La estrategia de Italia para evitar una segunda ola del coronavirus

Por ahora ha conseguido frenar los contagios y situarse entre los países europeos con mayor control del virus y de la curva epidémica.

Rafa Aranda
As
Que Italia haya conseguido que la segunda ola de contagios por coronavirus no haya apenas llegado al país no es casualidad. Este hecho responde a una serie de medidas que se han llevado a cabo en el país y que han sido respetadas por los ciudadanos dentro de una estrategia que, de momento, está funcionando a la perfección.

Hay que recordar que Italia fue puerta de entrada para el virus en Europa a comienzos de la pandemia de la COVID-19. Su alarmante situación era un aviso para el resto de países, y ahora, por el caso contrario, también es una nación a la que mirar con detalle.

Los datos desde el principio de todo, evidentemente, son negativos, con 35.707 fallecidos y 298.156 contagiados según el ministerio de Sanidad. Sin embargo, siempre con precaución, Italia puede presumir de estar en una mejor situación que el resto de potencias europeas con la llegada de la segunda ola. Por ejemplo, Italia suele tener unos 1.500 nuevos casos al día, muy lejos de España, Francia o Reino Unido, y en casos por 100.000 habitantes en los últimos días los italianos tienen 33 frente a los 158 de Francia o los 300 de España.

Walter Ricciardi, consejero del ministro de Sanidad, se muestra satisfecho con el cumplimiento de las normas básicas, en unas declaraciones recogidas por ABC: “No debemos bajar la guardia. El distanciamiento social, las mascarillas y evitar la multitud son clave”. No obstante, eso sería reducir mucho los puntos fuertes de los italianos.

Primera clave, una “estrategia de vigilancia activa”

El ideólogo de esta estrategia es el virólogo Andrea Crisanti, que la explica así en ABC: “Cuando se descubre un caso positivo, incluso asintomático, se hacen test a toda la red que forma parte de esa persona, tanto en la familia, como en el trabajo y relaciones sociales. Hoy esta estrategia de vigilancia activa se está utilizando en todo el país”.

De esta forma, se identifica rápidamente a la persona contagiada, se aíslan a todos sus contactos, y el brote se detiene. Además, en Italia, la cuarentena sigue siendo de 14 días, mientras que en otros países se ha reducido a siete o a diez.

Test rápidos en colegios y aeropuertos

En España ya hemos visto que muchos colegios han tenido que poner en cuarentena muchas clases de distintos colegios del país por casos de positivos, aunque hay muchas denuncias por la lentitud del proceso. En cambio, en Italia la idea es realizar test rápidos y comprar 5 millones de pruebas que te dicen el resultado en 20 minutos.

En el caso de los aeropuertos, estos test se realizan a los viajeros que llegan de España, Grecia, Croacia y Malta, de momento los países de riesgo. Pero también hay ya vuelos que solo llevan pasajeros que han dado negativo en el propio aeropuerto o en las 72 horas anteriores. Es lo que sucede en el aeropuerto Fiumicino, que ha obtenido la calificación máxima de cinco estrellas.

Los resultados respaldan las medidas

La mejor forma de evaluar la efectividad de esta estrategia italiana es si se traduce en menos contagios y una mayor apertura hacia hábitos de la “anterior normalidad”. Desde luego, los ciudadanos de Italia están encantados con la gestión de sus dirigentes, siendo Giuseppe Conte, primer ministro, el político más popular del país. Igualmente, la economía está experimentando una recuperación. Todo ello gracias a la buena coordinación entre gobierno y regiones.

Uno de esos hábitos recuperados es la vuelta del público a las instalaciones deportivas. Por ejemplo, en la Serie A, 1.000 aficionados podrán asistir a los estadios de fútbol. En tenis, el Torneo Internacional de Roma también permitió la entrada de esa cifra de espectadores. En octubre se establecerá un protocolo que siga la línea de la estrategia global del país en los últimos meses.


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