Messi tenía razón
Cuando al final de la temporada quiso irse del Barcelona estaba viendo venir más papelones, después de aquel 8-2 del Bayern.
Cuando él, sobre el final de la temporada 19/20, veía venir los efectos que tendría la progresiva pérdida de competitividad del Barcelona, y advertía que con lo que estaban haciendo no alcanzarían los objetivos, nadie en el Barcelona le dio mayor bola. Cuando se perdió la liga y llegó la catastrófica salida de la Champions, con un 8-2 bien humillante, ya se olía en el aire que Leo Messi daba por cerrada su esplendoroso ciclo en el club. Tampoco le creyeron gran cosa hasta que intentó ejecutar una cláusula para salir, que nunca sabremos si tenía respaldo legal: ya se sabe, Barcelona sacó los tanques a la calle para anunciarle una batalla que él no estaba dispuesto a dar.
Así fue que se quedó, mientras le volteaban a los tiros a sus amigos y compinches, Lucho Suárez y Vidal. Y así transita este semestre siniestro, en el que el club tiene su peor arranque en el torneo en más de 30 años, y él deambula con tristeza en un equipo cuyo papelón en el segundo gol de Cádiz este sábado fue un símbolo del imperio desmoronado.
Barsa, la ciudad, LaLiga que habían sacado las garras para forzarlo a seguir con la blaugrana, ya pueden ir comprendiendo que Messi tenía razón en querer irse. Y no seguir estirando este grotesco, yendo a hostigarlo al aeropuerto cuando regresa de jugar para Argentina, o declarando, como lo hizo el dirigente Carles Tusquets hace unos días, que habría que haberlo vendido.
Messi es Messi, y con un marciano así nunca se puede descartar que la Champions sea el combustible para que frote la lámpara del genio una vez más.
Pero en su patria catalana de adopción ya parecen no saber que más hacer para incomodarlo y su amigo Neymar lo llama desde París. Al PSG, al City de Guardiola, o quién sabe si hay alguna sorpresa escondida: todo indica que, inexorablemente, Leo se irá más temprano que tarde de donde casi casi ya no está.
