Estados Unidos creó la Asociación Internacional contra Hezbollah para frustrar la actividad financiera ilícita
El Departamento del Tesoro convocó la primera reunión de la organización, que incluye a más de 30 países, para crear una cooperación multilateral dirigida a las redes financieras mundiales del grupo terrorista libanés
Infobae
El Departamento del Tesoro convocó esta semana la primera reunión de la Asociación Internacional contra Hezbollah (CHIP, por sus siglas en inglés) para crear una cooperación multilateral dirigida a las redes financieras mundiales de Hezbollah.
Más de 30 países representantes de Oriente Medio, el Hemisferio Occidental, Europa, Asia y África participaron del evento, que se celebró al margen de las reuniones de otoño del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
“Hezbollah aprovecha una red de financistas y simpatizantes en todo el mundo para financiar su violenta agenda. El CHIP une a la comunidad internacional en una agresiva campaña para hacer frente a la evolución de los planes de Hezbollah para proteger mejor el sistema financiero internacional de la explotación”, dijo Sigal Mandelker, Subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera.
“El CHIP es una iniciativa importante para compartir información y crear capacidad entre nuestros socios para aprovechar de manera más efectiva todas las herramientas financieras disponibles contra Hezbollah”, agregó.
En la reunión, los Estados Unidos condenó el uso indebido del sistema financiero internacional por parte de Hezbollah. También identificó las medidas que los países deberían adoptar para poner freno a ese abuso, incluyendo el intercambio de información entre las dependencias de inteligencia financiera, el fortalecimiento de las evaluaciones de los riesgos de la financiación del terrorismo, la elaboración de regímenes de sanciones financieras selectivas y el enjuiciamiento de los terroristas y de sus facilitadores financieros.
Los países miembros señalaron la importancia de elevar el debate en torno a Hezbollah en los foros internacionales para dar impulso y garantizar la coordinación de los esfuerzos. La asociación se comprometió a enviar expertos técnicos a la próxima reunión del Grupo de Coordinación de la Aplicación de la Ley (LECG), que se celebrará en La Haya, Países Bajos, los días 17 y 18 de diciembre.
Estados Unidos ha intensificado su régimen de sanciones en contra de Hezbollah en los últimos meses, y a principios de octubre advirtió que pronto podrían extenderse a sus aliados, profundizando aún más la crisis económica que atraviesa el Líbano, donde una temida crisis monetaria ha comenzado a desenvolverse.
En julio, el Departamento del Tesoro puso en su lista negra a dos legisladores de Hezbollah, Amin Sherri y Mohammad Raad, en la primera acción de este tipo contra legisladores que actualmente ocupan escaños en el parlamento libanés. Un mes después, la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro sancionó al Jammal Trust Bank por lo que llamó “facilitar a sabiendas las actividades bancarias”. El banco, que negó los cargos, se vio obligado a cerrar después.
“Hemos tomado más medidas recientemente contra Hezbollah que en la historia de nuestro programa antiterrorista”, dijo Mandelker durante su visita a los Emiratos Árabes Unidos en septiembre, agregando que Washington confía en que el gobierno libanés y el banco central “harán lo correcto para asegurar que Hezbollah ya no pueda tener acceso a los fondos del banco”.
Hezbollah, cuyo nombre en árabe se traduce como “Partido de Dios”, fue establecido por la Guardia Revolucionaria de Irán tras la invasión israelí del Líbano en 1982. El grupo, que goza de un amplio apoyo entre la comunidad chiíta del Líbano, dirige instituciones como hospitales, clínicas y escuelas, pero también tiene decenas de miles de misiles que los dirigentes de Hezbollah se jactan de que pueden alcanzar en cualquier parte de Israel.
El grupo es considerado como organización terrorista por Estados Unidos, algunos países árabes del Golfo y pocas naciones latinoamericanas, mientras que la Unión Europea considera que sólo el brazo militar de Hezbollah del grupo es un grupo terrorista.
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El Departamento del Tesoro convocó esta semana la primera reunión de la Asociación Internacional contra Hezbollah (CHIP, por sus siglas en inglés) para crear una cooperación multilateral dirigida a las redes financieras mundiales de Hezbollah.
Más de 30 países representantes de Oriente Medio, el Hemisferio Occidental, Europa, Asia y África participaron del evento, que se celebró al margen de las reuniones de otoño del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
“Hezbollah aprovecha una red de financistas y simpatizantes en todo el mundo para financiar su violenta agenda. El CHIP une a la comunidad internacional en una agresiva campaña para hacer frente a la evolución de los planes de Hezbollah para proteger mejor el sistema financiero internacional de la explotación”, dijo Sigal Mandelker, Subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera.
“El CHIP es una iniciativa importante para compartir información y crear capacidad entre nuestros socios para aprovechar de manera más efectiva todas las herramientas financieras disponibles contra Hezbollah”, agregó.
En la reunión, los Estados Unidos condenó el uso indebido del sistema financiero internacional por parte de Hezbollah. También identificó las medidas que los países deberían adoptar para poner freno a ese abuso, incluyendo el intercambio de información entre las dependencias de inteligencia financiera, el fortalecimiento de las evaluaciones de los riesgos de la financiación del terrorismo, la elaboración de regímenes de sanciones financieras selectivas y el enjuiciamiento de los terroristas y de sus facilitadores financieros.
Los países miembros señalaron la importancia de elevar el debate en torno a Hezbollah en los foros internacionales para dar impulso y garantizar la coordinación de los esfuerzos. La asociación se comprometió a enviar expertos técnicos a la próxima reunión del Grupo de Coordinación de la Aplicación de la Ley (LECG), que se celebrará en La Haya, Países Bajos, los días 17 y 18 de diciembre.
Estados Unidos ha intensificado su régimen de sanciones en contra de Hezbollah en los últimos meses, y a principios de octubre advirtió que pronto podrían extenderse a sus aliados, profundizando aún más la crisis económica que atraviesa el Líbano, donde una temida crisis monetaria ha comenzado a desenvolverse.
En julio, el Departamento del Tesoro puso en su lista negra a dos legisladores de Hezbollah, Amin Sherri y Mohammad Raad, en la primera acción de este tipo contra legisladores que actualmente ocupan escaños en el parlamento libanés. Un mes después, la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro sancionó al Jammal Trust Bank por lo que llamó “facilitar a sabiendas las actividades bancarias”. El banco, que negó los cargos, se vio obligado a cerrar después.
“Hemos tomado más medidas recientemente contra Hezbollah que en la historia de nuestro programa antiterrorista”, dijo Mandelker durante su visita a los Emiratos Árabes Unidos en septiembre, agregando que Washington confía en que el gobierno libanés y el banco central “harán lo correcto para asegurar que Hezbollah ya no pueda tener acceso a los fondos del banco”.
Hezbollah, cuyo nombre en árabe se traduce como “Partido de Dios”, fue establecido por la Guardia Revolucionaria de Irán tras la invasión israelí del Líbano en 1982. El grupo, que goza de un amplio apoyo entre la comunidad chiíta del Líbano, dirige instituciones como hospitales, clínicas y escuelas, pero también tiene decenas de miles de misiles que los dirigentes de Hezbollah se jactan de que pueden alcanzar en cualquier parte de Israel.
El grupo es considerado como organización terrorista por Estados Unidos, algunos países árabes del Golfo y pocas naciones latinoamericanas, mientras que la Unión Europea considera que sólo el brazo militar de Hezbollah del grupo es un grupo terrorista.