Los incendios en Australia provocan nuevas evacuaciones masivas
Las autoridades del Estado de Victoria han pedido a 240.000 personas que busquen un lugar a salvo de los fuegos
Manu Granda
Melbourne, El País
Las autoridades australianas han pedido a 240.000 personas que evacúen zonas de alto riesgo por amenaza de incendios en el sur del país, en el Estado de Victoria. Las llamas han arrasado hasta ahora más de diez millones de hectáreas, en lo que es ya la peor temporada de fuegos forestales en la historia del país por la gran superficie quemada --en pérdida de vidas humanas fueron peores los incendios de 2009--. El primer ministro de Victoria, Daniel Andrews, ha pedido a la gente estar alerta y preparada para evacuar si se le pide hacerlo.
“Incluso con lluvia en Melbourne (capital de Victoria), con mejores condiciones pronosticadas para la próxima semana, hay un largo camino por recorrer en lo que ha sido una temporada de incendios sin precedentes. Por supuesto, sabemos que tenemos muchas semanas todavía por delante”, ha dicho Andrews en declaraciones recogidas por Reuters. Las autoridades de otros Estados afectados por los fuegos, como Nueva Gales del Sur y Australia del Sur, también han urgido a la población a estar alerta y a marcharse en caso de que sea necesario.
Esta nueva petición de las autoridades llega una semana después de que el propio Andrews ordenase la evacuación de 100.000 personas en Victoria, al declarar la situación de desastre en seis zonas del Estado. Dicha evacuación fue catalogada por los medios de comunicación locales como la “mayor de la historia de Victoria”. A su vez, mientras la gente se lanzaba a las carreteras en busca de un lugar seguro la semana pasada, 4.000 personas empezaban a ser evacuadas de Mallacoota, en el sur de este Estado, donde quedaron atrapadas en las playas por culpa de los fuegos. En Victoria ya han ardido más de 1,3 millones de hectáreas y hay 19 focos activos.
La alarmante situación ha provocado que miles de personas se manifestaran el viernes en Melbourne en contra del primer ministro australiano, Scott Morrison, al que se acusa de una gestión deficiente de la crisis. Entre las demandas de los manifestantes se encontraban el aumento de la dotación para los bomberos, la adopción de medidas urgentes contra el cambio climático y la dimisión del propio primer ministro.
Como prueba de la gravedad de la situación en el sur del país, un informe gubernamental señala que hasta el viernes se quemaron 104 parques y reservas naturales en Victoria, según recoge The Sydney Morning Herald. La quema de estas zonas de gran biodiversidad se debió sobre todo a los incendios de East Gippsland, donde las llamas ardieron con especial virulencia la semana pasada. “Hasta la fecha, los incendios han quemado, en su mayoría, áreas de un alto valor natural, afectando al 9% de las zonas con mayor biodiversidad del Estado”, señala el informe. El documento apunta que entre las zonas que han ardido se encuentran el 70% de las selvas tropicales del Estado.
Por otra parte, la dimensión de los incendios ha provocado que numerosos Gobiernos muestren su solidaridad con las autoridades australianas. Países como Estados Unidos y Canadá han mandado efectivos para ayudar en las tareas de extinción. Incluso el rey Salmán de Arabia Saudí mantuvo una conversación telefónica el viernes con Morrison, según informaron ambos Gobiernos. En ella, el monarca señaló “la disposición del reino a proporcionar toda la asistencia posible para que Australia supere este desastre”.
Hasta el momento han muerto 27 personas en todo el país desde el mes de octubre. La temporada de incendios ha comenzado mucho antes de lo normal en un país donde el verano empieza en diciembre. Ya en noviembre, los fuegos eran especialmente graves en Estados como Queensland (al este del país) y Nueva Gales del Sur (cuya capital es Sídney). En esta última región han ardido casi cinco millones de hectáreas, cerca de la mitad de lo que se ha quemado en todo el país. La terrible crisis empujó al primer ministro a anunciar a principios de semana la creación de un fondo para los afectados por los fuegos, que contará con una dotación inicial de 1.240 millones de euros.
