Los kurdos cerraron un acuerdo con el régimen de Bashar al Assad para intentar frenar la ofensiva de Turquía en el norte de Siria
Las milicias SDF confirmaron el pacto que ya había sido adelantado por Damasco, y que prevé el despliegue de tropas sirias a lo largo de la frontera a cinco días del inicio de la Operación “Primavera de la Paz". “Allana el camino para la liberación del resto de las ciudades ocupadas por el ejército turco”, explicaron
Infobae
Las milicias kurdas cerraron este domingo un acuerdo con el régimen del dictador sirio Bashar al Assad para hacer frente a la ofensiva que fue lanzada el miércoles por Turquía en el noreste de Siria, y que amenaza con convertirse en una crisis humanitaria tras abrir un nuevo frente en la guerra civil que arrasa con el país desde 2011.
Específicamente el pacto prevé el retiro de los combatientes kurdos y el despliegue en su lugar de tropas del régimen sirio, que cuenta demás con la ayuda de Rusia e Irán, en la frontera entre Siria y Turquía,
“Para prevenir y confrontar esta agresión, un acuerdo fue cerrado con el gobierno de Siria, de modo que el ejército sirio pueda desplegarse a lo largo de frontera entre Siria y Turquía para asistir a las SDF”, dijeron las fuerzas kurdas en un comunicado publicado en su página de Facebook, citado por AFP.
Este pacto “allana el camino para la liberación del resto de las ciudades sirias ocupadas por el ejército turco, como Afrin”, explica el comunicado en referencia a la ciudad que fue conquistas en 2018 por las fuerzas turcas tras la operación “Rama de Olivo”.
Horas antes del anuncio kurdo, la agencia siria Sana había reportado ya el movimiento de tropas del régimen hacia el norte para “confrontar la agresión turca”, sin aportar más detalles. Había sin embargo reportes citados por EFE de que las tropas se dirigían a Manbij (donde ya fueron desplegadas temporalmente en 2018) y Ain Issa, ambas localidades próximas a la frontera con Turquía en poder de las SDF. También se hablaba de un posible despliegue en Qamishli, fuertemente bombardeada en los últimos días.
Luego de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunciara la semana pasada el retiro de las tropas estadounidense del norte de Siria, lo que puso en duda la alianza vigente desde 2015 entre Washington y las SDF, las Fuerzas Armadas de Turquía y sus milicias aliadas del Ejército Libre Sirio (FSA) cruzaron el miércoles al frontera en al menos dos puntos, dando inicio a la Operación “Primavera de la Paz”.
Haciendo uso de la abrumadora potencia de la fuerza aérea turca y sus unidades blindadas, ante lo cual las milicias kurdas no tienen defensa real, Turquía y las FSA lograron establecer dos bases dentro del territorio sirio y en torno a las ciudades de Tell Abiad y Ras al Ayn.
En el quinto día de la ofensiva, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) ha reportado 90 muertos entre las fuerzas turcas y sus aliados y 112 entre los kurdos, además de 64 civiles asesinados en medio de los combates. Pero otras estimaciones hablan de hasta 700 muertos.
También se ha registrado un éxodo de 130.000 personas que abandonaron sus hogares para escapar del conflicto.
Una “zona de seguridad”
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan indicó recientemente que el objetivo de la operación es expulsar a los kurdos de frontera y establecer una “zona de seguridad” de 35 kilómetros profundidad y 440 kilómetros de largo, en la que espera poder reubicar a los casi cuatro millones de refugiados sirios que escaparon de la guerra civil y su país alberga.
Además, Turquía busca debilitar a las milicias kurdas nucleadas en las Unidades de Protección Popular (YPG), a las que vincula con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una organización guerrillera que opera dentro de la frontera turca y entre la minoría kurda en ese país con la que Ankara pelea un violento conflicto desde hace décadas.
Por su parte los kurdos sirios, que estuvieron oprimidos por el régimen sirio durante mucho tiempo, se movilizaron tras el estallido de la guerra civil en 2011 y aprovecharon la ausencia del estado sirio, involucrado en los combates contra los rebeldes, para crear una zona autónoma de facto en el norte del país y al este del río Éufrates.
Cuando el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, en inglés) lanzó su campaña de conquista en 2014, las SDF lideradas por los kurdos fueron las primeras en resistir a los yihadistas y con el tiempo se convirtieron en los principales aliados de Estados Unidos en la región.
Con la ayuda de Washington las SDF finalmente expulsaron al ISIS del territorio, capturando a miles de combatientes y sus familias en el proceso. Pero poco después debieron enfrentarse a las agresiones de Turquía e incluso el futuro de los yihadistas apresados está en juego, habiéndose reportado ya numerosos escapes de las cárceles kurdas bajo fuego turco.
La desesperada situación kurda parece ahora haberlos llevado a sellar un acuerdo con el brutal régimen sirio, que oprimió a la minoría durante décadas, reprimió violentamente las protestas de 2011 que dieron inicio a la guerra civil y está acusado de utilizar armas químicas contra su propia población durante el conflicto resultante.
Infobae
Las milicias kurdas cerraron este domingo un acuerdo con el régimen del dictador sirio Bashar al Assad para hacer frente a la ofensiva que fue lanzada el miércoles por Turquía en el noreste de Siria, y que amenaza con convertirse en una crisis humanitaria tras abrir un nuevo frente en la guerra civil que arrasa con el país desde 2011.
Específicamente el pacto prevé el retiro de los combatientes kurdos y el despliegue en su lugar de tropas del régimen sirio, que cuenta demás con la ayuda de Rusia e Irán, en la frontera entre Siria y Turquía,
“Para prevenir y confrontar esta agresión, un acuerdo fue cerrado con el gobierno de Siria, de modo que el ejército sirio pueda desplegarse a lo largo de frontera entre Siria y Turquía para asistir a las SDF”, dijeron las fuerzas kurdas en un comunicado publicado en su página de Facebook, citado por AFP.
Este pacto “allana el camino para la liberación del resto de las ciudades sirias ocupadas por el ejército turco, como Afrin”, explica el comunicado en referencia a la ciudad que fue conquistas en 2018 por las fuerzas turcas tras la operación “Rama de Olivo”.
Horas antes del anuncio kurdo, la agencia siria Sana había reportado ya el movimiento de tropas del régimen hacia el norte para “confrontar la agresión turca”, sin aportar más detalles. Había sin embargo reportes citados por EFE de que las tropas se dirigían a Manbij (donde ya fueron desplegadas temporalmente en 2018) y Ain Issa, ambas localidades próximas a la frontera con Turquía en poder de las SDF. También se hablaba de un posible despliegue en Qamishli, fuertemente bombardeada en los últimos días.
Luego de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunciara la semana pasada el retiro de las tropas estadounidense del norte de Siria, lo que puso en duda la alianza vigente desde 2015 entre Washington y las SDF, las Fuerzas Armadas de Turquía y sus milicias aliadas del Ejército Libre Sirio (FSA) cruzaron el miércoles al frontera en al menos dos puntos, dando inicio a la Operación “Primavera de la Paz”.
Haciendo uso de la abrumadora potencia de la fuerza aérea turca y sus unidades blindadas, ante lo cual las milicias kurdas no tienen defensa real, Turquía y las FSA lograron establecer dos bases dentro del territorio sirio y en torno a las ciudades de Tell Abiad y Ras al Ayn.
En el quinto día de la ofensiva, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) ha reportado 90 muertos entre las fuerzas turcas y sus aliados y 112 entre los kurdos, además de 64 civiles asesinados en medio de los combates. Pero otras estimaciones hablan de hasta 700 muertos.
También se ha registrado un éxodo de 130.000 personas que abandonaron sus hogares para escapar del conflicto.
Una “zona de seguridad”
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan indicó recientemente que el objetivo de la operación es expulsar a los kurdos de frontera y establecer una “zona de seguridad” de 35 kilómetros profundidad y 440 kilómetros de largo, en la que espera poder reubicar a los casi cuatro millones de refugiados sirios que escaparon de la guerra civil y su país alberga.
Además, Turquía busca debilitar a las milicias kurdas nucleadas en las Unidades de Protección Popular (YPG), a las que vincula con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una organización guerrillera que opera dentro de la frontera turca y entre la minoría kurda en ese país con la que Ankara pelea un violento conflicto desde hace décadas.
Por su parte los kurdos sirios, que estuvieron oprimidos por el régimen sirio durante mucho tiempo, se movilizaron tras el estallido de la guerra civil en 2011 y aprovecharon la ausencia del estado sirio, involucrado en los combates contra los rebeldes, para crear una zona autónoma de facto en el norte del país y al este del río Éufrates.
Cuando el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, en inglés) lanzó su campaña de conquista en 2014, las SDF lideradas por los kurdos fueron las primeras en resistir a los yihadistas y con el tiempo se convirtieron en los principales aliados de Estados Unidos en la región.
Con la ayuda de Washington las SDF finalmente expulsaron al ISIS del territorio, capturando a miles de combatientes y sus familias en el proceso. Pero poco después debieron enfrentarse a las agresiones de Turquía e incluso el futuro de los yihadistas apresados está en juego, habiéndose reportado ya numerosos escapes de las cárceles kurdas bajo fuego turco.
La desesperada situación kurda parece ahora haberlos llevado a sellar un acuerdo con el brutal régimen sirio, que oprimió a la minoría durante décadas, reprimió violentamente las protestas de 2011 que dieron inicio a la guerra civil y está acusado de utilizar armas químicas contra su propia población durante el conflicto resultante.