Explotó la burbuja de Boca: causas y consecuencias
A sólo 16 días de la Copa, se rompió la esfera de Russo: se confirmó un contagio masivo de coronavirus en el plantel. Se frena el trabajo y crece la preocupación...
Olé
Tampoco es que en Boca manejan un nivel de ingenuidad tan grande como para pensar que esto que pasó no podía pasar. De hecho, creían que era un riesgo posible. Pero no así. Jamás así. La burbuja en la que se hospedaba el plantel explotó y se confirmó que por lo menos ¡19 ! testeos dieron positivo, incluidos 14 futbolistas.
Si bien el comunicado del club únicamente informó acerca de los hisopados y de los casos positivos, nunca habló de números de contagiados ni dio nombres, más allá de que Olé supo que algunos de ellos serían Esteban Andrada, Agustín Rossi, Javier García, Manuel Roffo (¡los cuatro arqueros!), Carlos Izquierdoz, Licha López, Leo Jara, Pol Fernández, Eduardo Salvio, Wanchope Ábila y Franco Soldano (además de Iván Marcone, que ya venía y al que testearan en estas horas). El resto se trataría de un integrante del departamento médico, un utilero y empleados del club y del Howard Johnson. Ahora bien, ¿cómo le afecta a esto a Russo a 16 días del partido con Libertad por la Copa?
Las complicaciones son muchas. Primero que nada porque la mala noticia de ayer hace que la preparación que se tenía proyectada ya esté totalmente distorsionada, al punto que tal que seguramente se suspenda el primer (y de momento, único) amistoso que iba a jugar Boca el sábado ante Tigre, en el que Russo iba a aprovechar para darle un marco formal pensando en la Libertadores. Y por otro lado porque no sólo se suspendieron las prácticas por lo menos hasta el jueves cuando se hagan otra vez los hisopados y haya nuevos resultados, sino que además esto interrumpe el envión físico y anímico con el que venía Boca, que había empezado la segunda semana de la burbuja.
De momento los contagiados quedaron aislados en habitaciones individuales en el hotel, donde también todavía está el resto del plantel, por supuesto desconectados unos de otros. El único que ya abandonó la esfera sanitaria es el entrenador: Russo forma parte del grupo doble riesgo (por sus 64 años y por al enfermedad que superó en 2018), motivo por el que desde el entrenamiento se fue a su casa. Aunque el DT, que por su condición se había estipulado que no fuera a todas las prácticas pese a que sólo faltó a dos en tres semanas, seguirá asistiendo al Centro de Entrenamiento. ¿Cómo? Con los máximos cuidados posibles (incluso más que antes) y presenciando los trabajos desde las alturas, en una de las oficinas que hay en Ezeiza, tal como lo hizo hasta antes de este caos.
Todavía en Boca no determinaron de qué manera se penetró la burbuja (aunque se supo que Tevez salió a ver su padre internado). Todo indica que el motivo sería un falso negativo. Es decir, un jugador que mediante los estudios se creía que no tenía el virus, pero que sí lo tenía y que habría contagiado al resto. Al menos así lo dan a entender la cronología de los hechos: el miércoles pasado se hisoparon a las 70 personas que integran la burbuja (plantel, CT, empleados de Boca -incluidos cocineros- y del hotel) y todos dieron negativos. Distinto a lo que pasó el finde, ya que después de que varios jugadores presentaran síntomas (uno sólo arriba de los 39 grados, otros con dolores de garganta y de cabeza, el resto parecieran ser asintomáticos) se adelantaron los estudios que estaban pactados para esta semana y el resultado fue masivo.
Son varios, de todos modos, los que en Boca ven el vaso medio lleno. Así como un lado consideran que esto pasó porque la Argentina fue de los últimos países en volver a la actividad y si hay contagiados serán siempre más cerca de la fecha de competición y no como le pasó a sus rivales del Grupo H, que todos tuvieron positivos pero ¡hace un mes!, por el otro lado son optimistas: creen que es “mejor” que esto pase ahora que los jugadores tienen, en el peor de los casos, dos semanas para recuperarse, generar anticuerpos y estar a disposición de Russo casi una semana antes del partido con Libertad (el 17/9).
Esto no quiere decir que el DT vaya a contar con ellos, siendo que además el 24/9 va a Colombia a jugar con el DIM y el 29/9 recibirá a los paraguayos, pero sí al menos es un buen indicio. Y acá entra el otro análisis, el de los jugadores contagiados. Lo más preocupante sería el arco porque los cuatro arqueros estarían afectados, sobre todo Andrada, el pilar irreemplazable de este equipo.
Por su parte, Olé averiguó que al margen de que para que el Xeneize no pierda los puntos con Libertad deberá presentar al menos siete jugadores, la Conmebol no cambiará las fechas de la Copa, si justamente por eso permitió que los equipos tengan una lista de 40 futbolistas sabiendo que esto podía pasar. Y a Boca le pasó. Mejor dicho, a Boca le explotó...
