Gallardo: el valor de De La Cruz y el riesgo de perderlo
El Muñeco elogió el presente del volante uruguayo de 23 años, ya jugador de selección, y a la vez explicó que “cuando logre mantener (el nivel) regularmente, ya nos va a costar sostenerlo, no va a estar más acá”.
Las leyes implícitas del fútbol son muy similares a las de la vida. Y Marcelo Gallardo lo sabe. Como padre y como entrenador: cuando los jóvenes crecen, vuelan. Por eso, el entrenador de River convive con la satisfacción del presente de Nicolás De La Cruz en su equipo y con la realidad de que si el volante uruguayo mantiene su constante evolución que explotó a mediados de 2019 y que hoy tiene destellos de primer nivel mundial, como el golazo que convirtió este sábado ante Central y el altísimo rendimiento que tuvo el charrúa durante los 90 minutos, "ya nos va a costar sostenerlo, no va a estar más acá", reconoce el Muñeco.
El deté de River ya experimento este proceso con varios jugadores: Ramiro Funes Mori, Matías Kranevitter, Lucas Alario, Sebastián Driussi, Gonzalo Martínez, Exequiel Palacios y Lucas Martínez Quarta. A todos ellos, algunos formados en la cantera del club y otros que se sumaron como refuerzos a una edad temprana, como el Pity y el Pipa, Gallardo los hizo crecer exponencialmente desde lo futbolístico y profesional. Y posteriormente, por cuestiones naturales del mercado, todos pegaron el salto a ligas con mayores recursos económicos, sobre todo a Europa. Entonces, Napoleón entiende que resultará inevitable que De La Cruz siga el mismo camino.
"Se está convirtiendo en un jugador, tiene que trabajar su regularidad, hace un poco de todo. Y cuando un jugador hace un poco de todo, y lo hace bien, es un jugador que se convierte en un jugador muy valioso. Tiene dinámica buena pegada, está sumando gol, tiene desequilibrio individual, aporta en la recuperación para defender alto y defender bajo. Tiene muchas virtudes. Debe mantenerlo regularmente y, siendo joven, todavía lo puede conseguir", explicó el Muñeco luego del 2-1 contra Central. Y al mismo tiempo admitió que "cuando lo logre ya nos va a costar sostenerlo, no va a estar más acá”.
El talentoso uruguayo de 23 años, hermano de Carlos Sánchez por parte materna, llegó como refuerzo al club de Núñez en agosto de 2017, cuando recién había cumplido los 20 (nació el 1° de julio de 1997). Obviamente, el traspaso del Liverpool de Montevideo al gigante River le demandó un largo tiempo de adaptación desde todos los aspectos: mental, físico (principalmente) y táctico. Gallardo le hizo comprender que necesitaba sumarle compromiso, concentración, intensidad, colaboración en la marca y regularidad a su enorme talento natural como volante ofensivo. Así, en abril y mayo de 2019 se produjo el punto de inflexión en el atrevido charrúa, primero con un golazo de zurda ante Alianza Lima en la fase de grupo de la Copa Libertadores y días después con un hat-trick en el 6-0 contra Aldosivi por la Copa de la Superliga.
A partir de ese momento, el 11 de River se convirtió en una pieza clave en el mediocampo del equipo de MG y su evolución nunca se detuvo. No sólo en su labor ofensiva, la principal cualidad que lleva De La Cruz en sus genes sino también en su valioso aporte defensivo para ocupar posiciones en el retroceso y recuperar una gran cantidad de pelotas, como marcan sus estadísticas tanto en la Libertadores como en la Copa de la Liga Profesional.
Ahora, que Gallardo haya mencionado que "nos va a costar sostenerlo", ¿tendrá que ver con que el uruguayo todavía no firmó con River la renovación de su contrato de caduca el 30 de junio de 2021? Es posible. La realidad es que desde el club aseguran que el acuerdo hasta junio de 2022 está cerrado de palabra desde hace varios meses, aunque la firma del convenio nunca se concretó. Por lo tanto, la chance de que el futbolista que ahora también forma parte de la selección mayor de la Celeste pueda emigrar en el próximo mercado de pases de fin de año o partir como jugador libre en el invierno de 2021 es un tema que mantiene en alerta al entrenador y a los dirigentes de River.
