El virus FIFA es la COVID

La cascada de positivos por coronavirus en los compromisos internacionales han encendido las alarmas en los clubes. El esfuerzo por respetar las protocolos salta por los aires con las selecciones.

Pablo M. Fuentenebro
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La cascada de positivos por coronavirus entre los jugadores en sus compromisos internacionales ha generado mucho malestar en los clubes. Ya son muchas las voces que se preguntan si merece la pena ceder futbolistas a las selecciones en esta situación tan extraordinaria de pandemia. Ya que aparte de los futbolistas infectados, los clubes son los que sufren los efectos colaterales de los numerosos positivos que ha traído el parón de selecciones de este mes de noviembre. No poder contar con su jugador hasta un nuevo test negativo es un gran handicap para la entidad que paga sus servicios. Para los clubes es un desastre.

La postura de los clubes es clara. Consideran que están haciendo un esfuerzo increíble para mantener a los miembros de sus plantillas sanos dentro de las burbujas de hoteles, ciudades deportivas, etc, para que luego lleguen los viajes internacionales y esas medidas estrictas salten por los aires. Los casos de Luis Súarez, con Uruguay, que se pierde un trascendental choque liguero entre Barcelona y Atlético, o el de Salah, que será baja con el Liverpool frente al Leicester, han hecho saltar las alarmas. Ya en el parón de octubre, el positivo de Cristiano Ronaldo, que provocó que se perdiera varios partidos con la Juventus entre ellos el que le enfrentaba al Barça en Champions, generó las primeras dudas.

El Werder Bremen fue el gran primer club que se puso serio y negó el permiso a sus internacionales. Sentando un precedente peligroso. "Sabemos que los jugadores quieren estar con sus selecciones, pero no podemos arriesgarnos en este momento dada la situación", explicaron directivos de la entidad germana. Otro equipo alemán, el Arminia Bielefeld, se unió a esa postura.

Y es que el goteo de positivos durante este último parón ha sido incesante, poniendo en alerta constante a los clubes. La infección por la COVID-19 de un compañero de selección es un riesgo para el propio jugador y para el club al que pertenece. Es raro que una vez que un integrante de una selección nacional cae contagiado, no vengan detrás algún infectado más. Los casos de Ucrania, de Croacia, de Ecuador o de Uruguay han sido la última muestra de que las cosas no se han hecho demasiado bien. Un peligro que muchos no consideran necesario, ya que el esfuerzo que realizan para cumplir los estrictos protocolos que cada competición doméstica exige no se ve reflejado al mismo nivel de rigurosidad en las convocatorias internacionales. La mejor muestra es la ristra de positivos de la última semana.

Principales casos positivos:

Egipto: Elneny (Arsenal) y Salah (Liverpool).

Francia: Ben Yedder (Monaco).

Serbia: Lazovic (Hellas Verona); Milinkovic-Savic (Lazio), Kolarov (Inter Milan) y Nikolic (Estrella Roja).

Croacia: Brozovic (Inter Milan), Pongracic (Wolfsburgo) y Vida (Besiktas).

Uruguay: Luis Suárez y Torreira (Atlético), Darwin Núñez (Benfica), Rodrigo Muñoz (Cerro Porteño), Alexis Rolín (Rentistas), Matías Viña (Palmeiras) y Diego Rossi (Los Angeles FC).

Ucrania: Yarmolenko (West Ham), Sydorchuk y Tsygankov (Dinamo Kiev), Kovalenko (Shakhtar), Makarenko (Kortrijk), Sobol (Brujas), Riznyk (Vorskla) y Malinovskyi (Atalanta).

Bosnia: Hodzic (Estoril), Sehic (Konyaspor) y Kolasinac (Arsenal).

Ecuador: Moises Corozo (LDU Quito), Jose Cifuentes y Diego Palacios (Los Angeles FC), Mario Pineida (Barcelona Guayaquil), Enner Valencia (Fenerbahçe) y Alan Franco (Mineiro).

Holanda: Babel (Galatasaray).

Noruega: Elabdellaoui (Galatasaray).

Albania: Hysaj (Nápoles).

Rep. Irlanda: James McClean (Stoke) y Doherty (Tottenham).

Corea del Sur: Hwang Hee-chan (Leipzig).

Brasil: Telles (Manchester United) y Gabriel Menino (Palmeiras).

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