¿Pratto pierde la paciencia?
El representante del Oso contó que el delantero “está molesto” porque juega muy pocos minutos. Si no revierte su situación en el equipo pronto, ¿seguirá en River el próximo semestre?
Olé
Un antes y después de su llegada a River como el jugador más caro de la historia del club. Un antes y un después de la final de la Copa Libertadores contra Boca. Un antes y un después de la final de la Recopa contra Athletico Paranaense. ¿Un antes y un después del mercado de pases de junio?
Lucas Pratto nunca volvió al Modo Oso que le mostró al mundo en la final contra Boca en Madrid y que lo convirtió en ídolo de River. Mantuvo ese nivel top de toda la Copa Libertadores 2018 durante casi seis meses, hasta la final de la Recopa Sudamericana: convirtió el decisivo 2-0 que definió la revancha ante Athletico Paranaense en el Monumental (terminó 3-0). Pero a partir de ese 31 de mayo de 2019 hubo otro Pratto, porque jamás logró recuperar su mejor versión después de la fisura en el sacro que sufrió al término de ese partido (producto del exceso de esfuerzos que hizo para mantenerse en competencia a esa altura del semestre), cada vez le cuesta más sumar minutos en cancha para intentar recuperar el puesto y es algo que se está volviendo intolerante para el delantero de 31 años que mantiene intacta su voracidad competitiva.
“Lucas está como debe estar, molesto por su situación de jugar tan pocos minutos”, reconoció el representante del Oso, Gustavo Goñi (en Playersnet), aunque argumentó el estado emocional del jugador en que “es parte de su personalidad ganadora”. Y también explicó que “no sería Pratto si no estuviese en esa situación”. De todas maneras, según el agente el delantero “está tranquilo sabiendo que va a revertir la situación en cualquier momento”.
Ese “momento” de “revertir la situación” nunca se produjo en más de nueve meses: este jueves 26/3 se cumplieron exactamente 300 días desde el título de la Recopa 2019, y del último gol del Oso.
A Pratto se le fueron agotando las chances cronológicamente cada vez que jugó y este año apenas sumó 149 minutos en seis partidos diferentes; sólo fue titular una vez, en el equipo alternativo que perdió 3-0 con la Liga de Quito en Ecuador por la Copa Libertadores, y en tres ocasiones integró el banco sin ingresar: en el 2-1 ante Unión en Santa Fe, el 2-0 contra Central Córdoba en Núñez y el 8-0 frente a Binacional por la Copa.
El Oso lleva un total de 96 partidos oficiales en River y 22 goles. Sin embargo, no volvió a meterla desde el 31 de mayo del año pasado. Desde aquel momento, jugó 1.452 minutos en 32 partidos, la mayoría (13 de ellos) en la Libertadores 2019. Aunque justamente la final de la Copa ante Flamengo también marcó un antes y un después para el Oso, porque perdió una pelota increíble en ataque y ese error provocó el empate del Fla a los 87’.
Si este presente de Pratto no toma un giro de 180 grados en el corto plazo, el experimentado delantero podría tomar la decisión de cambiar de rumbo en el próximo mercado de pases, sobre todo porque el Atlético Mineiro de Brasil siempre tiene la intención de repatriarlo. De todos modos, ninguna negociación con River resultará sencilla porque el Oso es un jugador muy valioso para el club, para los hinchas y para Gallardo, que aún confía en que puede recuperar al mejor Pratto.
Un antes y después de su llegada a River como el jugador más caro de la historia del club. Un antes y un después de la final de la Copa Libertadores contra Boca. Un antes y un después de la final de la Recopa contra Athletico Paranaense. ¿Un antes y un después del mercado de pases de junio?
Lucas Pratto nunca volvió al Modo Oso que le mostró al mundo en la final contra Boca en Madrid y que lo convirtió en ídolo de River. Mantuvo ese nivel top de toda la Copa Libertadores 2018 durante casi seis meses, hasta la final de la Recopa Sudamericana: convirtió el decisivo 2-0 que definió la revancha ante Athletico Paranaense en el Monumental (terminó 3-0). Pero a partir de ese 31 de mayo de 2019 hubo otro Pratto, porque jamás logró recuperar su mejor versión después de la fisura en el sacro que sufrió al término de ese partido (producto del exceso de esfuerzos que hizo para mantenerse en competencia a esa altura del semestre), cada vez le cuesta más sumar minutos en cancha para intentar recuperar el puesto y es algo que se está volviendo intolerante para el delantero de 31 años que mantiene intacta su voracidad competitiva.
“Lucas está como debe estar, molesto por su situación de jugar tan pocos minutos”, reconoció el representante del Oso, Gustavo Goñi (en Playersnet), aunque argumentó el estado emocional del jugador en que “es parte de su personalidad ganadora”. Y también explicó que “no sería Pratto si no estuviese en esa situación”. De todas maneras, según el agente el delantero “está tranquilo sabiendo que va a revertir la situación en cualquier momento”.
Ese “momento” de “revertir la situación” nunca se produjo en más de nueve meses: este jueves 26/3 se cumplieron exactamente 300 días desde el título de la Recopa 2019, y del último gol del Oso.
A Pratto se le fueron agotando las chances cronológicamente cada vez que jugó y este año apenas sumó 149 minutos en seis partidos diferentes; sólo fue titular una vez, en el equipo alternativo que perdió 3-0 con la Liga de Quito en Ecuador por la Copa Libertadores, y en tres ocasiones integró el banco sin ingresar: en el 2-1 ante Unión en Santa Fe, el 2-0 contra Central Córdoba en Núñez y el 8-0 frente a Binacional por la Copa.
El Oso lleva un total de 96 partidos oficiales en River y 22 goles. Sin embargo, no volvió a meterla desde el 31 de mayo del año pasado. Desde aquel momento, jugó 1.452 minutos en 32 partidos, la mayoría (13 de ellos) en la Libertadores 2019. Aunque justamente la final de la Copa ante Flamengo también marcó un antes y un después para el Oso, porque perdió una pelota increíble en ataque y ese error provocó el empate del Fla a los 87’.
Si este presente de Pratto no toma un giro de 180 grados en el corto plazo, el experimentado delantero podría tomar la decisión de cambiar de rumbo en el próximo mercado de pases, sobre todo porque el Atlético Mineiro de Brasil siempre tiene la intención de repatriarlo. De todos modos, ninguna negociación con River resultará sencilla porque el Oso es un jugador muy valioso para el club, para los hinchas y para Gallardo, que aún confía en que puede recuperar al mejor Pratto.
