Tevez héroe: de las dudas al gol del título
Carlitos pasó de preguntase si era tiempo de colgar los botines a convertirse la figura indiscutida del Boca campeón de Russo: seis goles en lo que va del ciclo y nueve en total en la Superliga, incluido el que valió el campeonato.
Olé
El destino es impredecible. Se puede estar un día en la lona que al siguiente la cosa puede cambiar rotundamente. Basta con repasar el caso de Carlos Tevez, que de un tiempo a esta parte pasó de preguntarse si era hora de colgar los botines a ser la figura indiscutida del equipo que se quedó con el título.
Fue duro el ciclo de Alfaro para Carlitos. Duro por él, que no se encontraba consigo mismo, y también por el técnico, que después de haber declarado en su primera conferencia que Tevez era el estandarte del equipo le quitó el protagonismo apartándolo de a poquito.
Lo peor vino en diciembre, cuando se preguntó si valía la pena seguir. Angelici había perdido las elecciones y su continuidad pendía de un hilo. Incluso el retiro era una posibilidad latente. Pero entonces llegó Russo, y con él vinieron las alegrías.
Miguel no sólo le devolvió la confianza: también el hambre de gloria. Con poco más de tres meses de trabajo lo convirtió en la figura del equipo que terminó ganándole el título a River en el último suspiro, justamente con un gol de Carlitos. Fueron nueve en total en la Superliga, seis de ellos en el ciclo de Russo.
El destino es impredecible. Se puede estar un día en la lona que al siguiente la cosa puede cambiar rotundamente. Basta con repasar el caso de Carlos Tevez, que de un tiempo a esta parte pasó de preguntarse si era hora de colgar los botines a ser la figura indiscutida del equipo que se quedó con el título.
Fue duro el ciclo de Alfaro para Carlitos. Duro por él, que no se encontraba consigo mismo, y también por el técnico, que después de haber declarado en su primera conferencia que Tevez era el estandarte del equipo le quitó el protagonismo apartándolo de a poquito.
Lo peor vino en diciembre, cuando se preguntó si valía la pena seguir. Angelici había perdido las elecciones y su continuidad pendía de un hilo. Incluso el retiro era una posibilidad latente. Pero entonces llegó Russo, y con él vinieron las alegrías.
Miguel no sólo le devolvió la confianza: también el hambre de gloria. Con poco más de tres meses de trabajo lo convirtió en la figura del equipo que terminó ganándole el título a River en el último suspiro, justamente con un gol de Carlitos. Fueron nueve en total en la Superliga, seis de ellos en el ciclo de Russo.
