La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó la demanda electoral presentada por Texas, que Donald Trump había calificado como su mayor esperanza
El recurso buscaba desconocer los resultados en cuatro estados clave que fueron clave para darle la victoria al demócrata Joe Bien
Sus nueve integrantes, incluidos tres designados por el presidente republicano, concluyeron que Texas no tenía derecho a interferir en la organización de elecciones en otros estados.
La demanda de Texas contra cuatro estados clave en las elecciones del 3 de noviembre pretendía anular la votación de los territorios en los que Biden resultó ganador por un margen estrecho y fueron instrumentales para garantizar su victoria: Michigan, Georgia, Pensilvania y Wisconsin.
Los magistrados rechazaron el pedido a través de una breve orden, que había sido presentada como se permite en algunos casos de litigio entre estados bajo una doctrina legal llamada “jurisdicción original”. Pero la orden afirmó que Texas no tiene capacidad legal para presentar el reclamo.
Desde el equipo de Biden celebraron la decisión de la Corte pero aseguraron que “no es una sorpresa”. El vocero del demócrata, Mike Gwin, emitió un comunicado el viernes en el que califica a la demanda de Texas como un “ataque al proceso democrático”.
“La clara y contundente victoria electoral de Biden será ratificada por el colegio electoral el lunes, y él asumirá como presidente el próximo 20 de enero”, afirma el breve comunicado, donde también añade que “docenas de jueces, oficiales electorales de ambos partidos y el propio Fiscal General de Trump desecharon sus intentos sin fundamentos de negar que perdió la elección”.
El caso fue presentado el martes pasado por el fiscal general republicano de Texas, un aliado de Trump, que a su vez presentó el miércoles una moción para intervenir y convertirse en demandante.
Por su parte, los cuatro estados pidieron el jueves a los jueces que rechazaran la demanda, asegurando que no tenía fundamentos fácticos o legales. Esos cuatro territorios tienen el suficiente peso para que, si sus resultados eran anulados, impidieran al demócrata de alcanzar la valla de 270 votos del colegio electoral.
“¡Esta es la grande!”, había dicho el presidente Trump, luego de sufrir varios reveses con otros reclamos electorales ante la Justicia. En Twitter, insistió: “Hay evidencia masiva de fraude generalizado en los cuatro estados (y más) mencionados en la demanda de Texas. ¡Solo mire todas las cintas y declaraciones juradas!”.
Los 538 votantes del Colegio Electoral tienen previsto designar oficialmente al ganador de los comicios el 14 de diciembre, pero el fiscal general de Texas, Ken Paxton, había solicitado a la Corte Suprema que congele rápidamente el proceso. En ausencia de la intervención del tribunal, señalaba la demanda de Paxton, confirmar la victoria de Biden tendrá como resultado “manchar las elecciones y el futuro de las elecciones libres”.
Texas alegó que los resultados en los cuatro estados señalados eran “inconstitucionales” debido al uso intensivo de votos por correo “propensos al fraude” durante la pandemia de coronavirus reinante.
Sin embargo, no ofreció pruebas de fraude significativo y no impugnó el uso de boletas por correo en los estados que ganó Trump. La demanda citó numerosos supuestos ejemplos de fraude potencial ya rechazados repetidamente por los tribunales en docenas de casos planteados por la campaña de Trump.
La demanda fue vista como audaz y apenas legalmente sólida, dado que ningún estado tiene ningún derecho legal a interferir en los procesos electorales de otro. Funcionarios de los cuatro estados, tanto republicanos y demócratas, habían dicho que estas acusaciones carecen de base y que sus elecciones se decidieron de manera justa.
De momento, no hay dudas de que Biden ganó la presidencia y cuenta con 306 votos electorales para ser confirmado el 14 de diciembre, frente a los 232 de Trump.