El terrorista del puente de Londres fue condenado por intentar colocar una bomba en el edificio de la Bolsa
Sentenciado en el Reino Unido al equivalente a la prisión permanente revisable, un tribunal redujo después la pena
Rafa de Miguel
Londres, El País
En medio de una campaña electoral, y mucho más si tiene la relevancia y tensión de la del Reino Unido en estos días, todo se lee en clave política. Por eso, ante la conmoción latente entre los londinenses, a las pocas horas de que se produjera un nuevo atentado en el puente de Londres, el candidato conservador, Boris Johnson, cuestionó frente a los micrófonos la tibieza de la respuesta penal y penitenciaria frente al terrorismo. "Debemos abandonar la costumbre de permitir que los autores de graves delitos salgan pronto de prisión. Hay que reforzar el cumplimiento de las penas impuestas a criminales peligrosos, especialmente si son terroristas. Creo que es lo que quieren los ciudadanos", dijo el primer ministro antes de reunirse el viernes por la noche con el comité COBRA (que reúne a ministerios y agencias implicadas en la seguridad nacional).
Usman Khan, de 28 años, el hombre abatido a tiros por la policía sobre el puente de Londres, fue condenado en 2012 por planear junto a otros ocho individuos un atentado con bomba en la Bolsa de Londres. Su fuente de inspiración era la organización de terrorismo islamista Al Qaeda. Soñaban además con poner en marcha un campo de entrenamiento de terroristas en la zona de Cachemira controlada por Pakistán. La policía y el MI5 (el servicio británico de espionaje interior) les tenían controlados y seguían sus pasos. La sentencia que recibió tenía una duración indefinida. En el Reino Unido es posible esta indefinición en el castigo, con un mínimo de cumplimiento. Se acerca a la figura de la prisión permanente revisable. El mínimo impuesto a Khan fue de ocho años. Un tribunal de apelación reconvirtió posteriormente la condena a una pena fija de 16 años, en 2013. Sujeta a partir de entonces a la aplicación del régimen penitenciario de grados, en la práctica el cambio implicaba su liberación condicional y vigilada de modo automático a los ocho años.
En diciembre de 2018 fue puesto en libertad, a través del trámite automático de revisión del cumplimiento de las penas, sin que ningún juez ni junta de revisión supervisara la decisión. "Podemos confirmar que no tuvimos implicación alguna en la puesta en libertad del individuo identificado como el agresor. Al parecer, fue liberado automáticamente en situación condicional sin que su caso fuera transferido a esta junta", ha asegurado en un comunicado la Parole Board (Mesa de Condicionales), el organismo independiente que revisa en el Reino Unido los riesgos de la puesta en libertad antes de tiempo de los presos.
"Durante su estancia en prisión, comenzó a darse cuenta de que el pensamiento islamista extremista no era correcto. Y admitió eso. Criticaba la ideología de Al Qaeda y el extremismo violento. Reconocía que su modo de entender el Islam era incompleto", ha contado al diario The Guardian Vajahat Sharif, el abogado que llevó la causa de Khan. Al parecer, según su defensor, había solicitado en repetidas ocasiones algún tipo de ayuda para "desradicalizarse", que nunca llegó.
Khan estaba obligado a llevar todo el tiempo una pulsera de localización remota, para tener controlados sus movimientos. El Instituto de Criminología de la Universidad de Cambridge pensó que era el ejemplo perfecto para mostrar cómo funciona el proceso de rehabilitación. Y le invitó a la conferencia que, bajo el título Learning Together (Aprendiendo Juntos) había organizado este mismo viernes en el Fishmonger's Hall, un edificio histórico que en su día fue sede del Gremio de Pescadores de la City londinense (el núcleo financiero, jurídico y empresarial de la ciudad), situado en el lado norte del puente de Londres.
"Creemos que el atentado comenzó en el interior de ese edificio, y que el agresor procedió luego a seguir con sus ataques en dirección al puente de Londres. Allí fue repelido y posteriormente, al enfrentarse a agentes armados, recibió los disparos", ha explicado Neil Basu, el responsable de los Servicios Antiterroristas de Scotland Yard. Khan, según ha explicado la policía, llevaba un falso chaleco bomba y comenzó a amenazar al centenar de personas presentes en la conferencia con que iba a volar el edificio entero. Se había amarrado a las manos dos largos cuchillos con los que comenzó a apuñalar indiscriminadamente a los asistentes. Dos personas (un hombre y una mujer) murieron. Algunos medios han identificado ya a uno de los fallecidos. Se trataría de Jack Merrit, de 25 años. Después de licenciarse en Derecho en la Universidad de Manchester, estudió en Cabmbridge. Participaba como coordinador de las jornadas a las que asistió Khan como invitado. Otras tres personas (dos hombres y una mujer) permanecen hospitalizadas.
La intervención de ciudadanos anónimos que intentaron detener a Khan como les fue posible (algunos utilizaron incluso extintores de incendios) hizo que su huida concluyera en el mismo puente de Londres. Dos tiros de la policía acabaron con su vida. Asuntos Internos investigará a partir de ahora la actuación de los agentes que, en las primeras horas del atentado, recibieron los agradecimientos incondicionales de los principales candidatos, Boris Johnson, Jeremy Corbyn y Jo Swinson.
