Díaz se reencontró con la banana
El chileno posó sobre un mural del club con la nueva camiseta de Racing y la fruta que comió durante el épico triunfo en el clásico. Chelo sigue disfrutando...
Olé
Marcelo Díaz se ha convertido en el hombre de las excentricidades. Más allá de lo que entrega en el campo de juego, el chileno también ha sido noticia por lo que hace afuera de la cancha, siempre con alegría y buena energía. Esta vez, luego de posar con la los nuevos diseños de camisetas de Racing, sorprendió con una imagen...
El volante central subió a su cuenta de Instagram (chelodiaz_21) una foto en la que aparece sonriente con la flamante indumentaria, apoyado sobre un mural ubicado en el club y, a un metro, una banana sobre el borde de una pared, en alusión al triunfo épico en el clásico de Avellaneda con gol anotado cuando el equipo tenía nueve jugadores.
Chelo, de esta manera, recordó el momento que se hizo furor en las redes sociales: cuando en pleno partido se puso a comer esa fruta con total tranquilidad (para prevenir calambres), un rato antes de que el propio jugador metiera el tanto de la victoria histórica. Después de ello, un sinfín e hinchas de la Academia se mostraron en fotos comiendo una banana en honor a Chelo y para cargar a los vecinos.
El chileno suele tener ocurrencias. El sábado, post entrenamiento matutino en la cancha auxiliar, se subió al trampolín más alto (a diez metros de elevación) de la pileta de saltos ornamentales del club. Y desde allí se lanzó en posición palito, con los brazos pegados al cuerpo, ante los aplausos de los presentes en el lugar.
Esa no fue la única actividad ajena a la pelota de fútbol que llamó la atención. En la semana posterior a la victoria sobre el Rojo, se puso a jugar unos al tenis en las canchas del club en dobles, con Barbona como compañero y Pillud y Rojas de rivales. El trasandino demostró sus cualidades con la raqueta y dejó claro que es uno de los deportes que también ha practicado. Y las sorpresas continuaron: tras una práctica en el predio Tita Mattiussi, tomó el control de un drone que utiliza el cuerpo técnico para grabar imágenes y se divirtió como un nene.
Marcelo Díaz se ha convertido en el hombre de las excentricidades. Más allá de lo que entrega en el campo de juego, el chileno también ha sido noticia por lo que hace afuera de la cancha, siempre con alegría y buena energía. Esta vez, luego de posar con la los nuevos diseños de camisetas de Racing, sorprendió con una imagen...
El volante central subió a su cuenta de Instagram (chelodiaz_21) una foto en la que aparece sonriente con la flamante indumentaria, apoyado sobre un mural ubicado en el club y, a un metro, una banana sobre el borde de una pared, en alusión al triunfo épico en el clásico de Avellaneda con gol anotado cuando el equipo tenía nueve jugadores.
Chelo, de esta manera, recordó el momento que se hizo furor en las redes sociales: cuando en pleno partido se puso a comer esa fruta con total tranquilidad (para prevenir calambres), un rato antes de que el propio jugador metiera el tanto de la victoria histórica. Después de ello, un sinfín e hinchas de la Academia se mostraron en fotos comiendo una banana en honor a Chelo y para cargar a los vecinos.
El chileno suele tener ocurrencias. El sábado, post entrenamiento matutino en la cancha auxiliar, se subió al trampolín más alto (a diez metros de elevación) de la pileta de saltos ornamentales del club. Y desde allí se lanzó en posición palito, con los brazos pegados al cuerpo, ante los aplausos de los presentes en el lugar.
Esa no fue la única actividad ajena a la pelota de fútbol que llamó la atención. En la semana posterior a la victoria sobre el Rojo, se puso a jugar unos al tenis en las canchas del club en dobles, con Barbona como compañero y Pillud y Rojas de rivales. El trasandino demostró sus cualidades con la raqueta y dejó claro que es uno de los deportes que también ha practicado. Y las sorpresas continuaron: tras una práctica en el predio Tita Mattiussi, tomó el control de un drone que utiliza el cuerpo técnico para grabar imágenes y se divirtió como un nene.
