La F1 corre a ciegas en Mugello

El Mundial debuta en el trazado toscano, con curvas de muy alta velocidad y sin datos. El reto se repetirá en otros cinco circuitos de 2020.

Jesús Balseiro
As
Mugello y su entorno parecen el escenario perfecto para una carrera de Fórmula 1, así que este GP de la Toscana, solución de urgencia para el calendario de la pandemia, tiene algo de reparación histórica. Uno de los grandes circuitos europeos, templo del motociclismo italiano y propiedad de Ferrari, acogerá este fin de semana por primera vez (y quizás última) al Gran Circo y habrá alrededor de 3.000 aficionados en sus gradas.


En los últimos tiempos, las pocas pistas que se han incorporado al Mundial tuvieron mucho de destino exótico, petrodólares o diseños de Hermann Tilke y poco de automovilismo clásico. Aquí sucede lo contrario: desde 1914 y hasta 1970, con su apogeo durante los años 20, las peligrosas carreteras de montaña que unen Scarperia, Borgo San Lorenzo o Firenzuola albergaron competiciones para temerarios. La evolución lógica impulsó este circuito de alta velocidad que combina curvas a fondo con desniveles que erizan la piel o una recta interminable en un trazado de 5,245 kilómetros. No dejará adelantamientos espectaculares aparte de los que sucedan en la frenada de San Donato, pero las velocidades que desarrollen los F1 modernos prometen espectáculo equiparable a emblemas como Suzuka y Spa.

No es un completo desconocido para la F1, en 2012 se celebraron unos test durante la temporada que dejaron boquiabiertos a los pilotos, pero las referencias para las escuderías son mínimas y eso puede marcar la diferencia durante el fin de semana: no hay datos ni telemetrías, tampoco simuladores precisos ni mucho menos sensaciones. Apenas dos equipos han rodado recientemente aquí, en junio: Ferrari, con Vettel y Leclerc a los mandos de un SF71H (de 2018) y Alpha Tauri, con Gasly y Kvyat, en un filming day.

No sería una sorpresa que algún grande empezase con el pie cambiado o que algún pequeño estuviese particularmente entonado. Mejor acostumbrarse a lo de correr a ciegas. En lo que resta de temporada 2020 hay tres circuitos nuevos (Mugello, Portimao y ‘Bahréin 2’) y otros tantos que no se han visitado en el último lustro (Nurburgring, Imola y Turquía), que la F1 no híbrida no conoce, y eso puede condicionar la segunda mitad de la campaña 2020. Por comparar, en la última década apenas habían entrado cinco eventos nuevos al calendario.

"Será un circuito muy físico"

"Será duro con las ruedas y muy físico con los pilotos. Es único, no se parece a ningún otro trazado y la velocidad será muy importante. Quizás no haya muchos adelantamientos, pero será divertido para nosotros", dice Verstappen. Sobre el papel, el circuito beneficia a un coche total como el Mercedes de Hamilton y Bottas porque se requiere mucha carga aerodinámica para domar la velocidad en las chicanes y curvas a fondo. Lo lógico es que Racing Point (una copia del campeón en 2019) se desenvuelva bien, mejor que en Monza o Spa. Red Bull siempre es una incógnita y McLaren llega con ilusión después del segundo puesto de Sainz en Monza. Ferrari concluye el triplete doloroso con un GP en honor a sus 1.000 carreras en la Fórmula 1. En una temporada decepcionante de Maranello, al menos habrá que agradecerles su disposición para que el Mundial se encontrase, por fin, con Mugello.

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