Rafa de Miguel
Londres, El País
En medio de una campaña electoral, y mucho más si tiene la relevancia y tensión de la del Reino Unido en estos días, todo se lee en clave política. Por eso, ante la conmoción latente entre los londinenses, a las pocas horas de que se produjera un nuevo atentado en el puente de Londres, el candidato conservador, Boris Johnson, cuestionó frente a los micrófonos la tibieza de la respuesta penal y penitenciaria frente al terrorismo. "Debemos abandonar la costumbre de permitir que los autores de graves delitos salgan pronto de prisión. Hay que reforzar el cumplimiento de las penas impuestas a criminales peligrosos, especialmente si son terroristas. Creo que es lo que quieren los ciudadanos", dijo el primer ministro antes de reunirse el viernes por la noche con el comité COBRA (que reúne a ministerios y agencias implicadas en la seguridad nacional).
Usman Khan, de 28 años, el hombre abatido a tiros por la policía sobre el puente de Londres, fue condenado en 2012 por planear junto a otros ocho individuos un atentado con bomba en la Bolsa de Londres. Su fuente de inspiración era la organización de terrorismo islamista Al Qaeda. Soñaban además con poner en marcha un campo de entrenamiento de terroristas en la zona de Cachemira controlada por Pakistán. La policía y el MI5 (el servicio británico de espionaje interior) les tenían controlados y seguían sus pasos. La sentencia que recibió tenía una duración indefinida. En el Reino Unido es posible esta indefinición en el castigo, con un mínimo de cumplimiento. Se acerca a la figura de la prisión permanente revisable. El mínimo impuesto a Khan fue de ocho años. Un tribunal de apelación reconvirtió posteriormente la condena a una pena fija de 16 años, en 2013. Sujeta a partir de entonces a la aplicación del régimen penitenciario de grados, en la práctica el cambio implicaba su liberación condicional y vigilada de modo automático a los ocho años.
En diciembre de 2018 fue puesto en libertad, a través del trámite automático de revisión del cumplimiento de las penas, sin que ningún juez ni junta de revisión supervisara la decisión. "Podemos confirmar que no tuvimos implicación alguna en la puesta en libertad del individuo identificado como el agresor. Al parecer, fue liberado automáticamente en situación condicional sin que su caso fuera transferido a esta junta", ha asegurado en un comunicado la Parole Board (Mesa de Condicionales), el organismo independiente que revisa en el Reino Unido los riesgos de la puesta en libertad antes de tiempo de los presos.
"Durante su estancia en prisión, comenzó a darse cuenta de que el pensamiento islamista extremista no era correcto. Y admitió eso. Criticaba la ideología de Al Qaeda y el extremismo violento. Reconocía que su modo de entender el Islam era incompleto", ha contado al diario The Guardian Vajahat Sharif, el abogado que llevó la causa de Khan. Al parecer, según su defensor, había solicitado en repetidas ocasiones algún tipo de ayuda para "desradicalizarse", que nunca llegó.
Khan estaba obligado a llevar todo el tiempo una pulsera de localización remota, para tener controlados sus movimientos. El Instituto de Criminología de la Universidad de Cambridge pensó que era el ejemplo perfecto para mostrar cómo funciona el proceso de rehabilitación. Y le invitó a la conferencia que, bajo el título Learning Together (Aprendiendo Juntos) había organizado este mismo viernes en el Fishmonger's Hall, un edificio histórico que en su día fue sede del Gremio de Pescadores de la City londinense (el núcleo financiero, jurídico y empresarial de la ciudad), situado en el lado norte del puente de Londres.
"Creemos que el atentado comenzó en el interior de ese edificio, y que el agresor procedió luego a seguir con sus ataques en dirección al puente de Londres. Allí fue repelido y posteriormente, al enfrentarse a agentes armados, recibió los disparos", ha explicado Neil Basu, el responsable de los Servicios Antiterroristas de Scotland Yard. Khan, según ha explicado la policía, llevaba un falso chaleco bomba y comenzó a amenazar al centenar de personas presentes en la conferencia con que iba a volar el edificio entero. Se había amarrado a las manos dos largos cuchillos con los que comenzó a apuñalar indiscriminadamente a los asistentes. Dos personas (un hombre y una mujer) murieron. Algunos medios han identificado ya a uno de los fallecidos. Se trataría de Jack Merrit, de 25 años. Después de licenciarse en Derecho en la Universidad de Manchester, estudió en Cabmbridge. Participaba como coordinador de las jornadas a las que asistió Khan como invitado. Otras tres personas (dos hombres y una mujer) permanecen hospitalizadas.
La intervención de ciudadanos anónimos que intentaron detener a Khan como les fue posible (algunos utilizaron incluso extintores de incendios) hizo que su huida concluyera en el mismo puente de Londres. Dos tiros de la policía acabaron con su vida. Asuntos Internos investigará a partir de ahora la actuación de los agentes que, en las primeras horas del atentado, recibieron los agradecimientos incondicionales de los principales candidatos, Boris Johnson, Jeremy Corbyn y Jo Swinson.