La última gran idea del fútbol es aún peor que el VAR
Chris Hughes, para la agencia Bloomberg
La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) está en busca de dinero y agudeza comercial. La industria de capital privado cree que podría ser una solución. Al igual que Frank Lampard, del Chelsea, y Steven Gerrard, del Liverpool cuando solían jugar juntos para Inglaterra, no era obvio que la pareja estuviera hecha el uno para el otro.
El objetivo estratégico de la FIFA es llevar este hermoso deporte a nuevas audiencias en nuevas regiones. Ese proceso ya está en marcha sin la ayuda de la organización. Los clubes chinos ofrecen precios absurdos por las estrellas occidentales, mientras que el fútbol tiene una presencia consolidada en Estados Unidos. En tanto, India comienza a ser el nuevo mercado objetivo; por ejemplo, City Football Group, propietario de Manchester City, compró el mes pasado una participación mayoritaria en Mumbai City FC.
Pero la FIFA cree que tiene la responsabilidad de lograr que los principales clubes expandan sus horizontes globales. Quiere expandir su Copa Mundial de Clubes, que actualmente está conformada por seis campeones regionales de todo el mundo más el mejor club del país anfitrión, que este año es Qatar. Tal como están las cosas, el evento corre el riesgo de ser un sustituto pobre de la Liga de Campeones de Europa, donde participa la mayoría de las estrellas de este deporte y donde existe una verdadera rivalidad entre los clubes.
Es posible que los participantes de la Copa Mundial de Clubes sean líderes en sus federaciones individuales, pero es difícil imaginar cómo los partidos pueden generar la misma atmósfera y tensión que un partido entre equipos como el Barcelona y el Real Madrid o el Liverpool y el Manchester United.
Por lo tanto, la FIFA expandirá la competencia a 24 clubes a partir del evento de 2021 en China. El organismo también parece dispuesto a sacar el mayor provecho para obtener el máximo potencial comercial: está en conversaciones con CVC Capital Partners sobre una asociación, informó la semana pasada Financial Times. CVC ya ha invertido en deportes, ha sido propietaria de carreras de Fórmula Uno y más recientemente asumió una participación en el torneo inglés Premiership Rugby. También se han puesto en contacto con la empresa para pedir su respaldo en un torneo internacional de clubes paralelo encabezado por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, informó el FT.
¿Qué aportaría el capital privado? Un torneo ampliado sin duda debería autofinanciarse a través de derechos de transmisión y acuerdos de patrocinio. La necesidad de capital adicional no es obvia. El beneficio real sería la capacidad de entregar la gestión del torneo a un socio bien organizado con experticia probada que vaya más allá de vender tiempo al aire al mejor postor. Con certeza una empresa de adquisiciones sería más hábil que la FIFA para aprovechar al máximo las oportunidades de comercialización y hostelería, y maximizar los ingresos del contenido de video y los datos.
La pregunta es qué gana el capital privado. El comité de inversión de cualquier empresa de adquisiciones interesada debe evaluar la oportunidad cautelosamente. Los escándalos de corrupción anteriores de la FIFA significan que no debe firmarse ningún cheque antes de realizar un arduo ejercicio de diligencia debida dado el riesgo de la reputación.
Luego está la interrogante de si una Copa Mundial de Clubes extendida generaría más enemigos que amigos. Un torneo mundial de clubes se interpone en el camino de las ligas nacionales, y ya existen las lucrativas Champions League y Europa League para los equipos de élite de Europa. Incluso el pequeño torneo actual de la Copa Mundial de Clubes genera conflictos de calendarización.
Estas decisiones también corren el riesgo de perpetuar la división entre los equipos que califican (y, por lo tanto, ganan más dinero, lo que les permite reclutar los mejores talentos) y los que no lo logran. La conclusión es que los inversionistas externos deben estar 100% seguros de que pueden mejorar el juego para todos los fanáticos antes de involucrarse.
En este momento, el capital privado tiene más dinero que oportunidades de inversión, es por eso que está pescando en nuevas aguas. Pero esto tiene el potencial de ser mucho más controvertido que sus anteriores iniciativas deportivas. La introducción del arbitraje asistido por video probablemente ha sido la medida más impopular del fútbol en el último tiempo. No es de extrañar que esta última gran idea tenga una bienvenida similar.
