Estados Unidos y Corea del Norte retomarán las negociaciones sobre desnuclearización el sábado 5 de octubre

Los diálogos entre Pyongyang y Washington se encontraban en un punto muerto desde el fracaso de la cumbre de Hanói, en febrero pasado

Infobae
Corea del Norte anunció el martes que se mantendrán unas reuniones de trabajo sobre la cuestión nuclear con Estados Unidos el próximo sábado, lo cual confirma la reanudación de las negociaciones después del fracaso de la cumbre de Hanói el pasado febrero.


Las dos partes acordaron mantener una reunión de “contacto preliminar” el 4 de octubre y negociaciones de trabajo el día después, dijo la viceministra de Relaciones Exteriores de Corea del Norte, Choe Son Hui, en un comunicado difundido por la agencia de prensa oficial KCNA. “Mi deseo es que estas reuniones de trabajo impulsen la positiva evolución de las relaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos”, dijo la responsable.

El anuncio de Corea del Norte fue confirmado por Estados Unidos poco después. “Puedo confirmar que oficiales de Estados Unidos y de Corea del Norte planean reunirse la semana que viene”, dijo la portavoz del Departamento de Estado Morgan Ortagus, sin dar detalles.

En un comunicado publicado poco después del anuncio de este martes, el Gobierno surcoreano dio la bienvenida al inminente encuentro y dijo que espera “que se adopten negociaciones prácticas pronto en el proceso de la completa desnuclearización y la construcción de una paz duradera en la península de Corea”.

Las negociaciones entre Pyongyang y Washington se encuentran en un punto muerto desde el fiasco de la segunda cumbre, en febrero en Hanói, entre el dirigente norcoreano Kim Jong Un, y el presidente estadounidense Donald Trump. Los dos dirigentes se reunieron de nuevo brevemente en junio en la zona desmilitarizada entre las dos Coreas y acordaron reanudar el diálogo sobre el apartado nuclear.

Sin embargo, estas discusiones no se reanudaron hasta ahora que Pyongyang mostró su intención de reanudar el diálogo con Washington tras un período de tensión marcado por sus lanzamientos de proyectiles en protesta por unas maniobras militares conjuntas de los ejércitos de Estados Unidos y Corea del Sur, a las que el Norte considera un simulacro de invasión.

En ese momento, el propio presidente estadounidense, Donald Trump, restó importancia a las pruebas y aseguró que no violaban los acuerdos que alcanzó con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en la primera cumbre que mantuvieron en Singapur en junio de 2018. La semana pasada incluso especuló con un nueva reunión para este año.

Ese encuentro supondría el cuarto entre los dos líderes, que ya se vieron en Hanói el pasado febrero en una tensa velada que terminó abruptamente y sin acuerdo, y que supuso el detonante del estancamiento de las negociaciones sobre la desnuclearización del régimen a la que ambos accedieron, aparentemente por sus diferencias a la hora de proceder con el mismo.

Trump y Kim volvieron a encontrarse en la frontera intercoreana en junio en una reunión informal en la que se mostraron de acuerdo en desbloquear el diálogo y reiniciar las reuniones de trabajo, algo que finalmente está previsto que suceda a finales de esta semana. Los aparentes gestos conciliados de Washington hacia Pyongyang y la marcha del asesor de seguridad nacional estadounidense John Bolton, que siempre mantuvo una postura muy escéptica hacia el proceso con el país asiático, han generado expectativas de que las negociaciones se salden próximamente con nuevos compromisos.

Queda por ver si ambas partes alcanzan progresos sustanciales en la mesa de negociación, dado que la postura de ambos países en torno al alcance de la desnuclearización, la hoja de ruta concreta y las posibles compensaciones a cambio se antoja todavía distante.

Este mismo lunes, Bolton alertó durante una charla en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) en Washington, su primera intervención pública tras su expulsión de la Casa Blanca, de que Corea del Norte no ha tomado “la decisión estratégica de abandonar las armas nucleares”. El ex asesor de seguridad aseguró que bajo las circunstancias actuales, Pyongyang no abandonará las armas “voluntariamente” y que la prioridad del líder norcoreano es que se alivien las sanciones económicas internacionales impuestas a su país precisamente por sus pruebas atómicas y de misiles balísticos.

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