Michael Schumacher: todo lo que se sabe seis años después
Su estado de salud sigue siendo el secreto mejor guardado. En 2019 se sometió a un tratamiento experimental con células madre en París.
Jesús Balseiro
As
Un 29 de diciembre de 2013, hace hoy seis años, Michael Schumacher sufría el accidente de esquí que cambiaría su vida para siempre. Su caída en Meribel, Francia, le provocó un fuerte traumatismo en la cabeza por el que fue operado en dos ocasiones. Permaneció en estado crítico y coma inducido durante meses y necesitó 254 días para dejar el hospital rumbo a su casa de Lausana, Suiza. A partir de entonces, el silencio. El Kaiser siempre quiso que su vida privada fuese precisamente eso, privada, así que la familia Schumacher cerró las puertas para dirigir todas sus fuerzas hacia la recuperación del siete veces campeón de Fórmula 1.
Durante 2019, no obstante, ha habido novedades: ha visitado en diversas ocasiones el Hospital George Pompidou de París, tal como publicó en verano 'Le Parisien', desplazándose desde su vivienda para someterse a un tratamiento experimental con células madre que dirige el cirujano Philippe Menasché. Según el testimonio de una enfermera a ese mismo periódico, “está consciente”. Aunque sin comunicados oficiales en un lustro, el estado de salud de Schumacher, que cumplirá 51 años el próximo viernes, permanece como el secreto mejor guardado. Fuera de su familia cercana, son muy pocos quienes le han visitado en este tiempo, algunos del mundo del motor. Uno de ellos, Jean Todt (presidente de la FIA y ex jefe de Ferrari), dijo este año que había visto con él una carrera de F1 por televisión y que "está en casa, en las mejores manos".
Mientras todo lo que concierne al expiloto permanece guardado bajo llave, el clan Schumacher vuelve a estar muy presente en el paddock de la Fórmula 1 para acompañar Mick Schumacher, el hijo menor de Michael. Sabine Kehm, histórica mánager y jefa de prensa del campeón de Hermuelheim, se ha hecho cargo personalmente de la carrera del joven Mick, de 20 años, y su madre, Corinna, también suele acudir a los circuitos en los fines de semana de carreras. De hecho, siguió desde el mismo garaje el primer test oficial del alemán con un F1, en Bahréin a los mandos del Ferrari SF90 y bajo la supervisión de los jefes de Maranello.
Jesús Balseiro
As
Un 29 de diciembre de 2013, hace hoy seis años, Michael Schumacher sufría el accidente de esquí que cambiaría su vida para siempre. Su caída en Meribel, Francia, le provocó un fuerte traumatismo en la cabeza por el que fue operado en dos ocasiones. Permaneció en estado crítico y coma inducido durante meses y necesitó 254 días para dejar el hospital rumbo a su casa de Lausana, Suiza. A partir de entonces, el silencio. El Kaiser siempre quiso que su vida privada fuese precisamente eso, privada, así que la familia Schumacher cerró las puertas para dirigir todas sus fuerzas hacia la recuperación del siete veces campeón de Fórmula 1.
Durante 2019, no obstante, ha habido novedades: ha visitado en diversas ocasiones el Hospital George Pompidou de París, tal como publicó en verano 'Le Parisien', desplazándose desde su vivienda para someterse a un tratamiento experimental con células madre que dirige el cirujano Philippe Menasché. Según el testimonio de una enfermera a ese mismo periódico, “está consciente”. Aunque sin comunicados oficiales en un lustro, el estado de salud de Schumacher, que cumplirá 51 años el próximo viernes, permanece como el secreto mejor guardado. Fuera de su familia cercana, son muy pocos quienes le han visitado en este tiempo, algunos del mundo del motor. Uno de ellos, Jean Todt (presidente de la FIA y ex jefe de Ferrari), dijo este año que había visto con él una carrera de F1 por televisión y que "está en casa, en las mejores manos".
Mientras todo lo que concierne al expiloto permanece guardado bajo llave, el clan Schumacher vuelve a estar muy presente en el paddock de la Fórmula 1 para acompañar Mick Schumacher, el hijo menor de Michael. Sabine Kehm, histórica mánager y jefa de prensa del campeón de Hermuelheim, se ha hecho cargo personalmente de la carrera del joven Mick, de 20 años, y su madre, Corinna, también suele acudir a los circuitos en los fines de semana de carreras. De hecho, siguió desde el mismo garaje el primer test oficial del alemán con un F1, en Bahréin a los mandos del Ferrari SF90 y bajo la supervisión de los jefes de Maranello.