Lo que más le dolió a Cvitanich
Para seguir en Racing, Darío rechazó mejores ofertas de otros clubes, aceptó una rebaja salarial y se quedó con ganas de algo. Enterate acá.
Olé
"Yo me voy a tomar un vino para celebrar tu renovación”. Desde su cuenta de Instagram, Marcelo Díaz compartía su alegría por la noticia que había conocido el viernes. Y sus ganas de festejar eran compartidas por todos los hinchas de Racing: Darío Cvitanich, el jugador que se metió a fondo en el corazón de ellos en 18 meses, comunicaba que seguirá en la Academia hasta diciembre próximo.
Enorme felicidad en el pueblo racinguista, otro objetivo cumplido por la dirigencia y una incertidumbre que se terminó para el jugador. Pero más allá de haberse mostrado contento por continuar en la Academia, Cvita no está para lanzar fuegos artificiales al aire...
El delantero de 36 años expresó en las redes un malestar porque no le gustó cómo se manejaron los directivos con él. Consideró excesivo que le exigieran una rebaja del 65% a un salario que tenía firmado hasta fin de este año. Sin embargo, no fue eso lo que peor le cayó. Según le confirmaron a Olé, al atacante le dolió la ausencia de un gesto que esperaba: que le ofrecieran extender su vínculo al menos hasta mitad de 2021, a manera de devolución por haber accedido a cobrar mucho menos de lo acordado en su momento.
“Decidí aceptar la quita impuesta por la dirigencia. Las formas, de acuerdo a mi opinión, no fueron las adecuadas. Firmé y asumí mi compromiso con la institución hasta el día que me toque ir. Ojalá sea dentro de algo más de seis meses”, publicó Cvitanich en Instagram. Tenía cuatro ofertas superiores (una de Brasil), pero priorizó a Racing, empujado por el cariño “desmedido de la gente”, sumado “al gran grupo humano que comparto en el vestuario”, según sus palabras.
Darío se ganó el amor de los hinchas por sus dos títulos, su entrega y liderazgo. El club lo retuvo con la reducción de salario (tenía uno de los más altos) en el marco de un recorte por la suspensión del fútbol. Cvita aceptó, pero quedaron secuelas...
"Yo me voy a tomar un vino para celebrar tu renovación”. Desde su cuenta de Instagram, Marcelo Díaz compartía su alegría por la noticia que había conocido el viernes. Y sus ganas de festejar eran compartidas por todos los hinchas de Racing: Darío Cvitanich, el jugador que se metió a fondo en el corazón de ellos en 18 meses, comunicaba que seguirá en la Academia hasta diciembre próximo.
Enorme felicidad en el pueblo racinguista, otro objetivo cumplido por la dirigencia y una incertidumbre que se terminó para el jugador. Pero más allá de haberse mostrado contento por continuar en la Academia, Cvita no está para lanzar fuegos artificiales al aire...
El delantero de 36 años expresó en las redes un malestar porque no le gustó cómo se manejaron los directivos con él. Consideró excesivo que le exigieran una rebaja del 65% a un salario que tenía firmado hasta fin de este año. Sin embargo, no fue eso lo que peor le cayó. Según le confirmaron a Olé, al atacante le dolió la ausencia de un gesto que esperaba: que le ofrecieran extender su vínculo al menos hasta mitad de 2021, a manera de devolución por haber accedido a cobrar mucho menos de lo acordado en su momento.
“Decidí aceptar la quita impuesta por la dirigencia. Las formas, de acuerdo a mi opinión, no fueron las adecuadas. Firmé y asumí mi compromiso con la institución hasta el día que me toque ir. Ojalá sea dentro de algo más de seis meses”, publicó Cvitanich en Instagram. Tenía cuatro ofertas superiores (una de Brasil), pero priorizó a Racing, empujado por el cariño “desmedido de la gente”, sumado “al gran grupo humano que comparto en el vestuario”, según sus palabras.
Darío se ganó el amor de los hinchas por sus dos títulos, su entrega y liderazgo. El club lo retuvo con la reducción de salario (tenía uno de los más altos) en el marco de un recorte por la suspensión del fútbol. Cvita aceptó, pero quedaron secuelas...
