Boris Johnson anticipó que hay “una fuerte posibilidad” de que el Reino Unido y la UE no lleguen a un acuerdo por el Brexit
El primer ministro británico dijo que, dado el estado de las negociaciones, cree que hay más chances de que las relaciones con el bloque pasen a ser regidas por las reglas de la Organización Mundial de Comercio
“Existe ahora una fuerte posibilidad de que tengamos una solución que se parezca más a la relación que Australia tiene con la UE”, expresó, en referencia a la ausencia de aun cuerdo de libre comercio entre ambos, lo que implica la aplicación de aranceles y cuotas según las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El martes, un día antes de su encuentro en Bruselas con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el primer ministro del Reino Unido ya había advertido que las posiciones entre las partes estaban “muy alejadas”. Y luego de que tuviera lugar la reunión, ambos dieron a entender que las diferencias persisten.
La Comisión Europea presentó este jueves una serie de directrices de “contingencia” para que los Estados miembros se preparen para un Brexit sin acuerdo el próximo 1 de enero, ante la encallada situación de la negociación entre Londres y Bruselas.
Las directrices, que hace tiempo habían reclamado los Estados miembros, abordan los ámbitos de la conexiones y la seguridad aérea y del tráfico rodado y la pesca.
“Las negociaciones aún están en curso, pero el final de la transición está cerca (...). Tenemos que estar preparados”, señaló en su cuenta de Twitter Von der Leyen, quien cenó anoche en Bruselas con Johnson. La diplomática alemana agregó que, incluso aunque se alcance un acuerdo en las negociaciones que se espera duren al menos hasta el próximo domingo, no hay garantías de que este “pueda entrar en vigor a tiempo”.
El plan de contingencia busca garantizar “la conectividad aérea y por carretera recíproca básica entre la UE y el Reino Unido, además de permitir la posibilidad de acceso de pesca recíproco de los buques de la UE y el Reino Unido a las aguas de los demás”, indicó la Comisión.
El objetivo es que sirvan para “cubrir el período durante el cual no existe un acuerdo” y, en caso de que no se alcanzara, finalizaría tras un período determinado en cada área específica.
Una fuente del gobierno británico informó que Johnson y Von der Leyen tuvieron una “discusión franca” el miércoles por la noche, en la que ambos líderes reconocieron que persisten “grandes diferencias” en sus posiciones y “sigue sin estar claro si pueden superarse”. Sin embargo, el primer ministro británico “no quiere dejar sin explorar la más mínima vía hacia un acuerdo”.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea señaló en un comunicado que la cena de trabajo había sido “interesante y animada” y que abordaron la lista de asuntos pendientes, y constataron que las posiciones de ambos “siguen estando alejadas”.
Después de ocho meses de negociaciones, el camino a un acuerdo está encallado en tres cuestiones (derechos pesqueros, normas de competencia y el futuro mecanismo de solución de controversias), y por ello Johnson viajó a Bruselas para tratar de desbloquear la situación.
Raab, por su parte, insistió en que la UE debe “moverse significativamente” en las cuestiones del acceso europeo a las aguas pesqueras británicas y las garantías de competencia exigidas a Londres a cambio de un acceso libre al mercado único europeo.
Desde su salida oficial de la UE el pasado 31 de enero, el Reino Unido ha seguido aplicando las normas europeas. Pero al final del período de transición, que tendrá lugar dentro de tres semanas, saldrá del mercado único y la unión aduanera, por lo que de no llegar a un acuerdo tendrá que regirse por las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que implican aranceles y cuotas, amenazando a unas economías ya debilitadas por el coronavirus.
Aunque el alcance de los daños dependerá de los resultados de las actuales negociaciones, la mayoría de los economistas prevén un Brexit económicamente doloroso. La respetada London School of Economics estimó esta semana que un Brexit sin acuerdo será más costoso que el covid-19, pues sus consecuencias se sentirán durante más tiempo.
Según las estimaciones de mucho antes de la crisis sanitaria, sin un acuerdo, el PIB caería un 7,6% en 15 años, mientras que un acuerdo comercial lo reduciría un 4,9%, un impacto mucho menor, señal del desafío que representa la salida de la Unión Europea.
En medio de estas negociaciones, y en un gesto interpretado como un señal de buena voluntad, Londres y Bruselas anunciaron el martes pasado un acuerdo sobre el comercio post-brexit en Irlanda del Norte tras una reunión entre el ministro del Gabinete británico, Michael Gove, y el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic.