México: liberación de hijo del Chapo desata crisis

Pese a las justificaciones, la reacción del Cártel de Sinaloa ha dejado al descubierto las fisuras que registra el gobierno de López Obrador en seguridad.

EFE y AFP / México
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha enfrentado en las últimas horas la peor crisis de su Gobierno tras una refriega entre fuerzas federales y delincuentes en la ciudad de Culiacán que dejó como saldo al menos ocho muertos, 16 heridos y 49 reos fugados.


Esto como consecuencia de la detención y posterior liberación de Ovidio Guzmán, hijo del capo Joaquín Chapo Guzmán.

El arresto desató horas de tiroteos y bloqueos en la capital del estado, de unos 800 mil habitantes, desatando el pánico entre la ciudadanía.

Esta crisis ha mostrado el poder de los grupos de la delincuencia organizada, en este caso el Cártel de Sinaloa, y ha dejado al descubierto las fisuras que registra el gobierno de López Obrador en seguridad.

Hombres fuertemente armados libraron el jueves una batalla campal contra fuerzas de seguridad mexicanas que realizaban un operativo fallido para capturar a Guzmán en Culiacán, capital de su natal Sinaloa (noroeste), bastión del cártel de la familia. Al verse rodeados por una fuerza mayor y todo el despliegue de agresión contra la población (...) se ordenó abandonar el inmueble”, dijo ayer Alfonso Durazo, secretario de Seguridad.

El secretario de Defensa, Luis Sandoval, reconoció que el episodio fue el producto de “una estrategia mal planeada”. En su habitual conferencia de prensa matutina, López Obrador fue categórico al justificar la decisión de abandonar el operativo.

“No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas. Ellos tomaron esa decisión y yo la respaldé”, argumentó.

Y aseguró que “de ninguna manera diría que ha fracasado” su estrategia de seguridad.

Feroz enfrentamiento

Según el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, una unidad de la Guardia Nacional realizaba un “patrullaje de rutina” en un barrio del centro de Culiacán, capital de Sinaloa, cuando desde una vivienda fue atacada a balazos, una acción que los uniformados repelieron deteniendo a cuatro personas.

“Se identificó a uno de ellos como Ovidio Guzmán López”, lo que “generó que varios grupos de la delincuencia organizada rodearan la vivienda con una fuerza mayor”, detalló Durazo.

Lugareños aterrorizados en medio del fuego se vieron obligados a correr en busca de refugio entre escenas de automóviles incendiados. “Con el propósito de salvaguardar el bien superior de la integridad y tranquilidad de la sociedad (...) los funcionarios del gabinete de seguridad acordamos suspender dichas acciones”, concluyó Durazo.

Según medios de comunicación, eso incluyó la liberación del hijo del Chapo. Ovidio y su hermano Alfredo habrían asumido el liderazgo de una parte del cártel de Sinaloa, desde la extradición de su padre a Estados Unidos en enero de 2017.


Antes del mensaje de Durazo, el gobierno de Sinaloa instó a la población a “no salir a las calles y estar muy pendientes de avisos oficiales sobre la evolución de estos acontecimientos”.

Las imágenes de las televisoras mostraban uno de los convoyes del Ejército y de la policía que avanzaba lentamente por una avenida mientras decenas de uniformados lo custodiaban caminando. En otras de las escenas se observa a varios civiles tendidos en el piso accionando armas largas y bazucas transportadas en cajas de camionetas.

De manera preliminar, el suceso ha dejado hasta el momento ocho muertos; un civil, un agente de la Guardia Nacional, un interno de un penal del municipio y cinco agresores. Además de 16 heridos, y 49 reos fugados de esta prisión de Culiacán en la que se registró un motín. Este episodio se sumó a los dos enfrentamientos registrados esta semana entre agentes del Ejército y civiles armados en Michoacán y Guerrero, que dejaron 28 muertos.

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