Jair Bolsonaro y su polémico festejo en medio de la pandemia
El presidente de Brasil, que dio positivo de coronavirus, celebró el título del Flamengo en el torneo Carioca con una foto mirando la celebración mientras su país registra 75.366 muertes por Covid-19.
Olé
Brasil es el segundo país más afectado por la pandemia del coronavirus, con un registro de casi 2.000.000 de infectados y más de 75.000 muertes. Pero más allá de la crisis sanitaria que atraviesa el país, Jair Bolsonaro, quien dio positivo de Covid-19 y se encuentra aislado hace más de una semana, festejó la consagración del Flamengo en el torneo Carioca luego de vencer a su clásico, Fluminense, con una imagen suya con la camiseta puesta y la televisión con los jugadores dirigidos por Jorge Jesús de fondo.
El festejo público de Bolsonaro también tendría una dosis de provocación política, ya que mediante un decreto le prohibió al canal O Globo transmitir la final entre Fla y Flu y le cedió los derechos de transmisión al Flamengo, marginando al medio brasileño al que acusa de atacar a su gestión.
Bolsonaro, como siempre, se muestra desafiante y sin importante la tremenda crisis de sanidad y económica que vive su país. Su alegría pasa por el club de sus amores. Al menos, así lo demuestra.
Brasil es el segundo país más afectado por la pandemia del coronavirus, con un registro de casi 2.000.000 de infectados y más de 75.000 muertes. Pero más allá de la crisis sanitaria que atraviesa el país, Jair Bolsonaro, quien dio positivo de Covid-19 y se encuentra aislado hace más de una semana, festejó la consagración del Flamengo en el torneo Carioca luego de vencer a su clásico, Fluminense, con una imagen suya con la camiseta puesta y la televisión con los jugadores dirigidos por Jorge Jesús de fondo.
El festejo público de Bolsonaro también tendría una dosis de provocación política, ya que mediante un decreto le prohibió al canal O Globo transmitir la final entre Fla y Flu y le cedió los derechos de transmisión al Flamengo, marginando al medio brasileño al que acusa de atacar a su gestión.
Bolsonaro, como siempre, se muestra desafiante y sin importante la tremenda crisis de sanidad y económica que vive su país. Su alegría pasa por el club de sus amores. Al menos, así lo demuestra.
