El Liverpool sale vivo de Austria
El Salzburgo apretó y puso en aprietos al campeón hasta que Naby Keita marcó el primer gol de cabeza. Salah, con un golazo, sentenció la victoria red.
Alberto Muñoz
As
Tremendo partido en Austria entre el Liverpool y el Salzburgo en el que los de Klopp, a los que se les atragantan los partidos fuera de casa en competición continental, supieron resistir una hora de intenso fútbol de los de Jesse Marsch, que serán serios candidatos a la Europa League. Dos golpes prácticamente consecutivos de los reds fueron suficientes para noquear a sus contrarios, que se vinieron abajo cuando vieron la clasificación prácticamente imposible.
Aun así, qué pena no poder ver a este Salzburgo en los octavos de final de la Liga de Campeones. Impresionante trabajo del equipo austriaco frente a todo un campeón de Europa, y no solo en el apartado defensivo. Los de Jesse Marsch demostraron que tienen criterio para mover la pelota con un estilista como Minamino, que pueden meter miedo con un tren de mercancías como Haaland y que tienen bajo palos a un seguro como Stankovic.
Ante un equipo venido arriba y con una atmósfera que los llevaba a creerse que podían arrollar y hacer historia, solo Mané, quién si no, parecía poder competir con ellos en ese corazón. Suyas fueron las mejores jugadas, mientras que Salah, que está lejos de su mejor versión, falló en tres manos a mano.
No lo hizo sin embargo el senegalés al irse por velocidad y poner un centro perfecto sobre la salida de Stankovic para que Keita cabecease a placer el primero, lo que provocó una desconexión momentánea de los austriacos y que llegase el segundo de Salah casi de forma consecutiva aprovechando un error de la defensa.
Los de Klopp se clasificaron justamente para los octavos de final de la Liga de Campeones por esa última media hora, pero su historial en esta fase de grupos ha sido para olvidar y el técnico germano no debería perder de vista las dificultades que atraviesan los suyos cuando tienen que viajar por el continente.
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Tremendo partido en Austria entre el Liverpool y el Salzburgo en el que los de Klopp, a los que se les atragantan los partidos fuera de casa en competición continental, supieron resistir una hora de intenso fútbol de los de Jesse Marsch, que serán serios candidatos a la Europa League. Dos golpes prácticamente consecutivos de los reds fueron suficientes para noquear a sus contrarios, que se vinieron abajo cuando vieron la clasificación prácticamente imposible.
Aun así, qué pena no poder ver a este Salzburgo en los octavos de final de la Liga de Campeones. Impresionante trabajo del equipo austriaco frente a todo un campeón de Europa, y no solo en el apartado defensivo. Los de Jesse Marsch demostraron que tienen criterio para mover la pelota con un estilista como Minamino, que pueden meter miedo con un tren de mercancías como Haaland y que tienen bajo palos a un seguro como Stankovic.
Ante un equipo venido arriba y con una atmósfera que los llevaba a creerse que podían arrollar y hacer historia, solo Mané, quién si no, parecía poder competir con ellos en ese corazón. Suyas fueron las mejores jugadas, mientras que Salah, que está lejos de su mejor versión, falló en tres manos a mano.
No lo hizo sin embargo el senegalés al irse por velocidad y poner un centro perfecto sobre la salida de Stankovic para que Keita cabecease a placer el primero, lo que provocó una desconexión momentánea de los austriacos y que llegase el segundo de Salah casi de forma consecutiva aprovechando un error de la defensa.
Los de Klopp se clasificaron justamente para los octavos de final de la Liga de Campeones por esa última media hora, pero su historial en esta fase de grupos ha sido para olvidar y el técnico germano no debería perder de vista las dificultades que atraviesan los suyos cuando tienen que viajar por el continente.
