Bienvenida a Walt Disney, NBA
Las 22 franquicias que reiniciarán la temporada de la Liga norteamericana ya se encuentran en el burbuja creada en el complejo de Orlando (Florida).
J.I.Pinilla
As
EI mágico mundo de Walt Disney ya tiene a sus nuevos héroes de fantasía. Las 22 franquicias de la NBA, que reiniciarán la temporada el 30 de julio, ya se encuentran en la burbuja sanitaria creada por la Liga en el famoso complejo turístico de Orlando (Florida). Llegaron a cuentagotas y bajo estrictas medidas de seguridad. Los jugadores deben pasar en sus habitaciones una cuarentena obligatoria de entre 48 y 72 horas para descartar posibles infecciones por coronavirus. Solo se les permite salir una vez superadas dos pruebas PCR y diariamente serán evaluados. Hay mucha cautela tras descubrirse que el 7% de los jugadores (25 de 351) dieron positivos en los test previos al viaje.
No ha sido la única situación incómoda en los primeros días en este fantástico universo abierto en 1971. Las bandejas de comida con las que fueron recibidos (similares a las que se reparten en los aviones) fueron motivo de chanza y crítica. "De ninguna manera LeBron se comerá eso", escribió en redes sociales Isaiah Thomas sobre la cena de Troy Daniels, base de Denver. Perderé 22 kilos", continuó Joel Embiid, pívot de los Sixers. No fue la única chispa en el bosque. Rondo se mostró indignado por su habitación, denigrándola a simple cuarto de motel de carretera.
"Esto está lejos de ser la forma ideal de terminar el curso. Requiere enormes sacrificios por parte de todos", aseguró Adam Silver, comisionado de la NBA y gran cerebro de un retorno que dará este sábado un paso de gigante: todos los equipos habrán entrenado al menos una vez en su nuevo hogar. La siguiente meta será la mini pretemporada de 33 partidos (3 por conjunto) durante siete días (22-28 de julio).
La Liga tiene claro que todo mejorará. Después de la cuarentena la alimentación será muy diferente, con un grupo de cocineros a las órdenes de los equipos y una sala para comer abierta los siete días de la semana, las 24 horas. Además, cada franquicia tendrá dos espacios colectivos para el tiempo libre, las charlas tácticas y las sesiones de vídeo. Gimnasios, pabellones para entrenamientos individuales y grupales... disponibles siempre y desinfectados cada vez que se usen. La NBA espera que la magia llene la burbuja.
Una pulsera de distancia social
El coronavirus se previene de dos formas, con el lavado de manos y la distancia social. Y en este último frente, la NBA va a poner todo de su parte con tecnología. Los jugadores, entrenadores y empleados de la Liga utilizarán durante su estancia en la burbuja de Orlando los sensores de la empresa alemana Kinexon, que avisan con una luz roja cuando alguien se encuentra a menos de dos metros de otra. Si el contacto persiste durante cinco segundos o más, esa luz dará paso a una alarma.
Los sensores, instalados en unas pulseras, se ajustarán en el caso de que el contacto sea necesario entre jugadores, cuerpo técnico, médicos...: el piloto rojo se encenderá, pero se eliminará el sonido de advertencia.
No es la primera vez que esta tecnología se utiliza en el mundo del baloncesto. La Liga alemana (BBL) la empleó durante la reanudación de su temporada en Múnich el pasado 6 de junio. Aunque su misión era diferente, la de recolectar los contactos mantenidos durante el torneo para rastrearlos en caso de una infección por la COVID.
La NBA descarta por el momento ese uso. No ha alcanzado un acuerdo con los jugadores, muy reticentes a que se monitoricen sus movimientos en Walt Disney. Sin embargo, desde la Liga insisten en que este seguimiento sería completamente anónimo y solo serviría para aislar al jugador si se produce un brote de la enfermedad y así completar finalmente una temporada extraña y muy complicada de gestionar para todas las partes.
J.I.Pinilla
As
EI mágico mundo de Walt Disney ya tiene a sus nuevos héroes de fantasía. Las 22 franquicias de la NBA, que reiniciarán la temporada el 30 de julio, ya se encuentran en la burbuja sanitaria creada por la Liga en el famoso complejo turístico de Orlando (Florida). Llegaron a cuentagotas y bajo estrictas medidas de seguridad. Los jugadores deben pasar en sus habitaciones una cuarentena obligatoria de entre 48 y 72 horas para descartar posibles infecciones por coronavirus. Solo se les permite salir una vez superadas dos pruebas PCR y diariamente serán evaluados. Hay mucha cautela tras descubrirse que el 7% de los jugadores (25 de 351) dieron positivos en los test previos al viaje.
No ha sido la única situación incómoda en los primeros días en este fantástico universo abierto en 1971. Las bandejas de comida con las que fueron recibidos (similares a las que se reparten en los aviones) fueron motivo de chanza y crítica. "De ninguna manera LeBron se comerá eso", escribió en redes sociales Isaiah Thomas sobre la cena de Troy Daniels, base de Denver. Perderé 22 kilos", continuó Joel Embiid, pívot de los Sixers. No fue la única chispa en el bosque. Rondo se mostró indignado por su habitación, denigrándola a simple cuarto de motel de carretera.
"Esto está lejos de ser la forma ideal de terminar el curso. Requiere enormes sacrificios por parte de todos", aseguró Adam Silver, comisionado de la NBA y gran cerebro de un retorno que dará este sábado un paso de gigante: todos los equipos habrán entrenado al menos una vez en su nuevo hogar. La siguiente meta será la mini pretemporada de 33 partidos (3 por conjunto) durante siete días (22-28 de julio).
La Liga tiene claro que todo mejorará. Después de la cuarentena la alimentación será muy diferente, con un grupo de cocineros a las órdenes de los equipos y una sala para comer abierta los siete días de la semana, las 24 horas. Además, cada franquicia tendrá dos espacios colectivos para el tiempo libre, las charlas tácticas y las sesiones de vídeo. Gimnasios, pabellones para entrenamientos individuales y grupales... disponibles siempre y desinfectados cada vez que se usen. La NBA espera que la magia llene la burbuja.
Una pulsera de distancia social
El coronavirus se previene de dos formas, con el lavado de manos y la distancia social. Y en este último frente, la NBA va a poner todo de su parte con tecnología. Los jugadores, entrenadores y empleados de la Liga utilizarán durante su estancia en la burbuja de Orlando los sensores de la empresa alemana Kinexon, que avisan con una luz roja cuando alguien se encuentra a menos de dos metros de otra. Si el contacto persiste durante cinco segundos o más, esa luz dará paso a una alarma.
Los sensores, instalados en unas pulseras, se ajustarán en el caso de que el contacto sea necesario entre jugadores, cuerpo técnico, médicos...: el piloto rojo se encenderá, pero se eliminará el sonido de advertencia.
No es la primera vez que esta tecnología se utiliza en el mundo del baloncesto. La Liga alemana (BBL) la empleó durante la reanudación de su temporada en Múnich el pasado 6 de junio. Aunque su misión era diferente, la de recolectar los contactos mantenidos durante el torneo para rastrearlos en caso de una infección por la COVID.
La NBA descarta por el momento ese uso. No ha alcanzado un acuerdo con los jugadores, muy reticentes a que se monitoricen sus movimientos en Walt Disney. Sin embargo, desde la Liga insisten en que este seguimiento sería completamente anónimo y solo serviría para aislar al jugador si se produce un brote de la enfermedad y así completar finalmente una temporada extraña y muy complicada de gestionar para todas las partes.