Protestas en Irak: al menos 46 muertos y más de mil heridos en cuatro días de manifestaciones y enfrentamientos

Las movilizaciones comenzaron el martes para pedir mejores servicios públicos y rechazar la corrupción y el desempleo. El conflicto podría intensificarse luego del tradicional rezo musulmán de este viernes

Infobae
El número de muertos en las protestas de los últimos cuatro días para pedir mejores servicios básicos en Irak se elevó este viernes a 46 y el de heridos a casi 1.650, mientras se espera que los actos se intensifiquen tras el rezo musulmán.


La mayoría de los decesos se produjeron en las últimas 24 horas, luego de una agudización de la crisis. El clérigo más poderoso del país culpó directamente a los políticos por los disturbios.

En una inusual intervención, el gran ayatolá Ali al-Sistani, cuya palabra es ley para la mayoría de los musulmanes chiíes, pidió a los manifestantes y a las fuerzas de seguridad que eviten la violencia. Pero también ordenó que las facciones políticas respondieran a las demandas.

“Es triste que haya habido tantas muertes, caídas y destrucción”, dijo Sistani en una carta leída por su representante Ahmed al-Safi durante un sermón en la ciudad sagrada de Kerbala. “El Gobierno y los políticos no han respondido a las demandas de la gente de luchar contra la corrupción ni han logrado nada en el terreno”, sostuvo. “El Parlamento tiene la mayor responsabilidad de lo que está sucediendo”.

Las manifestaciones comenzaron el martes para pedir acceso a la electricidad y agua potable, y contra la corrupción y el desempleo. Entre las víctimas fatales hay tres miembros de las fuerzas de seguridad, informó a EFE el integrante de la gubernamental Comisión de Derechos Humanos de Irak Ali al Bayati.

Según el último recuento de ese órgano, la mayor parte de los fallecimientos, 17, se registraron en la provincia meridional de Di Qar, al tiempo que los 1.648 heridos incluyen a 359 efectivos de las fuerzas de seguridad.

Pese al toque de queda en vigor desde el jueves por la mañana en Bagdad y otras tres regiones, y las restricciones al acceso a internet, esta mañana se registran protestas en al menos cinco puntos distintos de la capital y se prevé que se intensifiquen después del mediodía. De momento, ningún partido o movimiento político de las varias facciones que dominan la escena política iraquí se ha puesto al frente de las movilizaciones.

Las protestas fueron convocadas en las redes sociales por los ciudadanos, que tanto en internet como en las calles exigen mejores servicios públicos, más oportunidades de trabajo y el fin de la corrupción. También han dirigido su rabia contra el gobierno del primer ministro Adel Abdel Mahdi, formado hace un año con un perfil tecnócrata para hacer frente a los acuciantes problemas económicos que sufre Irak tras años de conflicto armado y mala gestión de los recursos naturales.

Este jueves, las fuerzas especiales entraron en acción en Bagdad con vehículos blindados para repeler a la muchedumbre, en tanto la policía disparaba con munición real contra los manifestantes, y los heridos eran transportados en tuk-tuks (triciclos motorizados) por sus camaradas. En la noche, Mahdi pronunció un mensaje en cadena de televisión en el que defendió su gestión gubernamental y la administración política de una crisis “que amenaza con destruir al Estado entero”.

En su alocución, el primer ministro no envió ningún mensaje directo a los manifestantes, pero prometió pensiones a las familias sin recursos. No obstante, pidió más tiempo para aplicar las reformas que prometió a su llegada al poder. Mientras la cadena de televisión transmitía el discurso del premier era posible escuchar disparos en el centro de Bagdad.

En las calles, Alí, un diplomado desempleado de 22 años, advirtió: “Continuaremos hasta la caída del régimen”. “Quiero trabajar, quiero poder casarme, pero apenas tengo 250 dinares en el bolsillo (menos de 20 céntimos de dólar)”, dijo a la AFP. En contraposición, según el joven, “los dirigentes están amasando millones”, en el 12º país más corrupto del mundo según Transpareny International.

Abu Jaafar, un jubilado canoso, observaba los enfrentamientos y afirmaba que se había acercado “en apoyo a los jóvenes”. “¿Por qué los policías disparan a otros iraquíes como ellos? También sufren como nosotros, deberían ayudarnos y protegernos”, destacó.

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