Courtois cambió en Mallorca
Hasta el día del naufragio en Palma (1-0), el belga encajaba un gol cada 70 minutos en Liga. Desde entonces su ‘renacimiento’ le ha llevado a recibir un gol cada 163 minutos...
Sergio Gómez
As
Escribió Murakami que la persona que surja de una tormenta no será la misma que penetró en ella. Los rigores propios de la inestabilidad cambian el carácter. Incluso la suerte. Y eso es lo que le pudo haber pasado a Thibaut Courtois en Mallorca, aquel ya prehistórico 19 de octubre en el que el Real Madrid se dejó el liderato tras un naufragio imprevisto (1-0). Un partido donde el portero belga no fue ni héroe ni villano, no fue responsable del tropiezo pero pudo hacer más en gol de Lago Junior. Ese encuentro insistió en una sensación de transparencia que empezaba a preocupar en el Madrid y que tuvo su momento más negro dos semanas antes, contra el Brujas: Tibu encajó dos goles, fue sustituido al descanso por “problemas estomacales” y Areola le sustituyó con una parada milagrosa que evitó el 0-3. En Mallorca reaparecía tras aquel episodio, arreció la tormenta pero después ya nada fue igual para el portero.
El 1-0 en Palma fue un punto de inflexión en la temporada de Courtois. Ahí comenzó su regeneración. En el siguiente partido, ante el Galatasaray en la Champions, evitó con tres paradones que los turcos se adelantaran en el marcador: el Madrid ganó, Courtois salió a hombros y empezó a revertir su situación. Su desempeño en LaLiga, competición donde la regularidad se premia, es revelador. Hasta el día de Mallorca encajó un gol cada 70 minutos en Liga, una estadística demoledora para un portero del Real Madrid (siete tantos en siete encuentros). Desde entonces su ‘renacimiento’ le ha llevado a recibir un gol cada 163 minutos (11 en 20 choques). Ahora transcurre más del doble de tiempo en recoger un balón de dentro de su portería que antes. De las dudas a pelear por el Zamora.
Porque Courtois está en ese pulso con Oblak por ver quién es el menos goleado al final de esta Liga tan excepcional. El belga ha dejado ya su portería a cero en casi la mitad de los partidos del campeonato que ha jugado (13 de 27) y tiene un promedio de 0,66 goles por encuentro (ha recibido 18 en 27). Oblak, por su parte, ha encajado 22 en 30 (0,73)…
Es en los momentos de gran actividad sísmica donde se reconoce la fortaleza mental del deportista y Courtois es de esa estirpe. Pero en esta temporada de altibajos, el guardameta ha tenido un aliado en Zidane. El entrenador arropó a su portero cuando más frío pasaba y le defendió varias veces ante los medios. “Para mí es el mejor”, llegó a decir. Y él le está correspondiendo bajo los palos con una solvencia que comenzó a verse a partir de Mallorca…
As
Escribió Murakami que la persona que surja de una tormenta no será la misma que penetró en ella. Los rigores propios de la inestabilidad cambian el carácter. Incluso la suerte. Y eso es lo que le pudo haber pasado a Thibaut Courtois en Mallorca, aquel ya prehistórico 19 de octubre en el que el Real Madrid se dejó el liderato tras un naufragio imprevisto (1-0). Un partido donde el portero belga no fue ni héroe ni villano, no fue responsable del tropiezo pero pudo hacer más en gol de Lago Junior. Ese encuentro insistió en una sensación de transparencia que empezaba a preocupar en el Madrid y que tuvo su momento más negro dos semanas antes, contra el Brujas: Tibu encajó dos goles, fue sustituido al descanso por “problemas estomacales” y Areola le sustituyó con una parada milagrosa que evitó el 0-3. En Mallorca reaparecía tras aquel episodio, arreció la tormenta pero después ya nada fue igual para el portero.
El 1-0 en Palma fue un punto de inflexión en la temporada de Courtois. Ahí comenzó su regeneración. En el siguiente partido, ante el Galatasaray en la Champions, evitó con tres paradones que los turcos se adelantaran en el marcador: el Madrid ganó, Courtois salió a hombros y empezó a revertir su situación. Su desempeño en LaLiga, competición donde la regularidad se premia, es revelador. Hasta el día de Mallorca encajó un gol cada 70 minutos en Liga, una estadística demoledora para un portero del Real Madrid (siete tantos en siete encuentros). Desde entonces su ‘renacimiento’ le ha llevado a recibir un gol cada 163 minutos (11 en 20 choques). Ahora transcurre más del doble de tiempo en recoger un balón de dentro de su portería que antes. De las dudas a pelear por el Zamora.
Porque Courtois está en ese pulso con Oblak por ver quién es el menos goleado al final de esta Liga tan excepcional. El belga ha dejado ya su portería a cero en casi la mitad de los partidos del campeonato que ha jugado (13 de 27) y tiene un promedio de 0,66 goles por encuentro (ha recibido 18 en 27). Oblak, por su parte, ha encajado 22 en 30 (0,73)…
Es en los momentos de gran actividad sísmica donde se reconoce la fortaleza mental del deportista y Courtois es de esa estirpe. Pero en esta temporada de altibajos, el guardameta ha tenido un aliado en Zidane. El entrenador arropó a su portero cuando más frío pasaba y le defendió varias veces ante los medios. “Para mí es el mejor”, llegó a decir. Y él le está correspondiendo bajo los palos con una solvencia que comenzó a verse a partir de Mallorca…