Manu Granda
Melbourne, El País
Las autoridades australianas han pedido a 240.000 personas que evacúen zonas de alto riesgo por amenaza de incendios en el sur del país, en el Estado de Victoria. Las llamas han arrasado hasta ahora más de diez millones de hectáreas, en lo que es ya la peor temporada de fuegos forestales en la historia del país por la gran superficie quemada --en pérdida de vidas humanas fueron peores los incendios de 2009--. El primer ministro de Victoria, Daniel Andrews, ha pedido a la gente estar alerta y preparada para evacuar si se le pide hacerlo.
“Incluso con lluvia en Melbourne (capital de Victoria), con mejores condiciones pronosticadas para la próxima semana, hay un largo camino por recorrer en lo que ha sido una temporada de incendios sin precedentes. Por supuesto, sabemos que tenemos muchas semanas todavía por delante”, ha dicho Andrews en declaraciones recogidas por Reuters. Las autoridades de otros Estados afectados por los fuegos, como Nueva Gales del Sur y Australia del Sur, también han urgido a la población a estar alerta y a marcharse en caso de que sea necesario.
Esta nueva petición de las autoridades llega una semana después de que el propio Andrews ordenase la evacuación de 100.000 personas en Victoria, al declarar la situación de desastre en seis zonas del Estado. Dicha evacuación fue catalogada por los medios de comunicación locales como la “mayor de la historia de Victoria”. A su vez, mientras la gente se lanzaba a las carreteras en busca de un lugar seguro la semana pasada, 4.000 personas empezaban a ser evacuadas de Mallacoota, en el sur de este Estado, donde quedaron atrapadas en las playas por culpa de los fuegos. En Victoria ya han ardido más de 1,3 millones de hectáreas y hay 19 focos activos.
La alarmante situación ha provocado que miles de personas se manifestaran el viernes en Melbourne en contra del primer ministro australiano, Scott Morrison, al que se acusa de una gestión deficiente de la crisis. Entre las demandas de los manifestantes se encontraban el aumento de la dotación para los bomberos, la adopción de medidas urgentes contra el cambio climático y la dimisión del propio primer ministro.
Como prueba de la gravedad de la situación en el sur del país, un informe gubernamental señala que hasta el viernes se quemaron 104 parques y reservas naturales en Victoria, según recoge The Sydney Morning Herald. La quema de estas zonas de gran biodiversidad se debió sobre todo a los incendios de East Gippsland, donde las llamas ardieron con especial virulencia la semana pasada. “Hasta la fecha, los incendios han quemado, en su mayoría, áreas de un alto valor natural, afectando al 9% de las zonas con mayor biodiversidad del Estado”, señala el informe. El documento apunta que entre las zonas que han ardido se encuentran el 70% de las selvas tropicales del Estado.
Por otra parte, la dimensión de los incendios ha provocado que numerosos Gobiernos muestren su solidaridad con las autoridades australianas. Países como Estados Unidos y Canadá han mandado efectivos para ayudar en las tareas de extinción. Incluso el rey Salmán de Arabia Saudí mantuvo una conversación telefónica el viernes con Morrison, según informaron ambos Gobiernos. En ella, el monarca señaló “la disposición del reino a proporcionar toda la asistencia posible para que Australia supere este desastre”.
Hasta el momento han muerto 27 personas en todo el país desde el mes de octubre. La temporada de incendios ha comenzado mucho antes de lo normal en un país donde el verano empieza en diciembre. Ya en noviembre, los fuegos eran especialmente graves en Estados como Queensland (al este del país) y Nueva Gales del Sur (cuya capital es Sídney). En esta última región han ardido casi cinco millones de hectáreas, cerca de la mitad de lo que se ha quemado en todo el país. La terrible crisis empujó al primer ministro a anunciar a principios de semana la creación de un fondo para los afectados por los fuegos, que contará con una dotación inicial de 1.240 millones de euros.