F1 | GP DE MÉXICO / Hamilton se fuma la estrategia
Gran victoria de Lewis desmontando las dos variables de Ferrari, que quemaron a Leclerc y dejaron a Vettel segundo. Bottas completó el podio. Sainz, 13º.
Jesús Balseiro
As
Muchas estrategias, todas las variables, una partida de ajedrez a cinco bandas y la sensación de que siempre que se lanzan los dados sobre el tablero sale el número '44'. Exhibición de Lewis Hamilton en el Autódromo Hermanos Rodríguez en una carrera dura, de fondo, en la que cinco pilotos llegaron a luchar por la victoria. Hizo una parada menos de lo previsto, rompió todos los cálculos de los ingenieros y desmontó una vez más los planes de Ferrari, que de nuevo desperdiciaron la primera línea de la parrilla. El británico lo hizo todo bien, se quedó en la pista cuando había que quedarse, paró en boxes en el momento óptimo y se plantó líder cuando ya no habría más bailes de neumáticos. Gran triunfo para él, sin necesidad de defenderse en las últimas vueltas de la presión de Vettel y Bottas, que le acompañaron en el podio.
Y eso que todo se le puso en contra: en la salida se escaparon los Ferrari (Vettel le forzó contra la hierba), con Leclerc al frente, y él se tocó con Verstappen y llegó a pisar el verde cediendo ante Sainz. Tardó unas vueltas en recomponerse, no así ‘Mad Max’, que coronó su fin de semana errático con un pinchazo después de tocar a Bottas en un adelantamiento que en todo caso fue magistral, en el Foro Sol. Lástima para el holandés, quien aquí tenía ritmo de sobra para ganar, pero por una vez fue su coche el que sufrió daños en un incidente de carrera. Esa acción dejó a Albon tercero, batallando contra los Ferrari y confundiendo al equipo de Binotto: cuando Red Bull paró al tailandés, inmediatamente entró Leclerc para cubrirse. Fue la peor decisión posible y dejó al monegasco a contrapié, con dos paradas innecesarias y obligándole a adelantar en un circuito en el que no se puede. Por eso acabó cuarto.
Delante se le escapaba la lucha por la victoria. Con 46 vueltas por delante paró Hamilton, que salía delante del monegasco y dejaba al frente a ‘Seb’. El alemán lo escuchó, pero se reafirmó y pidió a Ferrari retrasar su parada e intentar luchar por la posición al final, con gomas más frescas. Segunda mala decisión del equipo: cuando Vettel hizo su 'pit stop' seis vueltas después, la diferencia de ritmo fue mínima y la posibilidad de remontada se desvaneció. Bottas estaba detrás, siguiendo una estrategia similar a la del alemán, y eso le valió para completar el podio por delante de los dos Red Bull, esta vez a un mundo de la cabeza.
La carrera para Carlos Sainz empezó de la forma soñada, saltando hasta la cuarta posición superando a los dos Mercedes y los dos Red Bull, pero la goma blanda con la que estaba obligado a comenzar la carrera se degradó demasiado rápido y le condenó. Además tuvo mala fortuna: Norris paró una vuelta antes que él, salió con una rueda suelta y ocupó a los mecánicos durante más minutos de los previstos, lo que retrasó su paso por el ‘pit’ aún más. Después, salió y peleó, pero el neumático duro no dio resultados en su McLaren. Fue cediendo posiciones, aunque peleando (contra Albon, contra Gasly, contra Magnussen…). Acabó fuera de los puntos, 13º, en un fin de semana que termina de forma decepcionante para el equipo de Woking, de hecho retiraron el coche de Lando a 15 vueltas del final.
Los ‘showman’ del día fueron Sergio Pérez y Daniel Ricciardo, dos que sacaron petróleo de esa ventaja de neumáticos en la salida. El mexicano, héroe local, escaló hasta la séptima posición con la suavidad que le caracteriza para gestionar neumáticos. El australiano hizo 51 vueltas con el duro sin mostrar un ápice de ‘graining’, y entre ambos lucharon a fuego al final de la carrera en un duelo estelar que ganó Checo después de una tremenda pasada de frenada del australiano, que en cualquier caso se plantó octavo, un buen premio para Renault después de varias semanas aciagas, por delante de los Toro Rosso, con una fea acción de Kvyat para dejar fuera de juego a Hulkenberg que probablemente será sancionada. Locura en el Foro Sol por ellos, por Checo y, sobre todo, por Hamilton, que roza ya la sexta corona Mundial. Espera Austin.
