El gobierno de Yemen denunció que el atentado sufrido en Aden fue perpetrado por los rebeldes hutíes con el apoyo del régimen de Irán
“Cuando hablamos de los hutíes, hablamos de Irán y de sus proyectos de sabotaje en la región”, aseguró el primer ministro Maeen Abdelmalik Saeed, en referencia al ataque que el miércoles dejó al menos 26 muertos
Al abrir la primera sesión del recién nombrado Consejo de Ministros, el jefe del gabinete yemení, Maeen Abdelmalik Saeed, dijo que, “según los indicios preliminares de la investigación”, los hutíes [un grupo chiita respaldado por Teherán] “están detrás este acto criminal”, conforme a un video distribuido por su oficina.
El primer ministro confirmó que el ataque se llevó a cabo con “misiles teledirigidos” y añadió que, “de acuerdo con información de inteligencia, había expertos iraníes preparando este ataque desde hacía varios meses”.
“Cuando hablamos de los hutíes, hablamos de Irán y de sus proyectos de sabotaje en la región”, sostuvo.
Este ataque, advirtió Saeed, “golpea los esfuerzos a favor de la paz” y es “un claro mensaje de la milicia hutí a la comunidad internacional sobre el proceso paz en el Yemen”.
El ministro de Relaciones Exteriores, Ahmed bin Mubarak, en tanto, se comprometió a “restaurar la estabilidad” de su país devastado por la guerra. “El gobierno está decidido a cumplir con sus deberes y trabajar para restaurar la estabilidad en Yemen. Este acto terrorista no lo disuadirá”, dijo a la agencia AFP.
Los hechos tuvieron lugar en la mañana local del miércoles cuando los miembros del nuevo Gobierno de unidad yemení, en el que participan por primera vez los separatistas del sur, acababan de llegar al aeropuerto de Aden, la capital provisional del Ejecutivo legítimo situada en el sur del país, y estaban descendiendo del avión que les había trasladado de Riad.
Aunque todos los ministros resultaron ilesos, las explosiones alcanzaron a trabajadores del aeropuerto, así como a periodistas y personal de seguridad que habían acudido para recibir a los nuevos dirigentes, nombrados el 18 de diciembre por el presidente Abdu Rabu Mansur Hadi, exiliado en Arabia Saudita.
El último balance de víctimas, ofrecido por Saeed, eleva a 26 los fallecidos y a más de un centenar los heridos y, entre los muertos están una viceministra yemení, tres trabajadores del Comité Internacional de la Cruz Roja y un reportero.
En la madrugada del jueves la coalición de países árabes que apoya al Gobierno yemení lanzó once ataques aéreos contra la capital, Saná, y la provincia del mismo nombre, bajo dominio hutí, informó la agencia de noticias Saba, controlada por este grupo chií, en lo que se considera una represalia contra la agresión en Aden.
Los miembros del gabinete llegaron a Aden días después de haber sido juramentados por Hadi en Arabia Saudita, que lidera una coalición militar contra los insurgentes. El mandatario huyó a la capital saudita, Riad, después de que Sanaa cayera ante los hutíes en 2014.
El nuevo gobierno incluye ministros leales a Hadi y partidarios del secesionista Consejo de Transición del Sur (STC), así como otras partes. El Primer Ministro Main Said ha conservado su puesto en el nuevo gobierno, mientras que se han producido cambios en varios ministerios, incluido el de Asuntos Exteriores. Aunque todos se oponen a los rebeldes hutíes, han surgido profundas divisiones entre las fuerzas, y el impulso patrocinado por Riad para formar el gobierno de unidad fue diseñado para reparar las divisiones.
En un tuit, el embajador saudí Mohamed al Jaber denunció el “ataque terrorista cobarde contra el pueblo yemení”.
Emiratos Árabes Unidos, otro pilar de la coalición que dirige Arabia Saudita, y al que se acusa de apoyar a los separatistas, considera que el atentado es un “plan que trata de minar las posibilidades de establecer seguridad y estabilidad en Yemen”.
El miércoles por la noche tuvo lugar otra explosión cerca del palacio presidencial de Adén, sede del gobierno, según una fuente de la seguridad.
La guerra estalló a finales de ese año, cuando los rebeldes hutíes conquistaron amplias zonas del oeste y el norte del Yemen, incluida su capital, y se agravó con la intervención de una coalición de varios países árabes, encabezada por Arabia Saudita, en apoyo del Gobierno.
La ONU considera esta contienda la peor catástrofe humanitaria del planeta, con más de 24 millones de personas, el 80 % de la población del país, necesitadas de algún tipo de asistencia humanitaria.