Volvió el Super Rugby en Nueva Zelanda: 22 mil hinchas y final emocionante
El país kiwi dejó atrás la pandemia, volvió a la normalidad y disfrutó su deporte nacional. Más de 22 mil personas vieron Highlanders vs. Chiefs, con un cierre a puro drop. Y el domingo sigue.
Olé
Nueva Zelanda ya dejó atrás el coronavirus y lleva adelante una vida prácticamente normal, sí tomando sus recaudos, sobre todo con respecto a los vuelos y el ingreso de personas al país. Este sábado disfrutó de su deporte nacional de una manera impresionante: más de 22 mil personas en el estadio y un duelo por el Super Rugby Aotearoa con emoción hasta el final.
Highlanders y Chiefs abrieron este torneo entre las cinco franquicias neozelandesas en el Forsyth Barr Stadium de Dunedin. Y lo interesante no tuvo que ver solo con lo deportivo, en donde hubo tries, drops y suspenso, sino también con ver a más de 22 mil personas en las tribunas, alentando, con banderas, pero sin barbijos. Normalidad de la era previa al Covid-19. Normalidad que ya tiene un país que enfrentó a la pandemia con seriedad e inteligencia.
Yendo al partido, Highlanders, el local, empezó mejor y clavó dos tries, el primero a fuerza de maul, y el segundo en una seguidilla de errores propios y del rival que terminó con Patelesio Tomkinson en el ingoal. Hasta ahí, 15-6 por los dos penales de Damian McKenzie para Chiefs. La visita se puso a tiro con la buena jugada de manos que capitalizó Sean Wainui y lo dio vuelta con otra patada del fullback (16-15), pero el dueño de casa se fue al descanso arriba por la conquista de Marino Mikaele Tu'u (22-16).
El Super Rugby, hasta su parate por la pandemia y el contexto mundial, venía demostrando un alto nivel de juego, sobre todo con los equipos de Nueva Zelanda, más algunos pasajes de Jaguares, el último subcampeón del torneo y que hoy no sabe qué será de su futuro. Ese dinamismo no desapareció más allá del freno que tuvo el deporte. Por eso, luego de un penal por lado, Chiefs volvió a ponerse en partido con el try de Anton Lienert-Brown. McKenzie erró la conversión para dar vuelta el juego (quedó 25-24 para Highlanders), pero había mucho más por jugar. Porque si bien quedaban ocho minutos, era tiempo de sobra para las emociones.
El drop de la victoria.
El drop de la victoria.
El mismo McKenzie tuvo revancha a los 77' y metió el drop del 27-25. ¿El del triunfo? No. Porque Bryn Gatland, quien había entrado a los 60', también clavó un sobrepique a los 78' y decretó el 28-27 para los de Dunedin. No hubo más. Demasiado para un regreso a puro show.
Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, se alegró por el regreso del rugby, pero no tanto por el resultado. Es hincha de Chiefs, como bien lo demostró en sus redes, poniéndose la camiseta y todo. "Te estaré observando desde lejos", escribió. Y luego publicó una foto del resultado final, la derrota de sus Chiefs. Pero en realidad, Nueva Zelanda ganó.
El segundo partido de la fecha inicial de este torneo al que llamaron Aotearoa (el nombre maorí de Nueva Zelanda) se jugará pasadas la medianoche del sábado, primeros minutos del domingo: arranca a las 0-35 de nuestro país, un duelo atractivo entre Blues y Hurricanes en el Eden Park de Auckland, ¡y con 50 mil entradas agotadas! Desde Argentina lo podemos ver por ESPN 3.
Olé
Nueva Zelanda ya dejó atrás el coronavirus y lleva adelante una vida prácticamente normal, sí tomando sus recaudos, sobre todo con respecto a los vuelos y el ingreso de personas al país. Este sábado disfrutó de su deporte nacional de una manera impresionante: más de 22 mil personas en el estadio y un duelo por el Super Rugby Aotearoa con emoción hasta el final.
Highlanders y Chiefs abrieron este torneo entre las cinco franquicias neozelandesas en el Forsyth Barr Stadium de Dunedin. Y lo interesante no tuvo que ver solo con lo deportivo, en donde hubo tries, drops y suspenso, sino también con ver a más de 22 mil personas en las tribunas, alentando, con banderas, pero sin barbijos. Normalidad de la era previa al Covid-19. Normalidad que ya tiene un país que enfrentó a la pandemia con seriedad e inteligencia.
Yendo al partido, Highlanders, el local, empezó mejor y clavó dos tries, el primero a fuerza de maul, y el segundo en una seguidilla de errores propios y del rival que terminó con Patelesio Tomkinson en el ingoal. Hasta ahí, 15-6 por los dos penales de Damian McKenzie para Chiefs. La visita se puso a tiro con la buena jugada de manos que capitalizó Sean Wainui y lo dio vuelta con otra patada del fullback (16-15), pero el dueño de casa se fue al descanso arriba por la conquista de Marino Mikaele Tu'u (22-16).
El Super Rugby, hasta su parate por la pandemia y el contexto mundial, venía demostrando un alto nivel de juego, sobre todo con los equipos de Nueva Zelanda, más algunos pasajes de Jaguares, el último subcampeón del torneo y que hoy no sabe qué será de su futuro. Ese dinamismo no desapareció más allá del freno que tuvo el deporte. Por eso, luego de un penal por lado, Chiefs volvió a ponerse en partido con el try de Anton Lienert-Brown. McKenzie erró la conversión para dar vuelta el juego (quedó 25-24 para Highlanders), pero había mucho más por jugar. Porque si bien quedaban ocho minutos, era tiempo de sobra para las emociones.
El drop de la victoria.
El drop de la victoria.
El mismo McKenzie tuvo revancha a los 77' y metió el drop del 27-25. ¿El del triunfo? No. Porque Bryn Gatland, quien había entrado a los 60', también clavó un sobrepique a los 78' y decretó el 28-27 para los de Dunedin. No hubo más. Demasiado para un regreso a puro show.
Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, se alegró por el regreso del rugby, pero no tanto por el resultado. Es hincha de Chiefs, como bien lo demostró en sus redes, poniéndose la camiseta y todo. "Te estaré observando desde lejos", escribió. Y luego publicó una foto del resultado final, la derrota de sus Chiefs. Pero en realidad, Nueva Zelanda ganó.
El segundo partido de la fecha inicial de este torneo al que llamaron Aotearoa (el nombre maorí de Nueva Zelanda) se jugará pasadas la medianoche del sábado, primeros minutos del domingo: arranca a las 0-35 de nuestro país, un duelo atractivo entre Blues y Hurricanes en el Eden Park de Auckland, ¡y con 50 mil entradas agotadas! Desde Argentina lo podemos ver por ESPN 3.