Jesús Balseiro
As
Muchas estrategias, todas las variables, una partida de ajedrez a cinco bandas y la sensación de que siempre que se lanzan los dados sobre el tablero sale el número '44'. Exhibición de Lewis Hamilton en el Autódromo Hermanos Rodríguez en una carrera dura, de fondo, en la que cinco pilotos llegaron a luchar por la victoria. Hizo una parada menos de lo previsto, rompió todos los cálculos de los ingenieros y desmontó una vez más los planes de Ferrari, que de nuevo desperdiciaron la primera línea de la parrilla. El británico lo hizo todo bien, se quedó en la pista cuando había que quedarse, paró en boxes en el momento óptimo y se plantó líder cuando ya no habría más bailes de neumáticos. Gran triunfo para él, sin necesidad de defenderse en las últimas vueltas de la presión de Vettel y Bottas, que le acompañaron en el podio.
Y eso que todo se le puso en contra: en la salida se escaparon los Ferrari (Vettel le forzó contra la hierba), con Leclerc al frente, y él se tocó con Verstappen y llegó a pisar el verde cediendo ante Sainz. Tardó unas vueltas en recomponerse, no así ‘Mad Max’, que coronó su fin de semana errático con un pinchazo después de tocar a Bottas en un adelantamiento que en todo caso fue magistral, en el Foro Sol. Lástima para el holandés, quien aquí tenía ritmo de sobra para ganar, pero por una vez fue su coche el que sufrió daños en un incidente de carrera. Esa acción dejó a Albon tercero, batallando contra los Ferrari y confundiendo al equipo de Binotto: cuando Red Bull paró al tailandés, inmediatamente entró Leclerc para cubrirse. Fue la peor decisión posible y dejó al monegasco a contrapié, con dos paradas innecesarias y obligándole a adelantar en un circuito en el que no se puede. Por eso acabó cuarto.
Delante se le escapaba la lucha por la victoria. Con 46 vueltas por delante paró Hamilton, que salía delante del monegasco y dejaba al frente a ‘Seb’. El alemán lo escuchó, pero se reafirmó y pidió a Ferrari retrasar su parada e intentar luchar por la posición al final, con gomas más frescas. Segunda mala decisión del equipo: cuando Vettel hizo su 'pit stop' seis vueltas después, la diferencia de ritmo fue mínima y la posibilidad de remontada se desvaneció. Bottas estaba detrás, siguiendo una estrategia similar a la del alemán, y eso le valió para completar el podio por delante de los dos Red Bull, esta vez a un mundo de la cabeza.
La carrera para Carlos Sainz empezó de la forma soñada, saltando hasta la cuarta posición superando a los dos Mercedes y los dos Red Bull, pero la goma blanda con la que estaba obligado a comenzar la carrera se degradó demasiado rápido y le condenó. Además tuvo mala fortuna: Norris paró una vuelta antes que él, salió con una rueda suelta y ocupó a los mecánicos durante más minutos de los previstos, lo que retrasó su paso por el ‘pit’ aún más. Después, salió y peleó, pero el neumático duro no dio resultados en su McLaren. Fue cediendo posiciones, aunque peleando (contra Albon, contra Gasly, contra Magnussen…). Acabó fuera de los puntos, 13º, en un fin de semana que termina de forma decepcionante para el equipo de Woking, de hecho retiraron el coche de Lando a 15 vueltas del final.
Los ‘showman’ del día fueron Sergio Pérez y Daniel Ricciardo, dos que sacaron petróleo de esa ventaja de neumáticos en la salida. El mexicano, héroe local, escaló hasta la séptima posición con la suavidad que le caracteriza para gestionar neumáticos. El australiano hizo 51 vueltas con el duro sin mostrar un ápice de ‘graining’, y entre ambos lucharon a fuego al final de la carrera en un duelo estelar que ganó Checo después de una tremenda pasada de frenada del australiano, que en cualquier caso se plantó octavo, un buen premio para Renault después de varias semanas aciagas, por delante de los Toro Rosso, con una fea acción de Kvyat para dejar fuera de juego a Hulkenberg que probablemente será sancionada. Locura en el Foro Sol por ellos, por Checo y, sobre todo, por Hamilton, que roza ya la sexta corona Mundial. Espera Austin.
