Lovren salva al Liverpool en Anfield ante un buen Nápoles
El empate en Anfield que deja al Napolés casi en octavos y al Liverpool con la necesidad de sacar algo de su visita a Salzburgo.
Guillem Balagué
As
Empate en Anfield que deja al Napolés casi en octavos y al Liverpool con la necesidad de sacar algo de su visita a Salzburgo. Los italianos entendieron que para parar a los de Klopp había que aceptar ser inferior, así que le ofreció la posesión y corrió mucho. Ancelotti, que se benefició de la lesión de Fabinho al poco de empezar, partió el equipo. En lo defensivo, el Nápoles defendió como un árbol de navidad con la base dentro del área propia, acumulando hombres en el centro y dejando las bandas libres.
El Liverpool sufre cuando debe pensar la jugada en lugar de lanzarla por el tobogán donde la velocidad es el rey. En ataque, el Nápoles imaginaba que tendría alguna opción y así fue aunque tuviera que ver poco con el juego (tenían menos del 40 por ciento de posesión) y más con el acierto. De hecho, el primer gol del partido fue un cúmulo de accidentes. Van Dijk despejó mal un balón aéreo porque Martens pareció cometer falta pero ni el árbitro ni el VAR lo penalizó y el balón acabó a los pies del delantero belga tras pase de Di Lorenzo. A la hora del partido empezaron las ocasiones del Liverpool y en un saque de esquina Lovren, en jugada dudosa, empató dejando misterio a la última jornada del grupo.
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Empate en Anfield que deja al Napolés casi en octavos y al Liverpool con la necesidad de sacar algo de su visita a Salzburgo. Los italianos entendieron que para parar a los de Klopp había que aceptar ser inferior, así que le ofreció la posesión y corrió mucho. Ancelotti, que se benefició de la lesión de Fabinho al poco de empezar, partió el equipo. En lo defensivo, el Nápoles defendió como un árbol de navidad con la base dentro del área propia, acumulando hombres en el centro y dejando las bandas libres.
El Liverpool sufre cuando debe pensar la jugada en lugar de lanzarla por el tobogán donde la velocidad es el rey. En ataque, el Nápoles imaginaba que tendría alguna opción y así fue aunque tuviera que ver poco con el juego (tenían menos del 40 por ciento de posesión) y más con el acierto. De hecho, el primer gol del partido fue un cúmulo de accidentes. Van Dijk despejó mal un balón aéreo porque Martens pareció cometer falta pero ni el árbitro ni el VAR lo penalizó y el balón acabó a los pies del delantero belga tras pase de Di Lorenzo. A la hora del partido empezaron las ocasiones del Liverpool y en un saque de esquina Lovren, en jugada dudosa, empató dejando misterio a la última jornada del grupo.