Olé
Tampoco es que en Boca manejan un nivel de ingenuidad tan grande como para pensar que esto que pasó no podía pasar. De hecho, creían que era un riesgo posible. Pero no así. Jamás así. La burbuja en la que se hospedaba el plantel explotó y se confirmó que por lo menos ¡19 ! testeos dieron positivo, incluidos 14 futbolistas.
Si bien el comunicado del club únicamente informó acerca de los hisopados y de los casos positivos, nunca habló de números de contagiados ni dio nombres, más allá de que Olé supo que algunos de ellos serían Esteban Andrada, Agustín Rossi, Javier García, Manuel Roffo (¡los cuatro arqueros!), Carlos Izquierdoz, Licha López, Leo Jara, Pol Fernández, Eduardo Salvio, Wanchope Ábila y Franco Soldano (además de Iván Marcone, que ya venía y al que testearan en estas horas). El resto se trataría de un integrante del departamento médico, un utilero y empleados del club y del Howard Johnson. Ahora bien, ¿cómo le afecta a esto a Russo a 16 días del partido con Libertad por la Copa?
Las complicaciones son muchas. Primero que nada porque la mala noticia de ayer hace que la preparación que se tenía proyectada ya esté totalmente distorsionada, al punto que tal que seguramente se suspenda el primer (y de momento, único) amistoso que iba a jugar Boca el sábado ante Tigre, en el que Russo iba a aprovechar para darle un marco formal pensando en la Libertadores. Y por otro lado porque no sólo se suspendieron las prácticas por lo menos hasta el jueves cuando se hagan otra vez los hisopados y haya nuevos resultados, sino que además esto interrumpe el envión físico y anímico con el que venía Boca, que había empezado la segunda semana de la burbuja.
De momento los contagiados quedaron aislados en habitaciones individuales en el hotel, donde también todavía está el resto del plantel, por supuesto desconectados unos de otros. El único que ya abandonó la esfera sanitaria es el entrenador: Russo forma parte del grupo doble riesgo (por sus 64 años y por al enfermedad que superó en 2018), motivo por el que desde el entrenamiento se fue a su casa. Aunque el DT, que por su condición se había estipulado que no fuera a todas las prácticas pese a que sólo faltó a dos en tres semanas, seguirá asistiendo al Centro de Entrenamiento. ¿Cómo? Con los máximos cuidados posibles (incluso más que antes) y presenciando los trabajos desde las alturas, en una de las oficinas que hay en Ezeiza, tal como lo hizo hasta antes de este caos.
Todavía en Boca no determinaron de qué manera se penetró la burbuja (aunque se supo que Tevez salió a ver su padre internado). Todo indica que el motivo sería un falso negativo. Es decir, un jugador que mediante los estudios se creía que no tenía el virus, pero que sí lo tenía y que habría contagiado al resto. Al menos así lo dan a entender la cronología de los hechos: el miércoles pasado se hisoparon a las 70 personas que integran la burbuja (plantel, CT, empleados de Boca -incluidos cocineros- y del hotel) y todos dieron negativos. Distinto a lo que pasó el finde, ya que después de que varios jugadores presentaran síntomas (uno sólo arriba de los 39 grados, otros con dolores de garganta y de cabeza, el resto parecieran ser asintomáticos) se adelantaron los estudios que estaban pactados para esta semana y el resultado fue masivo.
Son varios, de todos modos, los que en Boca ven el vaso medio lleno. Así como un lado consideran que esto pasó porque la Argentina fue de los últimos países en volver a la actividad y si hay contagiados serán siempre más cerca de la fecha de competición y no como le pasó a sus rivales del Grupo H, que todos tuvieron positivos pero ¡hace un mes!, por el otro lado son optimistas: creen que es “mejor” que esto pase ahora que los jugadores tienen, en el peor de los casos, dos semanas para recuperarse, generar anticuerpos y estar a disposición de Russo casi una semana antes del partido con Libertad (el 17/9).
Esto no quiere decir que el DT vaya a contar con ellos, siendo que además el 24/9 va a Colombia a jugar con el DIM y el 29/9 recibirá a los paraguayos, pero sí al menos es un buen indicio. Y acá entra el otro análisis, el de los jugadores contagiados. Lo más preocupante sería el arco porque los cuatro arqueros estarían afectados, sobre todo Andrada, el pilar irreemplazable de este equipo.
Por su parte, Olé averiguó que al margen de que para que el Xeneize no pierda los puntos con Libertad deberá presentar al menos siete jugadores, la Conmebol no cambiará las fechas de la Copa, si justamente por eso permitió que los equipos tengan una lista de 40 futbolistas sabiendo que esto podía pasar. Y a Boca le pasó. Mejor dicho, a Boca le explotó...