La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) está en busca de dinero y agudeza comercial. La industria de capital privado cree que podría ser una solución. Al igual que Frank Lampard, del Chelsea, y Steven Gerrard, del Liverpool cuando solían jugar juntos para Inglaterra, no era obvio que la pareja estuviera hecha el uno para el otro.
El objetivo estratégico de la FIFA es llevar este hermoso deporte a nuevas audiencias en nuevas regiones. Ese proceso ya está en marcha sin la ayuda de la organización. Los clubes chinos ofrecen precios absurdos por las estrellas occidentales, mientras que el fútbol tiene una presencia consolidada en Estados Unidos. En tanto, India comienza a ser el nuevo mercado objetivo; por ejemplo, City Football Group, propietario de Manchester City, compró el mes pasado una participación mayoritaria en Mumbai City FC.
Pero la FIFA cree que tiene la responsabilidad de lograr que los principales clubes expandan sus horizontes globales. Quiere expandir su Copa Mundial de Clubes, que actualmente está conformada por seis campeones regionales de todo el mundo más el mejor club del país anfitrión, que este año es Qatar. Tal como están las cosas, el evento corre el riesgo de ser un sustituto pobre de la Liga de Campeones de Europa, donde participa la mayoría de las estrellas de este deporte y donde existe una verdadera rivalidad entre los clubes.
Es posible que los participantes de la Copa Mundial de Clubes sean líderes en sus federaciones individuales, pero es difícil imaginar cómo los partidos pueden generar la misma atmósfera y tensión que un partido entre equipos como el Barcelona y el Real Madrid o el Liverpool y el Manchester United.
Por lo tanto, la FIFA expandirá la competencia a 24 clubes a partir del evento de 2021 en China. El organismo también parece dispuesto a sacar el mayor provecho para obtener el máximo potencial comercial: está en conversaciones con CVC Capital Partners sobre una asociación, informó la semana pasada Financial Times. CVC ya ha invertido en deportes, ha sido propietaria de carreras de Fórmula Uno y más recientemente asumió una participación en el torneo inglés Premiership Rugby. También se han puesto en contacto con la empresa para pedir su respaldo en un torneo internacional de clubes paralelo encabezado por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, informó el FT.
¿Qué aportaría el capital privado? Un torneo ampliado sin duda debería autofinanciarse a través de derechos de transmisión y acuerdos de patrocinio. La necesidad de capital adicional no es obvia. El beneficio real sería la capacidad de entregar la gestión del torneo a un socio bien organizado con experticia probada que vaya más allá de vender tiempo al aire al mejor postor. Con certeza una empresa de adquisiciones sería más hábil que la FIFA para aprovechar al máximo las oportunidades de comercialización y hostelería, y maximizar los ingresos del contenido de video y los datos.
La pregunta es qué gana el capital privado. El comité de inversión de cualquier empresa de adquisiciones interesada debe evaluar la oportunidad cautelosamente. Los escándalos de corrupción anteriores de la FIFA significan que no debe firmarse ningún cheque antes de realizar un arduo ejercicio de diligencia debida dado el riesgo de la reputación.
Luego está la interrogante de si una Copa Mundial de Clubes extendida generaría más enemigos que amigos. Un torneo mundial de clubes se interpone en el camino de las ligas nacionales, y ya existen las lucrativas Champions League y Europa League para los equipos de élite de Europa. Incluso el pequeño torneo actual de la Copa Mundial de Clubes genera conflictos de calendarización.
Estas decisiones también corren el riesgo de perpetuar la división entre los equipos que califican (y, por lo tanto, ganan más dinero, lo que les permite reclutar los mejores talentos) y los que no lo logran. La conclusión es que los inversionistas externos deben estar 100% seguros de que pueden mejorar el juego para todos los fanáticos antes de involucrarse.
En este momento, el capital privado tiene más dinero que oportunidades de inversión, es por eso que está pescando en nuevas aguas. Pero esto tiene el potencial de ser mucho más controvertido que sus anteriores iniciativas deportivas. La introducción del arbitraje asistido por video probablemente ha sido la medida más impopular del fútbol en el último tiempo. No es de extrañar que esta última gran idea tenga una bienvenida similar.