La primera semana de las primarias demócratas termina con un discutido empate entre Pete Buttigieg y Bernie Sanders
Completado el 100% del escrutinio de los caucus de Iowa, tras varios días de demora y controversias, apenas unas centésimas separan al ex alcalde de South Bend del senador por Vermont en el recuento de delegados
Infobae
La confusión continúa en Iowa: cuatro días después de la votación inicial de las primarias demócratas, Bernie Sanders y Pete Buttigieg se encuentran en la delantera con una ínfima diferencia, tras el recuento de todos los votos. Pero la propia cúpula del partido llamó a una revisión de esos resultados parciales, tras el caos causado por un problema técnico.
A cuatro días de la próxima etapa de las primarias, en el estado de New Hampshire (noreste), Buttigieg tiene 26,2% de los delegados estatales en Iowa, contra 26,1% de Sanders —a pesar de que el senador socialista ha recibido más votos—, según resultados tras un escrutinio del 100 por ciento. Si las cifras finales no cambian significativamente, cada uno se quedará con 11 de los 41 delegados que envía Iowa a la Convención Nacional del partido, que nominará al candidato entre el 13 y el 16 de julio.
El miércoles, “Mayor Pete”, como lo apodan en Estados Unidos, tenía una diferencia de poco más de un punto porcentual cuando se habían escrutado el 86% de las asambleas. Un día antes, el político de 38 años, hasta hace algunos meses prácticamente un nombre desconocido en la política estadounidense, se había proclamado victorioso, en número de delegados, incluso antes de conocerse los resultados parciales.
“Lo que pasó con el partido demócrata de Iowa es un escándalo”, denunció Sanders, al proclamarse el vencedor, durante una conferencia de prensa en Manchester, en New Hampshire. Y agregó que “los caucus de Iowa son demasiado complicados” con la mirada ya puesta en las primarias de New Hampshire el próximo martes, que se realizarán por votación secreta.
Precisamente desde New Hampshire, y con la misma intención de enfocarse en lo que viene, Buttigieg señaló: “Fue una semana increíble, estamos absolutamente entusiasmados con la energía que nos acompaña aquí y con la validación extraordinaria de nuestra visión de campaña que ocurrió en Iowa el lunes”, dijo en un mitin en Merrimack.
Los “caucus”, asambleas de electores afiliados al partido, se desarrollaron el lunes de forma caótica en este estado rural del Medio Oeste, debido a problemas informáticos, lo que postergó la divulgación de los resultados. Según varios especialistas, lo que provocó el desastre fue un error de codificación en una aplicación para móviles que no se probó lo suficiente antes de su uso.
Debido a este problema técnico, el partido de Iowa decidió verificar manualmente los resultados, y lo viene haciendo lentamente desde el martes, pero han surgido errores e incoherencias en los resultados publicados en línea. Por ejemplo, variaciones imposibles entre la primera y la segunda ronda, o totales que no cuadran.
El fiasco de Iowa provocó este jueves un pedido de revisión de los resultados por parte del presidente del Partido Demócrata, Tom Perez. “Ya es suficiente. Para garantizar la confianza de la gente en los resultados, pido al Partido Demócrata de Iowa empezar inmediatamente una revisión”, dijo Perez, quien no explicó qué nivel de verificación pediría de los resultados.
La carrera electoral, en tanto, continúa. El equipo de campaña de Sanders anunció el jueves haber recaudado 25 millones de dólares en enero, un récord. El senador de 78 años que se postula como un “socialista democrático”, se enorgullece de no aceptar grandes sumas de donantes acaudalados. Según su equipo, en enero recibieron el apoyo de 219.000 nuevos partidarios, “estadounidense de clases populares que donaron 18 dólares” en promedio.
Elizabeth Warren, la senadora progresista de Massachusetts y otra de las principales candidatas, ocupa el tercer lugar en Iowa, con cerca de 18,2%. El resultado enfrió el apoyo económico que recibe y la obligó a retirar 500.000 dólares en piezas de televisión que iban a ser difundidas en los estados de Nevada y Carolina del Sur, dos estados cruciales en la votación del “Súper Martes”, el 3 de marzo próximo. “Quiero ser siempre muy cuidadosa en la forma en que gastamos nuestro dinero”, explicó Warren el miércoles.
Por su parte, Joe Biden, que en los sondeos nacionales se mantiene a la cabeza en la carrera por la nominación, obtuvo una votación decepcionante y se ubica en cuarto lugar, con cerca de 15,8% de los delegados. “Esperaba un resultado mejor”, reconoció el miércoles por la noche el ex vicepresidente de Barack Obama durante un debate organizado por la cadena CNN con electores de New Hampshire.
“No voy a edulcorar las cosas, recibí un golpe en el estómago en Iowa”, agregó, en un discurso en el que endureció los términos en los que se refirió a los nuevos favoritos. Para Biden, la etiqueta de “socialista” no permitirá que Sanders pueda vencer a Trump en las próximas elecciones de noviembre, y a Buttigieg le reprochó haber lanzar múltiples criticas a la presidencia de Obama.
