República Islámica a cambio de aligerar las sanciones internacionales. Pese a sus desmentidos, Teherán está acusado de buscar dotarse con el arma atómica.
En ese sentido, las últimas violaciones al acuerdo han puesto en alerta a la comunidad internacional. Semanas atrás el OIEA informó que Teherán comenzó a fabricar uranio metal. El 8 de febrero la agencia de la ONU “verificó 3,6 gramos de uranio metal en la planta de Isfahán” (en el centro del país). El asunto es sensible ya que el uranio metal puede usarse para fabricar armas nucleares.
El acuerdo nuclear incluye una prohibición de 15 años en lo que respecta a “la producción o adquisición de metales de plutonio o de uranio y sus aleaciones”. Además, prevé que Irán podría ser autorizado a empezar a investigar la producción de combustible a base de uranio “en pequeñas cantidades” al cabo de 10 años, pero solamente con la autorización de los otros firmantes.
“Irán ha mostrado contención al negociar este acuerdo técnico con el OIEA, y sería una locura si los estadounidense desperdician el tiempo ganado”, comentó a la AFP Kelsey Davenport, directora de política de no proliferación de la Asociación de Control de Armas, que pide a Washington que haga un “gesto concreto”.
“A corto plazo”, la agencia de la ONU puede seguir haciendo su trabajo sin gran impacto en las inspecciones, “pero si la situación se prolonga, la confianza en la naturaleza pacífica del programa nuclear se debilitará”, advirtió.