García Pimienta, en la recámara del Barça si se pierde ante el Atlético o el Villarreal
El técnico del filial es el hombre elegido por el club para acabar la temporada al frente del primer equipo en el caso de un nuevo traspié de Setién en LaLiga.
Javier Miguel
As
El refrán ‘a perro flaco todo son pulgas’ le viene como anillo dedo a Quique Setién. El técnico cántabro ha visto como en poco más de una semana ha pasado de ser líder a dos puntos del Real Madrid a ser cuestionado desde todos los flancos tras perder cuatro puntos en sus dos últimas salidas (Sevilla y Celta) y ceder el liderato al Real Madrid, que aventaja ahora a los blaugrana en dos puntos.
Sin embargo, la gravedad de los acontecimientos que se han ido precipitando en las últimas horas, sobre todo tras el 2-2 en Vigo, ha cambiado radicalmente de escenario para Setién y su staff. Una derrota o hasta un empate este martes ante el Atlético de Madrid le pondría al pie de los caballos, dejando su futuro ciertamente en el aire.
De hecho, desde el club ya se han iniciado los primeros movimientos para buscar una solución en caso de un nuevo traspié en LaLiga. Y el hombre escogido para llevar las riendas del primer equipo, de aquí a final de temporada, sería el ahora entrenador del filial, García Pimienta, que por cierto está a punto de cerrar su acuerdo de renovación con el B de cara a la próxima temporada.
Al entrenador ya le han comunicado la posibilidad de que tenga que ponerse al frente del primer equipo, aunque por ahora su objetivo sigue siendo preparar al equipo de cara al play off de ascenso que iniciará a finales de julio.
En todo caso, parece que el futuro de Setién al frente del Barcelona está cada día más lejos de Can Barça, ya que a día de hoy parece muy complicado que continúe la próxima temporada, sobre todo tras hacerse público su mala relación con los pesos pesados, especialmente por parte de su segundo, Eder Sarabia.
Setién, que llegó a mediados de enero al Barcelona sustituyendo a Ernesto Valverde, acumula un total de 17 partidos: 13 de Liga, 3 de Copa del Rey y uno de Champions, con un balance de once victorias, tres empates y tres derrotas, y por ahora un título ya perdido, la Copa.
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El refrán ‘a perro flaco todo son pulgas’ le viene como anillo dedo a Quique Setién. El técnico cántabro ha visto como en poco más de una semana ha pasado de ser líder a dos puntos del Real Madrid a ser cuestionado desde todos los flancos tras perder cuatro puntos en sus dos últimas salidas (Sevilla y Celta) y ceder el liderato al Real Madrid, que aventaja ahora a los blaugrana en dos puntos.
Sin embargo, la gravedad de los acontecimientos que se han ido precipitando en las últimas horas, sobre todo tras el 2-2 en Vigo, ha cambiado radicalmente de escenario para Setién y su staff. Una derrota o hasta un empate este martes ante el Atlético de Madrid le pondría al pie de los caballos, dejando su futuro ciertamente en el aire.
De hecho, desde el club ya se han iniciado los primeros movimientos para buscar una solución en caso de un nuevo traspié en LaLiga. Y el hombre escogido para llevar las riendas del primer equipo, de aquí a final de temporada, sería el ahora entrenador del filial, García Pimienta, que por cierto está a punto de cerrar su acuerdo de renovación con el B de cara a la próxima temporada.
Al entrenador ya le han comunicado la posibilidad de que tenga que ponerse al frente del primer equipo, aunque por ahora su objetivo sigue siendo preparar al equipo de cara al play off de ascenso que iniciará a finales de julio.
En todo caso, parece que el futuro de Setién al frente del Barcelona está cada día más lejos de Can Barça, ya que a día de hoy parece muy complicado que continúe la próxima temporada, sobre todo tras hacerse público su mala relación con los pesos pesados, especialmente por parte de su segundo, Eder Sarabia.
Setién, que llegó a mediados de enero al Barcelona sustituyendo a Ernesto Valverde, acumula un total de 17 partidos: 13 de Liga, 3 de Copa del Rey y uno de Champions, con un balance de once victorias, tres empates y tres derrotas, y por ahora un título ya perdido, la Copa.
