Casillas levantó la Taça
Los jugadores del Porto insistieron al guardameta para que posara junto a ellos en el podio y alzara al cielo la copa que les acredita como campeones.
As.com
Iker Casillas ha recibido en la final de la Taça de Portugal el homenaje que tanto merecía. No pudo disputar finalmente ningún minuto, pese a la petición de la afición. En su lugar ha sido el encargado de levantar el trofeo de campeones, después de que sus compañeros insistieran en que fuera al podio junto a ellos.
El guardameta español no se volverá a vestir de corto y las circunstancias habían impedido la celebración de un acto de homenaje sobre el césped. Él, de hecho, se ha mantenido siempre al margen y no ha querido estar en primer plano. En la celebración del título apenas apareció en la retransmisión televisiva. Quiso estar con quienes han sido sus compañeros, pero cediéndoles el protagonismo.
Fueron finalmente los jugadores los que, ya subidos en el podio y a punto de recibir el trofeo, insistieron al unísono en que el mítico guardameta tuviera su última foto de campeón con el club. Algo avergonzado, pero sonriente, Iker fue hacia el escenario con su bufanda del equipo y levantó tímidamente la copa. Jamás lo volverá a vivir como jugador con contrato en vigor y merecía su espacio. El homenaje llegó, con el Porto como ganador de la Taça.
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Iker Casillas ha recibido en la final de la Taça de Portugal el homenaje que tanto merecía. No pudo disputar finalmente ningún minuto, pese a la petición de la afición. En su lugar ha sido el encargado de levantar el trofeo de campeones, después de que sus compañeros insistieran en que fuera al podio junto a ellos.
El guardameta español no se volverá a vestir de corto y las circunstancias habían impedido la celebración de un acto de homenaje sobre el césped. Él, de hecho, se ha mantenido siempre al margen y no ha querido estar en primer plano. En la celebración del título apenas apareció en la retransmisión televisiva. Quiso estar con quienes han sido sus compañeros, pero cediéndoles el protagonismo.
Fueron finalmente los jugadores los que, ya subidos en el podio y a punto de recibir el trofeo, insistieron al unísono en que el mítico guardameta tuviera su última foto de campeón con el club. Algo avergonzado, pero sonriente, Iker fue hacia el escenario con su bufanda del equipo y levantó tímidamente la copa. Jamás lo volverá a vivir como jugador con contrato en vigor y merecía su espacio. El homenaje llegó, con el Porto como ganador de la Taça.