Mitos, verdades y curiosidades sobre el eclipse total de Sol
El mayor espectáculo astronómico comenzará este lunes 14 de diciembre alrededor de las 11:45 y terminará alrededor de las 14:45. El fenómeno celeste no volverá a ocurrir en la región hasta 2048
Esto mismo será lo que sucederá en América Latina, particularmente en gran parte de los países sudamericanos, que serán testigos del primer eclipse solar de la década y algunas ciudades de Argentina y Chile tendrán el privilegio de observarlos en su forma total y no parcial.
Los que tendrán “asientos de primera clase”, o como se suele decir una ubicación de privilegio en lo que respecta a la observación serán aquellos que están en el norte de la Patagonia. Se cree que el Sol quedará completamente bloqueado detrás de la Luna por más de 2 minutos, y esto sucedería según las estimaciones del Servicio Meteorológico Nacional y del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEDEF) con una fase parcial alrededor de las 11:45 y terminará cuando la Luna descubra totalmente al Sol, alrededor de las 14:45 horas. Pero el gran momento en el que se lo podrá ver en forma total, con la posibilidad única de observar la corona solar en su esplendor, será a partir de las 13 horas.
Por su parte, en el sur de Chile, viven con preocupación y expectación por el mal clima que amenaza la posibilidad de que puedan ver este lunes el eclipse. la comunidad científica y los turistas están pendientes de las nubes y el mal clima que azota desde hace días la zona.
En las faldas del volcán Villarrica, a unos 1.500 metros de altura y en los alrededores de Pucón, un destino turístico a 800 kilómetros al sur de Santiago, un equipo de científicos del Instituto de Astrofísica de la Universidad Católica monitorean regularmente el cielo con la idea de predecir de alguna manera si la climatología será benigna al mediodía del lunes.
A las 13H00 hora local (16H00 GMT) de ese día la órbita de la luna alrededor de la Tierra y la del Tierra en torno al sol coincidirán, permitiendo la alineación del planeta, el satélite y la estrella generando un eclipse total durante dos minutos.
El problema reside en la capa de nubes que desde el pasado jueves cubre la región de La Araucanía, principal impedimento para apreciar el fenómeno astronómico ya que las previsiones auguran un 100% de lluvia durante el eclipse.
Para Simón Ángel, astrónomo de la Universidad Católica, “el escenario ideal” de este eclipse, al que ya llaman “diferente” por la inestabilidad atmosférica, sería que en el momento en el que se haga de noche en pleno día haya algunos claros entre las nubes.
“Si se acerca la totalidad y ahí se está despejando y tenemos algunos claros, vamos a tener equipos armados dentro del edificio y podemos sacarlos para prepararlos rápidamente para observar el momento de la totalidad, que en mi opinión es el momento más espectacular del eclipse”, explicó.
Dragones y demonios
La mitología China contaba sobre el feroz ataque de un dragón que desgarraba al Sol en los momentos en los que el emperador tenía problemas con sus esposas. Para que vuelva la luz y el orden lanzaban flechas al aire y golpeaban tambores como rito para espantar al dragón y evitar que se coma al Sol.
En el antiguo reino de Siam (sur de Asia), creían que dios/demonio Rahu (el Glotón), devoraba al Sol y que sólo a través del sacrificio de animales podía devolverle la luz. Incluso, aunque parezca increíble en la actualidad existen muchas comunidades del sur asiático que le temen a Rahu y a la furia del dios-sol Surya.
¿Indicio de desgracias?
De acuerdo a la civilización maya, los eclipses de Sol eran un presagio de desgracias y sentían miedo reverencial ante este tipo de fenómenos astronómicos. La luz desaparecía y renacía pero ya no era la misma luz: ahora estaba corrupta. Esta creencia era signo de certeza de que era el final de la vida. Los mayas eran observadores y estudiosos de los cielos, podían calcular cuándo se daría exactamente este evento de oscuridad, pero no por eso perdían el miedo.
También esta comunidad vinculaba al eclipse solar con el momento en que peligrosas aves descendían para arrancar los ojos de los hombres, “los dejaban ciegos”, sostenían.
Este mito sí está relacionado en cierto modo con la realidad, probablemente aquellos que miraron directamente al Sol atraídos por el eclipse, sufrieron daños irreversibles en sus retinas. En la actualidad se conoce el daño que genera la radiación UV, y por eso los expertos recomiendan nunca mirar directamente al Sol.
¿Cómo ver el eclipse sin riesgos para la vista?
Nunca hay que observar un eclipse sin elementos de protección adecuados porque puede ser perjudicial para la vista. Salvo en los breves instantes que dura la totalidad (cuando el Sol está 100% cubierto por la Luna), donde podemos observar a simple vista sin peligro, los oftalmólogos advierten que nunca hay que mirar el eclipse en ningún grado de su parcialidad sin anteojos con filtros especiales (se consiguen en comercios del rubro astronómico o vía Internet), ya que causan un daño irreparable en la retina ocular.
Observar un eclipse solar es una experiencia inolvidable, pero mirar directamente al Sol puede producir un grave daño a los ojos. Aún por un corto período de tiempo, sin tener la protección correcta, puede dañar la retina de forma permanente. Inclusive puede causar pérdida total de la visión, conocida como Retinopatía Solar: el daño en la retina del ojo que resulta de la exposición por observar eclipses solares sin las precauciones adecuadas.
“La afectación no distingue sexo ni edad. Se pueden causar quemaduras en la retina, tejido en el que se procesa las imágenes y luego se transmiten al cerebro. Estas lesiones pueden ser de leves a severas y hasta se pueden generar cuadros de ceguera permanente. Por estas razones, a la hora de observar un eclipse se deben respetar estrictamente las pautas de prevención que indica la Sociedad Astronómica Americana y que publica la Academia Americana de Oftalmología”, explicó a Infobae la doctora Laura Taverna, oftalmóloga de INEBA.
2020, ¿será un eclipse distinto por la pandemia?
Según el astrónomo chileno, profesor asociado en el Instituto de Astronomía de la Pontificia Universidad Católica e investigador del centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (Catal), Ezquiel Treister, “este año será distinto por la pandemia, ya que en esta particular ocasión lo recomendable es no aglomerar gente, tratar de verlo cada uno desde su ubicación. Los porcentajes de cobertura van a ser distintos a años anteriores; va a ser parcial y no alcanzará la totalidad aunque será mayor la fracción del Sol cubierto que en los últimos eclipses que presenciamos en años anteriores”.
“Si se observa con el equipo correcto, lentes especiales o telescopios, se podrá ver un mayor porcentaje de área impactada por el eclipse si se está cerca de la región chilena de Saavedra, Pucón, y en las argentinas de Valcheta y Salina del Eje”, añadió.
Los investigadores explican el eclipse solar total en relación con los tamaños del Sol y la Luna y su distancia de nuestro planeta. “El Sol es 400 veces más grande que la Luna y se encuentra aproximadamente 400 veces más lejos de la Tierra. Debido a esta coincidencia, la Luna parece lo suficientemente grande como para cubrir el Sol por completo durante el eclipse total de sol”, explicó a Infobae el licenciado Mariano Ribas, coordinador del Área de Divulgación Científica del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires, Galileo Galilei.
Una de las curiosidades que presentan los eclipses solares totales es que según afirman los científicos, no serán por siempre. Debido a que la Luna se aleja todos los años 3,8 centímetros de la Tierra, dentro de un milenio la circunferencia lunar no llegará a tapar por completo el disco del Sol, por lo que en la Tierra no se podrán observar más los espectaculares eclipses solares totales.