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La confusión continúa en Iowa: cuatro días después de la votación inicial de las primarias demócratas, Bernie Sanders y Pete Buttigieg se encuentran en la delantera con una ínfima diferencia, tras el recuento de todos los votos. Pero la propia cúpula del partido llamó a una revisión de esos resultados parciales, tras el caos causado por un problema técnico.
A cuatro días de la próxima etapa de las primarias, en el estado de New Hampshire (noreste), Buttigieg tiene 26,2% de los delegados estatales en Iowa, contra 26,1% de Sanders —a pesar de que el senador socialista ha recibido más votos—, según resultados tras un escrutinio del 100 por ciento. Si las cifras finales no cambian significativamente, cada uno se quedará con 11 de los 41 delegados que envía Iowa a la Convención Nacional del partido, que nominará al candidato entre el 13 y el 16 de julio.
El miércoles, “Mayor Pete”, como lo apodan en Estados Unidos, tenía una diferencia de poco más de un punto porcentual cuando se habían escrutado el 86% de las asambleas. Un día antes, el político de 38 años, hasta hace algunos meses prácticamente un nombre desconocido en la política estadounidense, se había proclamado victorioso, en número de delegados, incluso antes de conocerse los resultados parciales.
“Lo que pasó con el partido demócrata de Iowa es un escándalo”, denunció Sanders, al proclamarse el vencedor, durante una conferencia de prensa en Manchester, en New Hampshire. Y agregó que “los caucus de Iowa son demasiado complicados” con la mirada ya puesta en las primarias de New Hampshire el próximo martes, que se realizarán por votación secreta.
Precisamente desde New Hampshire, y con la misma intención de enfocarse en lo que viene, Buttigieg señaló: “Fue una semana increíble, estamos absolutamente entusiasmados con la energía que nos acompaña aquí y con la validación extraordinaria de nuestra visión de campaña que ocurrió en Iowa el lunes”, dijo en un mitin en Merrimack.
Los “caucus”, asambleas de electores afiliados al partido, se desarrollaron el lunes de forma caótica en este estado rural del Medio Oeste, debido a problemas informáticos, lo que postergó la divulgación de los resultados. Según varios especialistas, lo que provocó el desastre fue un error de codificación en una aplicación para móviles que no se probó lo suficiente antes de su uso.
Debido a este problema técnico, el partido de Iowa decidió verificar manualmente los resultados, y lo viene haciendo lentamente desde el martes, pero han surgido errores e incoherencias en los resultados publicados en línea. Por ejemplo, variaciones imposibles entre la primera y la segunda ronda, o totales que no cuadran.
El fiasco de Iowa provocó este jueves un pedido de revisión de los resultados por parte del presidente del Partido Demócrata, Tom Perez. “Ya es suficiente. Para garantizar la confianza de la gente en los resultados, pido al Partido Demócrata de Iowa empezar inmediatamente una revisión”, dijo Perez, quien no explicó qué nivel de verificación pediría de los resultados.
La carrera electoral, en tanto, continúa. El equipo de campaña de Sanders anunció el jueves haber recaudado 25 millones de dólares en enero, un récord. El senador de 78 años que se postula como un “socialista democrático”, se enorgullece de no aceptar grandes sumas de donantes acaudalados. Según su equipo, en enero recibieron el apoyo de 219.000 nuevos partidarios, “estadounidense de clases populares que donaron 18 dólares” en promedio.
Elizabeth Warren, la senadora progresista de Massachusetts y otra de las principales candidatas, ocupa el tercer lugar en Iowa, con cerca de 18,2%. El resultado enfrió el apoyo económico que recibe y la obligó a retirar 500.000 dólares en piezas de televisión que iban a ser difundidas en los estados de Nevada y Carolina del Sur, dos estados cruciales en la votación del “Súper Martes”, el 3 de marzo próximo. “Quiero ser siempre muy cuidadosa en la forma en que gastamos nuestro dinero”, explicó Warren el miércoles.
Por su parte, Joe Biden, que en los sondeos nacionales se mantiene a la cabeza en la carrera por la nominación, obtuvo una votación decepcionante y se ubica en cuarto lugar, con cerca de 15,8% de los delegados. “Esperaba un resultado mejor”, reconoció el miércoles por la noche el ex vicepresidente de Barack Obama durante un debate organizado por la cadena CNN con electores de New Hampshire.
“No voy a edulcorar las cosas, recibí un golpe en el estómago en Iowa”, agregó, en un discurso en el que endureció los términos en los que se refirió a los nuevos favoritos. Para Biden, la etiqueta de “socialista” no permitirá que Sanders pueda vencer a Trump en las próximas elecciones de noviembre, y a Buttigieg le reprochó haber lanzar múltiples criticas a la presidencia de Obama.