Tras el Brexit, el Parlamento escocés demandó un nuevo referéndum de independencia
La moción fue aprobada con 64 votos a favor y 54 en contra. No obstante, el primer ministro británico Boris Johnson ya había anticipado su rechazo a la posibilidad. En 2014, se impuso la oposición a la secesión con el 55 por ciento de los votos
Infobae
El Parlamento escocés aprobó este miércoles una moción para exigir la celebración de un nuevo referéndum de independencia respecto del Reino Unido. La votación llegó horas después de que el Parlamento Europeo ratificara el Brexit -el divorcio del Reino Unido de la Unión Europea-, algo a lo que una significativa mayoría de escoceses se había opuesto en el referéndum de 2016. En ese entonces, un 62 por ciento de escoceses votaron a favor de permanecer en el bloque supranacional.
Los diputados aprobaron la medida con 64 votos a favor y 54 en contra. De esta manera, respaldaron las declaraciones hechas por la líder del Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés) Nicola Sturgeon, que luego de la victoria del partido conservador en las elecciones generales del Reino Unido en diciembre de 2019 había anticipado su intención de elevar el pedido.
El partido de Sturgeon obtuvo en esos comicios 48 de las 59 bancas que Escocia tiene asignadas en el Parlamento Británico -13 más que en las elecciones de 2017- en lo que fue otra muestra de apoyo de sus nacionales a la postura del partido. Tras el anuncio del resultado, Sturgeon consideró que este dejó a Escocia y el resto del país en “caminos divergentes”.
Escocia ya había atravesado un referéndum al respecto en el año 2014. Pero en ese entonces se impuso la oposición a la secesión con el 55 por ciento de los votos. No obstante, los miembros del SNP argumentan que, considerando el amplio porcentaje de su población que preferiría quedarse en el bloque supranacional, deberían tener la posibilidad de decidir a que bloque pertenecer.
De hecho, en la votación del miércoles los parlamentarios determinaron que la bandera del bloque comunitario permanezca izada en el edificio del Parlamento en Edimburgo a pesar de las acusaciones de que esto socavaría la imparcialidad de la Cámara. Y el pasado 11 de enero, miles de personas a favor de la independencia marcharon en la ciudad de Glasgow. Fue la primera de ocho marchas planeadas por la organización “todos bajo una misma bandera”.
Sin embargo, el primer ministro británico Boris Johnson ya ha anticipado que rechazará la petición. En diálogo con la BBC, indicó que el referéndum de 2014 fue algo de “una vez en una generación”. Y añadió: “Otro referéndum de independencia continuaría el estancamiento político en el que Escocia ha estado inmersa durante la última década (...), es hora de que todos trabajemos para unir a todo el Reino Unido”.
La primera ministra escocesa dijo que la respuesta de Johnson a su petición era predecible y que el motivo para bloquear la nueva consulta era que el primer ministro no tiene una argumentación positiva para mantener la unión, de más de 300 años de antigüedad.
“Aunque la respuesta de hoy no es sorprendente - de hecho la preveíamos - no se sostendrá”, dijo Sturgeon en un comunicado. “No es políticamente sostenible que ningún Gobierno de Westminster se interponga en el camino del derecho del pueblo de Escocia a decidir su propio futuro y trate de bloquear el claro mandato democrático para un referéndum de independencia”.
Sturgeon, en tanto, tiene previsto dar un discurso este viernes para fijar los “próximos pasos” a seguir en la “campaña para garantizar el futuro de Escocia como una nación independiente”.
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El Parlamento escocés aprobó este miércoles una moción para exigir la celebración de un nuevo referéndum de independencia respecto del Reino Unido. La votación llegó horas después de que el Parlamento Europeo ratificara el Brexit -el divorcio del Reino Unido de la Unión Europea-, algo a lo que una significativa mayoría de escoceses se había opuesto en el referéndum de 2016. En ese entonces, un 62 por ciento de escoceses votaron a favor de permanecer en el bloque supranacional.
Los diputados aprobaron la medida con 64 votos a favor y 54 en contra. De esta manera, respaldaron las declaraciones hechas por la líder del Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés) Nicola Sturgeon, que luego de la victoria del partido conservador en las elecciones generales del Reino Unido en diciembre de 2019 había anticipado su intención de elevar el pedido.
El partido de Sturgeon obtuvo en esos comicios 48 de las 59 bancas que Escocia tiene asignadas en el Parlamento Británico -13 más que en las elecciones de 2017- en lo que fue otra muestra de apoyo de sus nacionales a la postura del partido. Tras el anuncio del resultado, Sturgeon consideró que este dejó a Escocia y el resto del país en “caminos divergentes”.
Escocia ya había atravesado un referéndum al respecto en el año 2014. Pero en ese entonces se impuso la oposición a la secesión con el 55 por ciento de los votos. No obstante, los miembros del SNP argumentan que, considerando el amplio porcentaje de su población que preferiría quedarse en el bloque supranacional, deberían tener la posibilidad de decidir a que bloque pertenecer.
De hecho, en la votación del miércoles los parlamentarios determinaron que la bandera del bloque comunitario permanezca izada en el edificio del Parlamento en Edimburgo a pesar de las acusaciones de que esto socavaría la imparcialidad de la Cámara. Y el pasado 11 de enero, miles de personas a favor de la independencia marcharon en la ciudad de Glasgow. Fue la primera de ocho marchas planeadas por la organización “todos bajo una misma bandera”.
Sin embargo, el primer ministro británico Boris Johnson ya ha anticipado que rechazará la petición. En diálogo con la BBC, indicó que el referéndum de 2014 fue algo de “una vez en una generación”. Y añadió: “Otro referéndum de independencia continuaría el estancamiento político en el que Escocia ha estado inmersa durante la última década (...), es hora de que todos trabajemos para unir a todo el Reino Unido”.
La primera ministra escocesa dijo que la respuesta de Johnson a su petición era predecible y que el motivo para bloquear la nueva consulta era que el primer ministro no tiene una argumentación positiva para mantener la unión, de más de 300 años de antigüedad.
“Aunque la respuesta de hoy no es sorprendente - de hecho la preveíamos - no se sostendrá”, dijo Sturgeon en un comunicado. “No es políticamente sostenible que ningún Gobierno de Westminster se interponga en el camino del derecho del pueblo de Escocia a decidir su propio futuro y trate de bloquear el claro mandato democrático para un referéndum de independencia”.
Sturgeon, en tanto, tiene previsto dar un discurso este viernes para fijar los “próximos pasos” a seguir en la “campaña para garantizar el futuro de Escocia como una nación independiente”.